Bienvenido al apasionante mundo de las aguas termales, donde la ciencia y la naturaleza se entrelazan para crear un ambiente de relajación y bienestar. Sabemos que la geología y la química nos brindan las claves para entender el origen y las propiedades de estas aguas, pero no podemos olvidar que detrás de cada fuente termal hay una historia, una leyenda o un misterio que ha sobrevivido al paso del tiempo.
En este post te invitamos a descubrir algunas de estas historias fascinantes y a dejarte seducir por la magia de las aguas termales. Así que prepárate para sumergirte en un mundo de leyendas, misterios y relajación absoluta. ¡Comencemos nuestro viaje!
Las propiedades de las aguas termales
En lo más profundo de los bosques, entre la bruma y la niebla, se ocultan los misteriosos secretos de las aguas termales. Una creencia que se ha transmitido de generación en generación es que fueron los animales quienes enseñaron a los hombres acerca de las propiedades curativas de estas aguas. Oseznos, ciervos y aves heridas se sumergían en ellas para sanar sus dolencias, una sabiduría ancestral que ha llegado hasta nuestros días.
Pero no solo los animales conocían el poder de las aguas termales. Los romanos y los griegos también las disfrutaban, y no solo por su efecto higiénico, sino también por su capacidad para fortalecer la mente y el cuerpo. En esos tiempos, los baños termales eran un acto social que permitía establecer importantes alianzas y mejorar la concentración. De hecho, se consideraba que estas aguas eran un elixir de juventud y vitalidad.
Pero la leyenda más intrigante de todas es la del descubrimiento del manantial francés de La Roche-Posay. Se dice que Bertrand Du Guesclin, comandante en jefe de la armada de Carlos V, lo encontró gracias a su caballo, quien, padeciendo de un eczema, se sumergió en las aguas y emergió completamente curado. Esta historia, a medio camino entre la leyenda y la historia, nos hace reflexionar sobre los misterios que aún ocultan las aguas termales y sus propiedades curativas.
Leyendas en nuestro país
Hay numerosos misterios y leyendas en nuestro país que incluyen bosques, pozas y, por supuesto, aguas termales. Estas son algunas de ellas.
De un volcán al mismísimo infierno
Precisamente, la temperatura de las aguas termales es uno de los aspectos que ha dado lugar a mayor número de leyendas.
Ourense, conocida como la ciudad de las aguas, ha sido considerada durante siglos como un lugar sagrado, y no es de extrañar. A pesar de que no hay registros de actividad volcánica en la región en los últimos 10 millones de años, muchos han especulado que las aguas termales de Ourense provienen de un volcán que yace dormido bajo tierra. Pero, ¿cómo es posible que un volcán haya estado activo en una zona que hoy en día es completamente inactiva?
Otras teorías sugieren que el origen de las aguas termales de Ourense es mucho más sobrenatural. De hecho, se cree que las aguas provienen directamente del infierno. Según esta leyenda, las aguas son calentadas por el mismo diablo, y su temperatura es tan alta que puede derretir incluso las rocas más duras.
Sin embargo, la realidad es mucho menos apasionante, pero más creíble: las aguas termales provienen de la lluvia que se filtra a través de fallas en el terreno, llega al foco térmico y se calienta para emanar de nuevo a altas temperaturas y enriquecidas con minerales.
Las pozas de Santa Eulalia
Una de las leyendas más populares sobre el origen de las aguas termales en España se refiere a las termas de Santa Eulalia, en Valduno, en la comarca del Camino Real de la Mesa, en el Les Regueres. Según la leyenda, un pastor que paseaba por la zona encontró a una mujer joven bañándose en una poza. El hombre se acercó a ella y le preguntó quién era y de dónde venía. La mujer respondió que se llamaba Eulalia y que había sido expulsada de su pueblo debido a que había sido acusada de brujería.
El pastor, conmovido por la situación de la joven, le ofreció su ayuda y le prometió que no la delataría. A cambio, la mujer le mostró el lugar en el que se encontraba y le indicó que allí había una fuente de agua caliente que podría curar sus dolencias. Gracias a esa ayuda, el pastor se curó de su enfermedad y se convirtió en un gran defensor de las propiedades curativas de esas aguas.
A partir de ese momento, la poza se convirtió en un lugar de peregrinación para los enfermos, y la fama de las aguas termales de Santa Eulalia se extendió por toda la región.
Leyendas al otro lado del océano
Galicia en particular y España en general cuentan con un gran potencial termal. Pero otros muchos países gozan de estos mismos recursos. Argentina puede sumarse a esta lista, y por lo tanto también tiene una leyenda sobre el origen de las aguas termales.
Esta leyenda nos traslada a una época mítica, cuando los gigantes poblaban la tierra y la guerra era una constante. En medio de esta sangrienta lucha, Yacu Rupaj, uno de los gigantes, cometió un grave error al matar a su único amigo, y al despertar de un sueño en el que el cielo se teñía de rojo, descubrió que esta tristeza no era una fantasía, sino una cruda realidad. Esta revelación lo llevó a aceptar su destino y pedir permiso a los dioses para llorar sobre la tierra, derramando sus lágrimas cálidas y abundantes.
De esta forma, las aguas termales surgieron del suelo, como una manifestación divina de la tristeza de Yacu Rupaj, y se convirtieron en un recurso curativo para la humanidad. Esta leyenda nos recuerda la importancia de la empatía y la compasión, y cómo incluso los errores más terribles pueden llevar a la creación de algo valioso y sanador.
Las leyendas y misterios que envuelven a las aguas termales son parte de su encanto y misticismo. Desde historias de animales sanando sus heridas hasta mitos sobre volcanes y el mismísimo infierno, estas aguas han sido objeto de fascinación y adoración desde tiempos antiguos. Y en España, donde abundan estas aguas termales, no hay mejor lugar para experimentar su poder curativo y relajante que en los balnearios de Caldaria. Así que no dudes en visitar uno de estos oasis de bienestar y dejarte envolver por la magia de las aguas termales.
