Beber agua es vital para la vida. Una persona puede resistir incluso semanas sin apenas ingerir alimentos, pero pocas jornadas privado de agua terminarán con su vida por deshidratación. Ayuda a depurar y eliminar toxinas, además de formas parte indispensable de nuestras células. Por eso una vida saludable incluye beber el agua suficiente para mantenerte hidratado. Ya hemos hablado sobre cuál es esa cifra mágica que debes consumir diariamente, pero ¿puede ser malo beber demasiada agua? Hoy te sacamos de dudas.
Qué pasa en nuestro organismo
El agua supone aproximadamente el 60% del peso de nuestro cuerpo. Es importante que esta agua tenga siempre la misma concentración de electrolitos.
“El agua en nuestro cuerpo debe tener siempre la misma concentración de electrolitos”
Si tomamos demasiada agua, los riñones no son capaces de funcionar lo suficientemente rápido para eliminar el exceso de líquido del cuerpo. Cuando esto sucede, descienden los niveles de los componentes de la sangre, como sodio, potasio y cloro.
Las células, por su parte, tratan de sacar esa agua extra de la circulación para mantener el equilibrio, así funciona la osmorregulación. En consecuencia, las células se hinchan, algo que puede ser realmente problemático para el cerebro, limitado por el cráneo.
Consecuencias
Las ganas de perder peso, sentirse más saludable o tener más energías se ha vinculado estrechamente al consumo de agua. Y es cierto que beber una cantidad que te mantenga hidratado y ayude a depurar tu organismo ayudará muchísimo a tu salud.
Pero también ha surgido un grupo de personas que llevan esto del consumo de agua al extremo, los conocidos como agualcólicos. Existen casos en los que llegan a experimentarse cuadros de ansiedad por no poder tomar constantemente pequeños tragos de agua.
Pero más allá de este tipo de reacciones, el consumo excesivo de agua trae consigo también consecuencias para nuestro organismo.
El profesor Mark Whiteley, cirujano vascular y fundador de la Clínica Whiteley en Londres ha explicado en diferentes publicaciones una serie de trastornos derivados de tomar demasiada agua. Uno de ellos es la sudoración extrema. También puede traer consigo casos de insomnio o dolores de cabeza.
Pero en los casos más graves puede llegar a producirse envenenamiento por agua. Fue muy popular el caso de Jacqueline Henson, una mujer de 40 años que murió a causa de una intoxicación de agua. Seguía un estricto programa de adelgazamiento que recomendaba beber cuatro litros de agua al día en un espacio de tiempo de dos horas. El resultado, sobredosis de agua. Si bien fue este uno de los casos más sonados, no ha sido el único.
Cómo saber cuánta agua tomar
Ya hemos tratado el asunto de cuánta agua debes beber al día y dejado bien claro que no existe una cifra mágica. Lo mejor, como te recomendamos en aquella ocasión, es que aprendas a escuchar tu cuerpo.
No engullas agua por llegar a cifras determinadas, simplemente mantente hidratado bebiendo regularmente sin esperar a tener sed, pero sin necesidad de encharcarte.
El color de la orina vuelve a ser un indicativo ideal para controlar la cantidad de agua que tomamos. Debe tener un tono pajizo claro, si es más claro todavía quizás este bebiendo demasiado y necesites frenar un poco.
Como ves, los extremos no son buenos en ningún caso, beber demasiada agua tampoco va a ser saludable. Escucha a tu cuerpo y no dejes que objetivos idílicos cieguen tu criterio y sentido común.