Los huevos gustan a mayores y a pequeños, se pueden cocinar de mil maneras distintas y se pueden comer a cualquier hora del día. Son ricos en proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos, por lo que su consumo está aconsejado para toda la población. Sin embargo, hay un sector de la población que no puede acceder a ellos: los veganos. Estas personas que no consumen ningún producto de origen animal no podían, hasta ahora, acceder a este manjar tan accesible. Pero han llegado los huevos veganos, un producto de ingeniería genética que promete ser aún más saludable que los huevos tradicionales.
¿Cómo son los huevos veganos?
La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha calificado el huevo como el alimento más nutritivo que existe, solo superado por la leche materna. Sus propiedades no pueden ser más beneficiosas para el organismo: es rico en proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales; también contiene antioxidantes y ácidos grasos saludables.
Los huevos solo tenían dos problemas: el primero, que durante un tiempo tuvieron muy mala fama y se les acusaba de ser causantes directos de las subidas de colesterol; el segundo, que, al ser un producto de origen animal, no podían ser consumidos por los veganos. Ahora, ambos se han solucionado. Distintas investigaciones han demostrado que, al contrario de lo que se pensaba, los huevos no solo generan colesterol, sino que son beneficiosos para la salud cardiovascular. Y para aquellas personas que no comían productos de origen animal o que, incluso, eran alérgicos al huevo, han llegado los huevos veganos.
Las creadoras son dos ingenieras bioindustriales francesas llamadas Philippine Soulères y Sheryline Thavisouk, ambas con un máster en química. Se pusieron a investigar y descubrieron que 1 de cada 4 personas en su país no comían huevos por diferentes razones, ya fueran por alergias, decisiones alimentarias o, incluso, religiosas. Por eso, decidieron embarcarse en un proyecto llamado Le Papondu que, después de varios años de investigación, les llevó a crear los primeros huevos veganos del mundo.
Se trata de un huevo en el que la cáscara es de plástico y el contenido es totalmente vegetal: tiene una clara y su correspondiente yema, todo ello elaborado a partir de proteínas y fibras vegetales como las legumbres (garbanzos, soja, judías, guisantes…), además de contener agua y diferentes tipos de sal. Se pueden cocinar como si fueran huevos como los que compramos en el supermercado: en tortilla, fritos, revueltos, escalfados, etc. Y aseguran que son aún más saludables que los tradicionales.
¿Qué sabor tienen los huevos veganos?
El objetivo de las inventoras de los huevos veganos, y de las empresas que a continuación se han lanzado a desarrollarlos y comercializarlos, es el de conseguir un producto que pueda ser consumido por toda la población y que, además, fuera totalmente saludable. Por eso, han conseguido superar algunos de los valores nutricionales del huevo: por ejemplo, es más rico en fibra, tiene un 36% menos de grasa (y un 22% menos de calorías), no aporta colesterol al organismo y no tiene gluten. Sin embargo, no han conseguido igualar la cantidad de proteína que los huevos tradicionales contienen de forma natural.
Pero, ¿a qué saben los huevos veganos? Pues quienes los han probado coinciden en señalar que su sabor se parece y mucho a los huevos tradicionales. Hay pequeñas diferencias debido a las diferentes materias primas vegetales empleadas, pero todas tienen en común su sabor muy parecido al huevo de toda la vida.
Además, el olor también se parece al de los huevos tradicionales, ya que se añaden distintos tipos de sal como la negra del Himalaya o de Nepal para conseguir el olor y sabor azufrado que normalmente se asocia con los huevos.
Los huevos veganos, el plástico y el futuro
Con todas estas características, podría pensarse que los huevos veganos han llegado para quedarse y que podrían convertirse en el futuro. Sin embargo, hay un factor que puede ser determinante a la hora de dictar su éxito o su fracaso: la utilización de plástico en la cáscara. Algo que, a pesar de la buena acogida que ha tenido este producto, ha provocado algunas críticas hacia sus impulsoras.
En pleno debate sobre la sostenibilidad y la necesidad de eliminar los plásticos de un solo uso de nuestra vida, pensar en la cantidad de plástico que se consumiría en todo el mundo derivado solo de las cáscaras de huevo hace pensar en que es un serio problema. La buena noticia es que se sigue investigando para solucionar este problema y ya han aparecido algunas alternativas que se basan en cera vegetal para hacer las cápsulas del huevo.
Los huevos veganos pueden ser una gran solución para que millones de personas en todo el mundo tengan acceso a este alimento que, por una u otra razón, ahora no consumen. Eso sí, de momento no están al alcance de todos los bolsillos porque las pocas empresas que comercializan este producto están cobrando más de 2 euros por cada huevo vegano.
