La visita de los Reyes Magos ha puesto el punto y final a otras Navidades. Y estás fiestas, además de reuniones y buenos deseos, dejan unas buenas jornadas de comilonas y excesos. Ahora toca volver a la normalidad aunque cueste, pero para que el camino sea un poco más llevadero, nosotros aportamos nuestro grano de arena.
Recupera tus ritmos en las comidas y el sueño
Dos de los aspectos que más se descontrolan durante estas fiestas son las comidas y el sueño. En las relaciones familiares comemos el triple de lo habitual, luego salimos con amigos a celebrar y nos vamos de pinchos y en los días posteriores a las fechas claves toca tomar las sobras, también con cantidades extras. Y qué decir del consumo de alcohol.
Así que lo primero que debes hacer es depurar tu organismo con una buena rutina detox que incluya alimentos que limpien tu cuerpo.
El siguiente paso es recuperar una rutina y una dieta equilibrada. Al principio puede ser que cueste, por lo que te recomendamos que establezcas un plan de comidas. Coge papel y bolígrafo y haz una dieta semanal, al menos a grandes rasgos, y cíñete a ella durante los primeros días. Una vez que retomes tus costumbres, todo volverá a rodar solo.
“Establece una dieta equilibrada que seguirás al pie de la letra al menos las primeras semanas”
En cuanto al sueño, ¿cuántos días has trasnochado y luego dormido hasta las tantas? ¿Y cuántos, aun acostándote a tu hora, no has conseguido pegar ojo hasta las tantas? La solución, constancia. Acuéstate a una hora prudente y, aunque tardes en dormir, levántate en cuanto suene el despertador. Evita las siestas y en pocos días recuperarás tu ritmo y volverás a dormir las horas necesarias es fundamental.
Rutina y propósitos
El sueño y la alimentación son dos de los pilares fundamentales para volver a la normalidad después de unas fechas de excesos, pero no los únicos. Debes retomartu rutina a todos los niveles, si hacías deporte dos veces por semana, vuelve al gimnasio. ¿Tomabas clases de idiomas? Vuelve ya a las aulas. Ponte al carro cuanto antes en todos los aspectos.
Pero no limites esto solo a tus 'obligaciones', sino también al ocio del que disfrutabas antes de las fiestas, desde pasear a tu perro todas las tardes hasta esos pinchos con los amigos los viernes por la tarde.
También te ayudará a tomar el ritmo postnavideño implicarte con los propósitos que te has formulado para este año nuevo. Y si entre ellos está tomarte la licencia de una escapada mejor que mejor, o al menos planear la primera del año, seguro que mejora tu estado de ánimo aunque toque quitar la decoración navideña.
La cuesta de enero
El bolsillo es también uno de los grandes afectados de estas fechas. Los gastos extra se acumulan y, terminadas las Navidades, llega la temida cuesta de enero. Establecer un presupuesto semanal o mensual –el que mejor se adapte a tus necesidades- y cumplirlo será tu mejor arma.
Reduce en gastos secundarios al menos durante un tiempo y rebaja los caprichos que te has dado durante el mes anterior. Aprovecha al máximo también todo lo que ha dejado tras de sí la Navidad. ¿Que tienes el congelador lleno de algunas de las delicias de la cena de Nochebuena? Es el momento de disfrutarlas. No pienses que es ser cutre, es jugar a favor de obra. Tus cuentas pronto estarán saneadas y podrás volver a disfrutar de los placeres de la vida con desahogo.
Pero lo más importante es saber que cada época tiene su encanto y poner tu foco de atención en lo maravilloso de la rutina. Y piensa también en la próxima fecha de fiesta que tenemos cerca, ¿qué te parece el entroido?