La hipertensión arterial está considerada como el primer factor de riesgo cardiovascular por la Organización Mundial de la Salud además de ser una de las dolencias crónicas más frecuente en España. No es sin motivo que se recurra a diferentes técnicas para controlarla, un aspecto en el que el termalismo vuelve a jugar un papel relevante.
¿Qué es la hipertensión?
Antes de enfrentarse a un enemigo hay que conocerlo, por eso vamos a adentrarnos un poco más en qué es eso de la hipertensión, una dolencia que de entrada afecta a más de seis millones de españoles diagnosticados, una cifra que incluso podría duplicarse si contamos a aquellos que no saben que la padecen.
La hipertensión es una enfermedad crónica que conlleva un incremento continuo de la presión sanguínea en las arterias, con el riesgo que esto supone. Significa un gran factor de riesgo en enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales.
Más de seis millones de personas en España están diagnosticadas de hipertensión
Entre los síntomas que pueden apuntar hacia la hipertensión se encuentran el dolor de cabeza, pero no una jaqueca habitual, sino una sensación similar a la que te produciría llevar un casco de una talla más pequeña. Sentirás presión en toda la cabeza de manera constante. El aturdimiento, las dificultades para recordar cosas junto al malestar general pueden ser un indicio de presión arterial alta. De este mismo modo, las palpitaciones también son un síntoma frecuente.
Cómo combatir la hipertensión
Lo primero que debes hacer si crees que tienes la tensión arterial alta es acudir a tu médico. Él determinará si verdaderamente eres hipertenso y el tratamiento que debes seguir. Pero, además, existen hábitos y terapias que pueden contribuir a regular tu tensión, aunque nunca serán sustitutivos del tratamiento prescrito por tu médico.
Lo primero que debes hacer es aplicar un estilo de vida más saludable: toma más productos frescos, reduce el sodio en tus comidas, haz más ejercicio y, en el caso de ser fumador, despídete por completo del tabaco.
También es recomendable evitar el estrés crónico, y aquí es uno de los primeros puntos en los que el termalismo y la balneoterapia pueden ser estratégicos. Está demostrado que el estrés puede provocar una elevación persistente de la presión arterial, así que controlarlo es fundamental y, como ya sabes, un paso por el balneario puede ser mano de santo.
Pero esta no es el único beneficio que el agua puede aportar en la lucha contra la hipertensión. Diferentes estudios apuntan que el uso tópico (contacto) de aguas carbono-gaseosas en balnearios también contribuyen a su regulación, del mismo modo que la ingesta de agua mineral natural con electrolitos, oligoelementos, calcio, sodio y potasio, aguas de diurésis, de lavado y arraste.
Además, el entorno relajante, como el de Caldaria, en el que se aplican estos tratamientos, el aire puro o los iones negativos suspendidos en el aire favorecen la receptividad de todas las propiedades del agua.
Así que ya sabes, si la hipertensión te está dando la lata, además de seguir al pie de la letra el tratamiento y consejos de tu médico, no dejes de probar el agua termal y los tratamientos de balneario como terapia complementaria.