Allá por los últimos años de la década de los 80 arrancaba en Beade un proyecto que tenía como objetivo preservar la fauna y la flora autóctona. La aventura de Ridimoas comenzó concretamente en el 1988 de la mano de Pablo Rodríguez, mucho más conocido como Oitabén, con la compra de una primera parcela en este pequeño ayuntamiento ourensano. Hoy, casi tres décadas después, Ridimoas cuenta con más de 300 hectáreas reconocidas como refugio de la fauna.
Si lo que buscas es perderte por un entrono natural de película en el que puedes encontrar una rica diversidad de flora y fauna, Ridimoas es tu próximo destino sin lugar a dudas. En Beade, en pleno corazón de O Ribeiro, esas 300 hectáreas se presentan ante ti dispuestas a mostrarte toda la riqueza natural que esconde la comarca.
“Más de 300 hectáreas forman este refugio de fauna y flora autóctona”
Si nos ponemos técnicos, la vegetación de Ridimoas prensenta un bosque de transición entre la región floral eurosiberiana y la región floral mediterránea con un clima oceánico-mediterráneo y una altitud entre los 80 y los 300 metros sobre el nivel del mar.
Fauna y flora
Pero volviendo a un lenguaje más común, en tu paseo podrás encontrarte con hermosos robles que pese a su relativa juventud -pocos superan el siglo de vida- te harán sentir en pleno contacto con la naturaleza.
En las laderas de los caminos también podrás encontrarte especies tan particulares como la madreselva enroscándose en otros árboles y arbustos. Los sauces o un tipo particular de orquídea son tan solo otros de los ejemplos de la flora que puebla el área de Ridimoas. Si vas con niños les encantará experimentar con los estralotes, pequeñas flores de tono malva y forma de campana. Ridimoas no es ajena a la población de acacias. De hecho la asociación trabaja en el control de esta especie, una de las amenazas que pesa sobre la vegetación autóctona de la comarca.
Si corres con suerte podrás encontrarte con alguno de los pobladores de Ridimoas. Desde insectos y mariposas a aves como el cárabo o el palomo.
Mamíferos, roedores, reptiles... Ridimoas es un paraíso para todo amante de la naturaleza en el que el agua también tiene su protagonismo. A Barbaña es el punto de agua que domina este espacio, un arroyo que completa el increíble entorno de Ridimoas.
Labor de conservación
Disfrutar de todo lo que Ridimoas te ofrece es posible gracias a la asociación ecologista y sin ánimo de lucro que lleva el mismo nombre y que lleva trabajando 30 años en la conservación de la fauna y la flora. Con más de mil socios que aportan 10 euros anuales, Ridimoas consigue aumentar año a años su superficie y seguir contribuyendo a la protección de vegetación y animales, pero también a preservar la tradición.
Por Ridimoas también transcurría uno de los caminos más importantes para el comercio del vino. Los arrieiros venían en busca de este producto por el “camiño real” que comienza en Ribadavia y termina en Pontevedra pasando por Beade.
De este modo, tu visita a Ridimoas también dará lugar a que conozcas un poco más sobre la cultura del vino y los caldos de O Ribeiro. ¿Qué más se puede pedir? Una ruta para hacer en familia, en pareja o con amigos. No dudes en consultar las visitas guiadas y especiales para escolares.