Volver a sentir la brisa en la cara, tumbarse al sol, disfrutar del calor o pasear sintiendo el agua del mar en los pies. La pandemia ha hecho que restrinjamos nuestros viajes y dejemos apartadas aquellas escapadas que tanto nos gustaban. Con la vuelta a la normalidad (cada vez más cercana) tenemos ganas de viajar, reunirnos con amigos y disfrutar de maratonianas jornadas de playa. Pero si no quieres ir a lugares que puedan estar masificados y lo que buscas este verano es tranquilidad, te enseñamos las playas menos concurridas de Galicia, en las que podrás disfrutar de la naturaleza más salvaje y el silencio. ¡Acompáñanos!
Cala Hawai
Situada en la parroquia de Centroña, apenas a 4 kilómetros de la villa de Pontedeume en A Coruña, poco tiene que envidiar esta cala a las paradisíacas playas de Hawai. Rodeada de vegetación, que le da un aspecto salvaje e indómito, cuenta con arena dorada fina y aguas cristalinas. Es conocida como la ‘Cala Hawai’ pero su verdadero nombre es Playa de Centroña, tiene apenas 15 metros de largo y 3 de ancho y es el lugar perfecto para desconectar y disfrutar del verano. Nuestro consejo es que mires las mareas antes de acercarte a ella para poder disfrutarla en todo su esplendor con una marea baja. Rocas, arbustos y un pequeño saliente que la separa de su playa vecina, es una lugar escondido en el que no hay masificaciones. Perfecto para que puedas caminar por la orilla sin mascarilla y hacer fotos dignas de la mejor influencer.
Praia de Sacido
Viajamos ahora hasta la provincia de Lugo para disfrutar de otra playa desconocida, la de Sacido, en la parroquia de Covas (San Xoan), en Viveiro. Es una playa resguardada de arena fina que cuenta con 90 metros de longitud. Está rodeada por un alto acantilado cuyas vistas resultan impresionantes. Dispone de servicios completos y sus aguas son tranquilas por lo que es perfecta para disfrutar de las, eso sí, frías aguas del mar Cantábrico. Limita con la vecina playa de Covas y, a diferencia de esta, su ocupación durante la época estival es media, por lo que es perfecta para que disfrutes del sol y el mar sin mucha gente a tu alrededor. Ambas playas (la de Covas resulta impresionantes casi un kilómetros y medio de longitud) están separadas por Punta Anchoura.
Foto: www.turismo.gal
Praia do Rostro
En pleno corazón de la Costa da Morte nos encontramos con la praia do Rostro, más de dos kilómetros de arenal en los que pasear resulta el plan perfecto del día. Se encuentra en el municipio de Fisterra (Finisterre) y es una paradisíaca playa de arena dorada con dunas naturales a sus espaldas, cubiertas gran parte del año por una frondosa vegetación. Al ser una playa abierta al océano Atlántico, está expuesta a fuertes vientos y un oleaje moderado. Estos vientos son los que crean este curioso sistema dunar que la convierten en un lugar de aspecto natural y salvaje. Dispone también de una zona de rocas ideal para utilizar para la hora de comer. No es una playa bien señalizada y está aislada, por lo que su ocupación en temporada estival es moderada a pesar de su extensión.
Praia de Muíños de Fortiñón
Conocida también como la playa de Saiáns, está situada en el municipio de Saiáns en Vigo (Pontevedra). A pesar de ser una playa desconocida tiene una alta ocupación en época estival, por lo que nuestro consejo es que, si tienes oportunidad, realices la visita entre semana, cuando hay menos gente. Es una arenal resguardado de unos 100 metros de longitud y 50 de ancho, con arena blanca y fina en el que sopla mucho el viento, lo que hace las delicias de los amantes de los deportes náuticos. Las vistas desde esta playa son inigualables, ya que frente a ella se puedan divisar las Islas Cíes. Una curiosidad respecto a esta playa es que es mixta: la mitad está destinada a nudistas y la otra a textil.
Praia de Sonreiras
Situadas a los pies de un acantilado encontramos la playa de Sonreiras, en Cedeira (A Coruña. De arena dorada y fina es una cala resguardada perfecta para disfrutar de la tranquilidad. Las aguas que bañan esta playa son muy frías; pero no te preocupes. Muy cerca se encuentran unas antiguas cetáreas, ahora reconvertidas en piscinas, es las que puedes bañarte más cómodamente y sin riesgo a pasar frío. Es un entorno protegido LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) y su nivel de ocupación en temporada alta es bajo. Para acceder a esta playa, puedes hacerlo bajando por unas escaleras acondicionadas relativamente hace poco. Antes de su acondicionamiento esta playa era prácticamente virgen, ya que el acceso a ella era muy complicado.
Foto: www.turismo.gal
¿Qué te ha parecido nuestro recorrido por las playas más desconocidas de Galicia? Planea tu viaje y no te olvides de protegerte del sol. ¡Feliz verano!
