Una buena parte de las personas mayores, sobre todo mujeres que ya han pasado la menopausia, sufren osteoporosis. Para combatirla, los médicos ofrecen varios consejos basados en la alimentación, el ejercicio y la seguridad del entorno que les rodea. Pero, además de todas esas posibilidades, las aguas termales y algunos tratamientos con algas, fango y agua de mar ofrecen una ayuda muy importante a los huesos. Los minerales presentes y la temperatura de las aguas fortalecen la masa ósea y previenen fracturas en muñecas, vértebras y caderas. Hoy descubrimos en HDOSO la relación entre osteoporosis y termalismo.
La epidemia silenciosa
Osteoporosis significa, literalmente, hueso poroso. Es decir, que un hueso es permeable, tiene aire en su interior, por lo que carece de la consistencia necesaria. Por eso, la Organización Mundial de la Salud define osteoporosis como la enfermedad caracterizada por una masa ósea baja en la que se produce un deterioro y una debilidad de los huesos, lo que provoca un aumento del riesgo de fracturas.
Cada 20 de octubre se celebra en todo el mundo el Día Mundial contra la Osteoporosis, una fecha con la que se quiere recordar la importancia de concienciarse contra esta enfermedad. Se le conoce con el nombre de epidemia silenciosa porque, en la mayoría de los casos, los síntomas no aparecen hasta que es demasiado tarde y la pérdida de masa ósea provoca fracturas.
La osteoporosis es una enfermedad mucho más frecuente de lo que imaginamos y sólo en España la padecen casi tres millones de personas. Afecta más a las mujeres que a los hombres y se estima que 3 de cada diez mujeres mayores de cincuenta años la sufren.
Esta enfermedad provoca más de 25.000 fracturas anuales solo en España y millones en todo el mundo. Las más frecuentes se dan en las vértebras, las muñecas y, sobre todo, en las caderas. Son las más graves porque, además de una delicada operación y de un proceso de rehabilitación largo y difícil, no está asegurado que el paciente se recupere de manera absoluta.
Osteoporosis: prevención y consejos
La mayoría de los médicos recomiendan vigilar esta enfermedad a personas con antecedentes familiares, así como a personas mayores, especialmente a mujeres que ya hayan pasado la menopausia. Estos factores de riesgo se multiplican en pacientes que siguen dietas bajas en calcio o que abusan de bebidas alcohólicas y el tabaco. También en aquellas personas que ingieren un exceso de café o que toman medicamentos como la cortisona.
Por eso, con la edad es aconsejable seguir una dieta equilibrada y en la que tengan preferencia los alimentos ricos en calcio como la leche y el resto de lácteos, los pescados azules y los frutos secos. Esta alimentación nos ayudará a detener el avance de la osteoporosis.
Para prevenir las fracturas, también es importante realizar ejercicio físico, ya que el sedentarismo alimenta la debilidad de los huesos. No todas las personas deben salir a correr, ni mucho menos, pero hay ejercicios específicos que pueden ayudar a personas que sufren esta enfermedad. Apostar por una vida activa es una buena elección.
Sin duda, con la edad se pierden reflejos y liberar nuestro espacio diario de obstáculos nos ayudará a prevenir golpes. Estos impactos son, en muchos casos, los que provocan las fracturas que después acompañarán durante varios meses, sino años, a muchas personas, por la dificultad que entraña la rehabilitación.
Sin embargo, pocos piensan en las técnicas termales como una fuente de salud para los huesos y lo cierto es que hay toda una serie de tratamientos que, unidos a la riqueza de las aguas, ayudan a luchar contra la osteoporosis.
Ciencias que cuidan de los huesos
Los centros termales son herramientas para la salud. La crenoterapia es la aplicación terapéutica de las aguas medicinales que proceden de los manantiales y las fuentes termales. Dependiendo de su método de aplicación, de la vía de administración o de la temperatura y el tiempo de exposición, los tratamientos se clasifican de una u otra forma. La hidroterapia y la balneoterapia usan el agua como método de cura.
Es muy importante tener en cuenta que se necesita un diagnóstico médico para adaptar las necesidades de cada paciente a las técnicas apropiadas que vaya a recibir. Hay tratamientos para cualquier tipología y las personas que padecen osteoporosis recibirán técnicas distintas a quienes sufren otras enfermedades.
Un ejemplo de tratamiento beneficioso para las personas que sufren osteoporosis es el que se recibe con las aguas fluoradas, presente en los balnearios de Arnoia y Lobios. Se trata de aguas ricas en flúor que previenen la osteoporosis al fortalecer la estructura de los huesos.
La fangoterapia también está indicada para personas que sufren esta enfermedad. Se trata de un tratamiento con miles de años de antigüedad en el que se aplican barros sobre la piel, ayudando con sus propiedades medicinales. Es una fórmula que fortalece los huesos, además de ser adecuada para personas que sufren reuma, lumbago y dolores musculares en general.
La talasoterapia también está directamente vinculada a la osteoporosis. Se trata de usar el agua del mar y otros tipos de sustancias marinas con fines terapéuticos, aprovechando los elementos que componen el agua salada. El efecto relajante y tonificante de las aguas del mar, además de su alta densidad (más del doble que el agua dulce) ayuda a aliviar los síntomas de esta enfermedad.
Las mejores aguas termales para la osteoporosis
Ya sabemos que las aguas termales son muy beneficiosas para el organismo. También sabemos que existen varios tipos de aguas termales, pero no todas ellas están indicadas para todo tipo de enfermedades. Y, en concreto, hay un tipo de aguas termales que son perfectas para las personas que sufren osteoporosis: las aguas fluoradas.
Como su propio nombre indica, este tipo de aguas son ricas en flúor, que están presentes en forma de fluoruros en las aguas termales. Históricamente el flúor se ha asociado con el cuidado de la boca por su ayuda en la prevención de las caries, pero también es un elemento químico que puede ayudar, y mucho, a personas con problemas óseos.
Sin embargo, no es fácil encontrar este tipo de aguas en los balnearios y apenas hay unos pocos en España que cuentan con este tipo de aguas termales. Afortunadamente, dos de ellos se encuentran en Galicia y, más concretamente, en la provincia de Ourense. Son los balnearios Caldaria de Arnoia y Caldaria Lobios, dos centros especializados en ofrecer terapias que pueden ayudar a las personas con osteoporosis.
Varios estudios han establecido la relación entre el flúor y el aumento de la densidad mineral ósea, por eso las aguas fluoradas son perfectas para quienes sufren de problemas en los huesos como los que provoca la osteoporosis. Tanto en el balneario de Arnoia como en Lobios Caldaria encontrarás el tratamiento ideal para luchar contra esta epidemia silenciosa.
La pandemia y su incidencia en la osteoporosis
Entre los meses de marzo y junio de 2020, los españoles y muchas otras personas de todo el mundo permanecimos confinados por culpa de la Covid-19. Casi 100 días en el que la mayoría de las personas solo pudo salir de casa para hacer las compras de primera necesidad, lo que significa que se redujo la movilidad, debilitando los huesos. Pero no fue el único problema derivado de la pandemia: el retraso en las citas médicas que no eran urgentes también provocó que se retrasara el diagnóstico de muchas personas.
De hecho, algunas fuentes como Cegedim Health Data, una empresa médica que proporciona datos para permitir avances en los resultados de los pacientes, apuntan a que durante los últimos dos años se ha dejado de diagnosticar a entre un 20 y 40 por ciento de los casos. Y eso va a provocar en un futuro no muy lejano un aumento del riesgo de fracturas, sobre todo en mujeres mayores de 50 años.
Por eso, es muy importante que las personas ejerciten sus huesos, sobre todo aquellos que ya han superado esa edad de 50 años. Y la mejor manera de hacerlo es por medio de deportes como caminar, pero también recibiendo el tratamiento más adecuado en balnearios con las aguas más indicadas para esta enfermedad.
Las aguas termales son un gran mecanismo de lucha contra el dolor corporal y, como hemos visto, también contra la osteoporosis, la epidemia silenciosa.