Salud, interacción social y autonomía son las claves del envejecimiento activo, una nueva realidad a la que se hace frente desde instituciones, administraciones y colectivos para garantizar la calidad de vida de las personas mayores. En HDOSO te explicamos qué es el envejecimiento activo y cuáles son las claves para una tercera edad activa.
Cerca de 17 millones de españoles superan los 50 años de edad y, según datos del Instituto Nacional de Estadística, aproximadamente 8’5 millones tienen más de 65 años. La esperanza de vida se sitúa en los 82 años y los estudios apuntan a que en 2050 España será el tercer país más envejecido del mundo. La tendencia invertida de la pirámide poblacional es un hecho. A principios de siglo la esperanza media de vida estaba en torno a los 35-37 años y actualmente estamos en 82´5 (85 años para la mujer y 79,6 en el caso de hombres ).
Qué es el envejecimiento activo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento activo como el “proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”.
El envejecimiento activo debe entenderse desde el punto psicoafectivo y racional, es decir, la persona, con el paso de la edad, tiene que mantener su actividad física e intelectual y sus relaciones sociales para sentirse activo e integrado en la sociedad. Pero el envejecimiento activo también debe entenderse desde el punto de vista de las administraciones y colectivos, que potenciando programas sociales y acciones para la promoción de la salud y la autonomía, cree el caldo de cultivo necesario para el desarrollo personal de la tercera edad.
Prevención y socialización
Durante el proceso de envejecimiento se pierden capacidades intelectuales. El tiempo de reacción, la velocidad de aprendizaje y la memoria se resienten. Sin embargo, con una actividad personal adecuada puede paliarse este hecho. Trabajar en la prevención y en procesos de socialización permite mantener el cerebro y el cuerpo activo. Este esfuerzo personal unido al apoyo externo a la tercera edad a través de programas sociales y el desarrollo de actividades físicas y mentales apropiadas crean una cultura del envejecimiento activo beneficiosa para los miembros de la tercera edad y para el resto de la sociedad.
Las claves del envejecimiento activo
La prevención, como en otros ámbitos relacionados con la salud y el bienestar, es fundamental. Uno de los objetivos principales del envejecimiento activo es prevenir la enfermedad o actuar como refuerzo paliativo cuando esta ya existe. El proceso de envejecimiento es natural e inevitable pero, a nivel personal, podemos apostar por hábitos y claves saludables. Hablamos de alimentación, actividad física y mental e interacción social.
La alimentación es un factor clave: una dieta saludable, conociendo y aprovechando las propiedades de los alimentos y sus beneficios para la salud. Comer de forma saludable o dormir lo suficiente son un elemento determinante de bienestar y salud a cualquier edad.
La actividad física no solo disminuye el riesgo de desarrollar hipertensión, diabetes o alguna enfermedad cardiaca, también influye en el estado de ánimo. Expertos médicos aseguran que el rendimiento físico de una persona de 70 años de edad que se mantiene en forma puede ser similar al de una persona de 30 años que no se mantiene en forma. Además, algunos estudios apuntan a que el ejercicio físico ayuda a mantener las capacidades cognitivas durante más tiempo.
La actividad mental: mantener el cerebro activo potenciando el desarrollo de tareas cognitivas como leer, hacer manualidades, aprender una materia nueva, participar en talleres y cursos... La inteligencia emocional es igual de importante porque permite a través de diferentes actividades y técnicas gestionar de manera adecuada las emociones.
El bienestar psicosocial: conservar, fomentar y potenciar la relación afectiva con la pareja, la familia y el entorno además de fomentar nuevos círculos de amistad son claves en el desarrollo personal a cualquier edad y más entre las personas mayores para evitar situaciones de soledad, aislamiento, ansiedad y depresión.
El termalismo social se convierte en una herramienta en este camino hacia el envejecimiento activo. Como también lo es el programa tren balnearios que acerca la provincia de Ourense y sus instalaciones termales a los mayores de 50 años. Ayuda al bienestar y la salud (los beneficios de las aguas termales están reconocidos por la Organización Mundial de la Salud) y favorece la socialización y la actividad de sus usuarios.
Queremos vivir más y mejor. Desarrollar un envejecimiento positivo es un trabajo de todos. La sociedad debe proporcionar a los mayores oportunidades para que puedan ser autónomos y desarrollar una vida plena y saludable.