Solo las personas que sufren algún dolor de manera recurrente o incluso crónica saben lo complicado que se puede volver el día a día. Lo primero que debe hacer cualquier personas con este perfil es seguir escrupulosamente las indicaciones el médico para combatir sus dolencias, pero las terapias alternativas pueden ser un importante refuerzo a esos tratamientos. La hidroterapia concretamente cuenta con propiedades calmantes reconocidas y recomendadas por los facultativos que pueden ser de gran ayuda en procesos contra el dolor.
Dolencias óseas y musculares
Desde la artritis, el reuma o la osteoporosis. Las aguas termales son grandes aliadas contra los dolores y molestias de las dolencias relacionadas con los huesos y los músculos.
Por un lado, la temperatura de estas aguas ejerce un efecto relajante y desestresante mientras que su carga mineral reporta importantes beneficios. De hecho, brindan minerales a los huesos y fortalecen y equilibran el organismo.
Las aguas mineromedicinales relajan los músculos y reducen las contracturas, además de ofrecer un efecto analgésico sobre músculos y articulaciones.
Este tipo de terapias resulta efectiva para tratar la artrosis de columna, codos, rodillas, manos o caderas, actúan sobre problemas localizados de tendones o nervios e incluso ayuda a tratar la ciática.
En el caso concreto de procesos reumáticos los tratamientos con parafangos ejercen una acción térmica, antihialuronidásica, liberadora de acetil colina e histamina y estimulante del eje hipotálamo-hipófisis-corticosuprarrenal. Asimismo, la hidroterapia está especialmente indicada en ostocondritis de cadera, osteoporosis y artrosis de articulaciones de carga.
Patologías neurológicas
En mayor o menor medida, todos conocemos alguna de las propiedades que las aguas termales tienen en dolencias relacionadas con los huesos y los músculos. Sin embargo, su uso en patologías neurológicas resulta más desconocidos.
Un ejemplo es la aplicación de la balneoterapia en cuadros acompañados de dolor. En estos casos los tratamientos termales tienen como objetivo elevar el umbral del dolor con medidas psicológicas y de rehabilitación. Además nuevamente el calor de las aguas contribuye en la relajación muscular y su efecto vasodilatador permite eliminar sustancias algógena, es decir, productoras del dolor.
El efecto vasodilatador de las aguas hipertermales ayuda a eliminar sustancias algógenas productoras del dolor.
En cuanto a cefaleas, encontramos tres tipos cuyo dolor puede ser tratado con las aguas mineromedicinales. Por un lado las tensionales, unas de las más frecuentes y que se acentúa por la presión sobre los músculos. Precisamente es en este aspecto donde actúan las aguas termales. También se identifican las cefaleas cervicales, causadas por la contractura de la musculatura cervical. Por último, la cefalea referida, consecuencia de procesos de sinusitis crónica. En este caso, el tratamiento termal se encamina a resolver la sinusitis con inhaladores, pulverizadores o estufas de vapor.
Como has podido comprobar, las aguas termales también saben plantarle cara al dolor, así que refuerza tu lucha contra estos padecimientos con trataminetos específicos de balnearios.