Te levantas por la mañana, llenas tu cafetera con agua y empiezas a preparar el desayuno mientras vas al baño. Tiras de la cisterna, te lavas las manos y la cara y vuelves a la cocina a desayunar. Enjuagas la taza que has utilizado y te vas a la ducha. Te cepillas los dientes, te preparas para salir y coges una botella de agua de tu despensa para hidratarte durante el día. ¡Ah! Y antes de salir de casa dejas en funcionamiento la lavadora o el lavavajillas.
En las primeras horas de tu día, sin darte cuenta, el agua ha estado más presente de lo que te imaginas. Con solo abrir un grifo tienes toda la que necesitar. Pero la realidad no es así en todos los lugares. Por eso, para que valores aún más, no solo lo que el agua significa para el planeta, sino las facilidades que tienes te contamos cómo es el acceso al agua potable en el mundo.
Casi 750 millones de personas sin acceso a agua
No es la primera vez que te contamos lo importante que es agua para los seres humanos. El cuerpo de una persona contiene un promedio de unos 37 litros de agua, lo que supone más de un 60% de la masa corporal de un adulto.
Un órgano vital como el cerebro está compuesto en, aproximadamente, un 75% de agua, los huesos por un 25% y la sangre por más de un 80%. Una persona puede sobrevivir hasta un mes sin alimentos, pero difícilmente –por no decir imposible- una semana sin agua.
“Una persona no puede sobrevivir más de una semana sin beber agua potable”
Ante estos datos, ¿cómo se puede explicar que casi 750 millones de personas en el mundo no tengan garantizado el acceso a agua potable? Es más, ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI no se maximicen los esfuerzos para solucionar esta situación? ¿cómo no se trata como una prioridad internacional?
Pues así es especialmente, como era predecible, en países subdesarrollados o en vías de desarrollo.
Esto implica que millones de mujeres y niños en el mundo deben de recorrer decenas de kilómetros diarios para conseguir, en el mejor de los casos, agua potable.
Y esto ocurre mientras de media en el conocido como ‘mundo desarrollado’ cada persona utiliza 190 litros de agua al día. Eso, teniendo en cuenta que en países como Estados Unidos se consume más de 1.300 millones de litros diarios, cinco veces más que los europeos.
Consecuencias
La consecuencia directa de la falta de agua potable es el consumo de agua que no tiene todas las garantías. Los efectos en la salud no se hacen esperar. El agua de mala calidad aumenta el riesgo de enfermedades diarreicas, en particular el cólera, la fiebre tifoidea, la salmonelosis amén de otras dolencias víricas gastrointestinales y la disentería.
La escasez de agua provoca que, una vez que se consigue la cantidad que sea y de la calidad que sea, la población tiende a almacenarla en sus casas. Hacer esto en condiciones precarias aumenta el riesgo de contaminación del agua doméstica que se convierte en criaderos de mosquitos transmisores de diferentes enfermedades.
¿Traducción? Cada año mueren más de tres millones de personas debido a enfermedades relacionadas con la calidad del agua. El 98% de esas muertes se producen en países en vías de desarrollo.
Lo decíamos unas líneas más arriba, pero hacemos de nuevo hincapié. La garantía de acceso al agua potable debería ser una prioridad a nivel mundial. Tú tienes esa necesidad cubierta, reivindica que todas las personas la tengan.