Muchas veces utilizamos algunos términos como sinónimos cuando no lo son exactamente. Ciertas similitudes entre esos conceptos puede llevar a confusión. Eso es lo que sucede a veces con los balnearios y los spa, pero no es el único caso. Es posible, sobre todo si eres usuario de balnearios, que te refieras indistintamente a tratamientos de hidroterapia o balneoterapia, incluso pude que metas en el mismo saco la talasoterapia. Hoy aclaramos cuáles son las diferencias y las similitudes entre estos tres conceptos: hidroterapia, balneoterapia y talasoterapia.
Vamos con definiciones
Uno de nuestros objetivos es que conozcas todo lo posible del agua y que hablemos con la mayor propiedad sobre ella. Para seguir con esta función centrados en el tema que nos ocupa hoy vamos a ofrecer una definición simple y concreta de estos tres términos.
La hidroterapia se centra en el empleo de agua dulce procedente de la red general de abastecimiento. Por su parte la balneoterapia emplea el agua de manantial mientras que la talasoterapia utiliza el agua de mar.
“Las tres terapias recurren al agua, pero procedentes de diferentes orígenes”
Así, encontramos la primera similitud y la primera diferencia entre estas tres terapias: todas utilizan el agua como herramienta de bienestar pero obteniéndola de diferentes fuentes. El agua dulce, empleada en la hidroterapia, contiene cantidades mínimas de sales por lo tanto, su empleo terapéutico se centra en las características físicas, mecánicas y térmicas del agua. Sin embargo, el agua de manantial a la que recurre la balneoterapia, tiene origen subterráneo y propiedades mineromedicinales más allá de las características propias de cualquier agua. Su valor reside, no solo en sus características físicas sino en su composición química. En el agua marina confluyen diversos factores que, en conjunto, actúan sobre el organismo: factores térmicos, mecánicos y químicos.
Además, también difiere el lugar en el que se reciben los tratamientos. En un spa no podrás recibir tratamientos de balneoterapia, ya que en este tipo de establecimientos no se emplean aguas mineromedicinales. Así, en los spa encontrarás técnicas de hidroterapia, mientras que, como el propio término indica, la balneoterapia se reserva para los balnearios. En el caso de la talasoterapia todo el medioambiente marino, además del agua de mar, contribuye a este tipo de tratamientos. De hecho, los centros de talasoterapia deben encontrarse a una distancia máxima de 1000 metros del mar.
Indicaciones
Centrándonos ahora en la balneoterapia y la talasoterapia, desgranaremos en qué caso está indicado cada tipo de tratamiento. Las aguas termales, como las que puedes disfrutar en Caldaria, se recomiendan especialmente para problemas de reumatismo crónicos, cuestiones relacionadas con huesos y músculos, tratamientos postoperatorios, enfermedades respiratorias, dolencias cutáneas, problemas del aparato digestivo, tratamiento de problemas del sistema nervioso o trastornos metabólicos.
En cuanto a la talasoterapia, combina, como ya hemos mencionado, todos los elementos del mar y su clima en sus terapias. Solo el agua del mar contiene 80 elementos que, por su composición, fomentan un buen funcionamiento del organismo, como el sodio o el potasio, que regulan la cantidad de agua en las células y tejidos.
Por lo tanto, se relaciona con el agua, el aire, las algas, el lodo aplicados a través de hidromasajes, piscina de chorros, piscinas dinámicas o envolturas de algas y fangos. La talasoterapia ofrece acción calmante, mejoras en el sistema circulatorio o problemas relacionados con la menopausia y la pubertad. Como punto de encuentro con la balneoterapia, también se ocupa de dolencias relacionadas con músculos y esqueleto, aparato respiratorio y piel.
Como ves el agua, en sus diferentes manifestaciones en la naturaleza, puede ser tu mejor aliada en diferentes procesos. ¿Vas a desaprovechar este maravilloso recurso?
