La xesta o retama, en algunos lugares también conocida como hiniesta o genista, es una planta muy típica en las cuencas de los ríos de España. En la Edad Media se usaba para “espantar los males” y, ahora en pleno siglo XXI, la industria farmacéutica ha redescubierto algunas de sus propiedades. Conoce los beneficios de la xesta y todo lo que puede aportar.
Beneficios de la xesta o retama
En Galicia la conocen como xesta y se ha utilizado durante siglos como amuleto contra diversos males. De hecho, aún perdura la tradición de colgar un ramo de esta planta en puertas o incluso en los coches antes del 1 de mayo. Se ha usado para hacer escobas y también como remedio natural o para alimentar el fuego.
En botánica se la denomina "Retama sphaerocarpa” y la industria farmacéutica extrae de su corteza y ramas un alcaloide llamado d-esparteína, que se emplea para muchos medicamentos. Sin embargo, hay que hacerlo de manera muy controlada, ya que es tóxico.
El uso más extendido de la retama está en sus flores: tradicionalmente se han elaborado ungüentos para tratar fiebres y afecciones respiratorias y ahora se han puesto de moda sus infusiones diuréticas.
Incluso la puedes encontrar como plato gourmet, preparada en escabeche en vinagre, al igual que las alcaparras. Por si fuera poco, la industria cosmética elabora a partir de la retama aceites que se sirven como base de perfumes y la aromaterapia cree que puede ayudar a combatir estados depresivos. Nuestras bisabuelas incluso sabían cómo elaborar un tinte amarillo de sus flores (por eso también podrás oír hablar de ella como retama de tintoreros).
Como se puede ver, tiene muchos usos, y es muy accesible. Se trata de una planta que crece sola en las riberas de los ríos y en lugares no cultivados. Basta darse un paseo por la cuenca del Ebro, desde Navarra o Tortosa, o por el Tajo, casi hasta su desembocadura, para ver sus largas ramas y sus pequeñas flores amarillas.
En muchas regiones, se la llega a considerar “especie invasora” y se intenta controlar su expansión. Los pastores la arrancaban durante años para mantener sus pastos y ahora se usa para mantener el bosque, en especial si ha sufrido algún incendio.
Es tan típica de nuestra geografía que recibe diversos nombres según dónde estemos. Xesta, retama, hiniesta… y también se le llama genista. De hecho, así aparece en la canción Mediterráneo de Serrat: “En la ladera de un monte, / más alto que el horizonte, / quiero tener buena vista. / Mi cuerpo será camino. / Le daré verde a los pinos / y amarillo a la genista“…
La miel de retama
Mención aparte merece la miel elaborada a base de retama, muy codiciada. A pesar de que podemos encontrar fácilmente sus flores, estas se suelen mezclar con otras plantas y es muy difícil encontrar una miel de retama 100% pura. Se prepara sobre todo en nuestro país, en la zona de Andalucía y también en Canarias (es muy famosa la procedente del Teide).
Esta miel es muy rica en minerales (potasio, magnesio, calcio, hierro y zinc) y en vitaminas A, B y C. Se puede utilizar para endulzar bebidas o para elaborar todo tipo de postres. Tiene propiedades antisépticas y es aconsejable en cuadros catarrales y para facilitar la digestión. También hay quien la usa de manera tópica para tratar quemaduras o picaduras de insectos.
Si la buscas en herbolarios, recuerda que también se la conoce como miel de aliaga, miel de lluvia de oro o miel de retama amarilla</b. Es de color rojizo y su sabor es muy dulce con notas saladas.
¿Cuántos colores tiene la retama?
En España, la más conocida es la de color amarillo, a la que se conoce bajo el poético nombre de “lluvia dorada”. Su uso es el más extendido. Sin embargo, no es la única, ya que existen multitud de especies agrupadas dentro de la misma familia.
Hay que tener cuidado con la denominada retama negra. No hay que fiarse, porque sus flores también son amarillas, pero más grandes y con una forma distinta. Esta variante es la más tóxica, pues contiene aminas y alcaloides.
También encontrarás retama roja, la que se denomina retama de olor (también bautizada como gayomba), la retama enana, la retama blanca y la retama canaria. Todas estas flores son muy apreciadas en jardinería, para elaborar plantas ornamentales. No necesita muchos cuidados, crece de forma silvestre, y puede cultivarse tanto en jardines como en macetas. Resiste muy bien la sequía: lo primordial es que esté protegida de heladas y que crezca a pleno sol. Como arbusto alcanza fácilmente los tres metros de altura.
La retama o xesta crece por toda la geografía española y tiene una flor muy valorada desde tiempos inmemorables. Es un remedio natural contra varias afecciones y tiene usos en farmacia, cosmética, dermatología, jardinería y gastronómicos. Como se ve, es una planta muy completa y sorprendente.