Ourense, la ciudad termal por excelencia de Galicia y una de las más importantes de toda España, es un destino que sorprenderá al visitante por su belleza y encanto, pero también por su historia, su gastronomía y la cariñosa acogida de sus gentes. En HDOSO hemos reunido los siete lugares imprescindibles de Ourense que tienes que conocer si nunca has estado en la ciudad, o que debes volver a ver si hace tiempo que no la visitas.
UNA PLAZA MAYOR DIFERENTE
Toda visita a Ourense debe comenzar por su centro neurálgico. Y en casi todas las pequeñas ciudades ese epicentro es la plaza mayor. La capital del Miño no es diferente y, además, cuenta con la particularidad de contar con una de las pocas plazas mayores de toda Europa cuyo suelo está inclinado, un hecho diferencial en toda regla.
Pero la Praza Maior es mucho más que un suelo inclinado ya que tiene mucho encanto. Es amplia y muy luminosa y goza de soportales muy útiles en los días en que aparece la lluvia. La única fachada que no los tiene es la del edificio del ayuntamiento o Casa do Concello, situado junto al antiguo Palacio Episcopal.
CATEDRAL DE SAN MARTIÑO
A escasos metros de la Plaza Mayor se encuentra la Catedral de San Martiño, un tesoro artístico que merece ser visitado por todo aquel que se acerca a esta ciudad gallega. Más de ocho siglos pasaron desde que se comenzó a construir en el siglo XII hasta que se finalizó con la escalinata de la fachada oeste en pleno siglo XX. Ochocientos años de historia y de belleza acumulada.
Sin duda, la Capilla Mayor es uno de los mayores reclamos de la Catedral, como lo es la Capilla del Santo Cristo. Pero si hay algo que llama aún más la atención es el Pórtico del Paraíso: un conjunto histórico del siglo XIII, que fue reformado en el XVI y que ha conservado su policromía hasta nuestros días, luciendo hoy más bello que nunca gracias a su reciente restauración.
AS BURGAS
La ciudad de Ourense nació como un asentamiento romano llamado ‘Aquis Aurienses’ (aguas de oro) alrededor de unas fuentes termales en las que, a día de hoy, sigue manando agua a más de 60 grados y con famosas propiedades mineromedicinales. Esas fuentes se conocen como As Burgas y dan nombre a la ciudad de forma coloquial.
Tienen más de 200 años de historia, fueron declaradas sitio de interés cultural en 2007 y son una visita obligada a día de hoy, ya que junto a las fuentes se ha construido una piscina termal que usan a diario cientos de ourensanos. Son, posiblemente, el corazón de la ciudad.
PUENTE ROMANO
También llamado puente antiguo, sin su presencia no se entendería la historia de la ciudad. Era el único paso que existía en la antigüedad para poder cruzar el río Miño y su construcción fue una de las grandes obras de ingeniería de los romanos en España, aunque fue reconstruido en el siglo XIII. En 1961 fue declarado monumento histórico-artístico.
El puente conserva siete de los once arcos que llegó a tener en su origen. Tampoco se mantiene una torre que le caracterizaba y que fue derruida en el siglo XIX. Sin embargo, sí guarda sus colosales dimensiones que lo hacen extraordinario: 370 metros de largo, 38 de alto y un arco central de 43 metros de anchura. Una obra colosal de casi 2.000 años de antigüedad.
PUENTE DEL MILENIO
La ciudad de Ourense tiene múltiples puentes que conectan las dos orillas del Miño y ayudan a mantener la ciudad perfectamente comunicada. Si el Puente Romano es el más antiguo y monumental, el Puente del Milenio es el más moderno y, como su propio nombre indica, el mayor ejemplo de la entrada de la capital de As Burgas en el segundo milenio.
Se inauguró en 2001 y lleva la firma de Álvaro Varela, un arquitecto que ha conseguido deslumbrar con esta obra. Más allá de los 275 metros de longitud y su forma elíptica, destacan las pasarelas peatonales que comunican ambos lados y que permiten ascender hasta los 22 metros de altura para disfrutar de unas maravillosas vistas sobre el río.
CLAUSTRO DE SAN FRANCISCO
La orden franciscana fundó un convento en el siglo XIV sobre las cenizas de lo que había sido el primer convento de la ciudad. Permanecieron en Ourense hasta el siglo XIX y, tras marcha, ese enclave se convirtió en un cuartel de infantería, labor que desempeñó durante 150 años. En 1984 cerró y el convento sufrió una curiosa modificación.
La fachada y cabecera de la iglesia se trasladó al Parque de San Lázaro, en el centro de la ciudad, donde sigue funcionando a día de hoy. Mientras, el claustro permanece en su emplazamiento inicial y sus característicos 63 arcos se pueden visitar hoy en día para disfrutar de un magnífico ejemplo de gótico gallego que fue declarado monumento histórico-artístico en 1961.
TERMAS DEL MIÑO
Además de la zona de As Burgas, en el centro de la ciudad, las aguas termales se extienden por toda la margen derecha del río Miño, por lo que se ha aprovechado para dotarla de áreas de baño para ourensanos y visitantes. Existen varias zonas, tanto públicas como privadas, y un magnífico paseo peatonal de casi cinco kilómetros que las comunica.
Un pequeño tren traslada a los bañistas desde el centro de la ciudad y la primera zona que encontramos es la de A Chavasqueira: aquí podremos elegir entre la zona gratuita, junto al río, y la privada, de inspiración japonesa y muy acogedora. Siguiendo el paseo encontramos las termas de O Tinteiro, con un mirador sobre el río que presta a disfrutar de una pausa.
La siguiente zona es la de Muíño da Veiga, con cuatro piscinas que suelen inundarse con la crecida del río; y al final del paseo encontramos las termas de Outariz: primero, una zona privada con dos circuitos termales; y al final, unas piscinas públicas que reúnen a cientos de ourensanos a diario, sobre todo con la llegada del buen tiempo.
Si no conoces Ourense, aquí tienes un montón de razones para acercarte a visitarla. Y si ya has disfrutado de su encanto, seguro que se te ocurren muchos otros motivos para volver a una ciudad que recibe a sus visitantes con los brazos abiertos.