Los castros eran los asentamientos típicos de los castrexos, pueblos que habitaron el noroeste peninsular entre el siglo VIII a.C y la llegada de los romanos en el siglo I a.C., de los que como sabes recuperamos la técnica del baño castrexo. Algunos castros, incluso, estuvieron habitados hasta el siglo IV d.C., durante la denominada época de la cultura galaico-romana.
En anteriores ocasiones ya te hemos presentado alguno de especial relevancia como el de San Cibrao de Las, cercano al entorno del balneario de Laias. Ahora repasamos otros castros que tienes que visitar en Galicia para conocer un poco más sobre la cultura castrexa o castreña.
Castro de Baroña
El castro de Baroña es uno de los más conocidos de la Comunidad y está declarado Bien de Interés Cultural. Está situado en la parroquia de Baroña, en el municipio coruñés de Porto do Son. Se estima que estuvo habitado entre los siglos I a.C. y I d.C. Poseía dos murallas a su alrededor y hoy en día se conservan una veintena de viviendas de planta circular u oval.
Baroña es el más claro ejemplo de castro de tipo marítimo, tanto por su ubicación (en una península rodeada de acantilados, con un único acceso por tierra) como por la forma de vida de sus residentes. En las excavaciones se han encontrado aparejos de pesca lo que permite intuir que la actividad pesquera tenía un peso importante en su alimentación.
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Castro de Borneiro
Este castro se encuentra en el municipio coruñés de Cabana de Bergantiños, en la parroquia de San Xoán de Borneiro. También conocido con el nombre de “A Cibdá”, este conjunto arqueológico se compone de varias decenas de viviendas circulares, rodeadas por un recinto amurallado, y una cantidad menor de edificaciones auxiliares exteriores. En un principio se estimó que había estado habitado hacia el siglo VI a.C., durante la Edad de Hierro, aunque esta cronología se discute ya que los restos encontrados (y que se exhiben en el Museo Arqueológico de A Coruña) se sitúan en torno al siglo II a.C.
Cabana de Bergantiños es uno de los ayuntamientos gallegos con más yacimientos arqueológicos, ya que aquí se encuentra también el conocido dolmen de Dombate, así como otras huellas arqueológicas esparcidas por su territorio.
Castro de Elviña
Sí, aunque sea difícil de creer, en la segunda ciudad más grande de Galicia también hay un castro que se puede visitar: el castro de Elviña. Situado en el barrio del mismo nombre, en A Coruña, su tamaño alcanza las cuatro hectáreas, siendo uno de los más grandes de la Galicia septentrional. Consta de tres recintos amurallados, una entrada monumental en cuesta flanqueada por torreones, y casas de planta circular u ovalada. Se sabe que fue ocupado en dos épocas distintas, una prerromana y otra romana.
En este castro de Elviña se hacen visitas guiadas y todavía se siguen realizando excavaciones arqueológicas, pudiendo verse los objetos encontrados (el conocido como “Tesoro de Elviña”) en el Museo Arqueológico e Histórico Castillo de San Antón.
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Castro de Fazouro
No siendo tan conocido como otros, el castro de Fazouro también es Bien de Interés Cultural. Se ubica en Foz (Lugo), en plena costa de A Mariña. Es el único yacimiento excavado en esta zona, en un promontorio costero al lado de la playa de Arealonga, conocido como "a Punta do Castro".
Se trata de un castro marítimo que presenta edificaciones cuadrangulares y algunos elementos constructivos como escaleras, calzadas, bancos o cubiertas. En el interior de las viviendas se conservan los restos de los hogares, donde se hacía el fuego. Excavado a partir de los años 60 del siglo XX, se han encontrado, entre otros restos, monedas, broches y cerámicas.
Castro de Troña
En el municipio pontevedrés de Ponteareas, lugar de As Pías, en un montículo a 225 metros de altura, se localiza el siguiente castro que te recomendamos visitar en Galicia: el castro de Troña. Estamos ante una fortificación de la época romana, que tuvo su esplendor entre los siglos I a.C. y II d.C. Las excavaciones aquí realizadas han permitido descubrir una treintena de construcciones, de diversa tipología (planta circular, cuadrada o rectangular), protegidas por un sistema defensivo compuesto por una muralla, foso y parapetos.
Una de las curiosidades arqueológicas de este castro es el petroglifo “Serpe de Troña”, que representa una serpiente en posición heráldica, y que está grabado en una de las rocas que forma parte de la construcción.
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Castro de Santomé
A tres kilómetros del casco urbano de Ourense se encuentra el conjunto arqueológico-natural de Santomé. Este es uno de los pocos ejemplos en la Península de convivencia en un mismo espacio y tiempo (siglo I d.C.) de dos culturas diferentes: en la parte más elevada, restos de un castro, en la parte baja, una villa galaico-romana. Las excavaciones arqueológicas han descubierto una calle central y una plaza en torno a la cual se van disponiendo las viviendas, habitadas entre el siglo I a.C. y el II d.C. De este poblado castreño parte una calle adoquinada (de la que se conservan unos 30 metros de trazado original) que desemboca en la villa galaico-romana del siglo I d.C.
Además del valor histórico del castro de Santomé el conjunto presenta un valor natural innegable, rodeado de un bosque tradicional y con unas magníficas vistas sobre la ciudad de Ourense y el río Loña y sus “marmitas de gigante”, enormes piedras que han sido erosionadas con el paso del tiempo por el agua.
Estos son tan solo una pequeña muestra de los castros que se conservan en Galicia. Seguiremos descubriéndotelos en nuestro blog HDOSO.