Agua del grifo, agua embotellada, agua de manantial, agua filtrada… cada día tenemos decenas de opciones para beber el líquido más importante de la Tierra, el que necesitamos para mantener nuestro cuerpo hidratado. Pero, ¿qué agua es mejor para nuestro organismo? ¿Cuál deberíamos beber a diario si queremos que sea totalmente saludable? Vamos a responder estas y otras preguntas a lo largo de las siguientes líneas.
El agua es vida
Más de mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua corriente a diario. Es una cifra enorme, pero detrás de ella hay personas que cada día no pueden beber agua cuando quieren. Las caravanas de niños y mujeres que recorren decenas de kilómetros cada día en el corazón de África buscando agua es algo que nos debe servir para ser conscientes de lo que tenemos en el mundo desarrollado.
Sin embargo, el milagro que significa abrir el grifo y disponer de todo el agua que queramos no significa que esa agua sea la mejor para nuestro cuerpo. Para que llegue hasta nosotros en condiciones de ser bebida tiene que pasar diferentes filtros y ser tratada con distintas sustancias que, en ocasiones, generan un olor que quitan las ganas de beberla.
Por poner un ejemplo: sólo en la ciudad de Madrid, el agua pasa un control cada cinco segundos; es decir, más de seis millones de controles al año para que llegue hasta los hogares en perfectas condiciones y libre de contaminaciones, ya sea por productos químicos o agentes biológicos.
Pero, ¿cómo llega hasta nosotros? Resumiendo mucho el proceso, el agua se recoge en pantanos, pasa por diversos filtros y se somete a un tratamiento químico aplicando cloro para que pueda ser consumido en los hogares. Dependiendo del terreno por el que pase recogerá más o menos sedimentos, por esa razón el agua de cada lugar sabe diferente.
El informe técnico sobre la Calidad del Agua de Consumo Humano revela que Madrid, San Sebastián, Bilbao, La Coruña y Orense son las ciudades donde mejor agua del grifo se consume en España, mientras el que llega a las islas y a la zona de Levante es menos sano y de peor calidad.
¿Qué agua necesitamos?
Son muchas las personas que creen que los tratamientos químicos a los que está sometido el agua que llega hasta nosotros a través del grifo son perjudiciales para nuestra salud, sea cual sea el lugar en el que vivimos. Por eso prefieren beber agua que proceda de otras fuentes, ya sea embotellada (la conocida como agua mineral), recogiéndola directamente de los manantiales o instalando filtros de agua en casa.
¿Cuál es la mejor de esas soluciones? Todas tienen sus ventajas y sus inconvenientes: el agua mineral se envasa directamente del manantial pero, a cambio, puede contener microagentes que se desprenden del plástico; el agua de manantial sería el más natural, pero corremos el peligro de que en su camino haya cogido alguna suciedad; mientras los filtros en casa son una buena solución, pero si no se mantienen correctamente pueden convertirse en un foco de bacterias.
En lo que todos los expertos coinciden es en que el 70 por ciento de nuestro cuerpo está compuesto de agua y debemos beber este líquido de la forma más natural posible para evitar infecciones. Además, el agua transporta tanto a las células como a otros nutrientes por el interior del organismo por medio de la sangre, por lo que debemos ingerir agua de calidad para que esas funciones no se vean afectadas.
Alimentos ricos en agua
Por eso, la mejor agua que podemos ingerir es el que está presente en la naturaleza. Por eso, es muy buena idea introducir en nuestra dieta alimentos orgánicos ricos en agua como frutas, hortalizas o verduras: piña, melón, tomates, espárragos o naranjas son buenos ejemplos. También los huevos, los lácteos o los pescados tienen una alta composición de agua.
Aguas mineromedicinales
Muchos estudios han analizado la composición de todas las aguas que hay en España y que están declaradas mineromedicinales. El consenso genérico es que las aguas minerales que tienen más de 75 miligramos de calcio y más de 8 miligramos de magnesio por cada litro se asocian con personas que tienen menos problemas cardiovasculares y neurológicos. En cambio, hay especialistas que opinan que no es necesario que las aguas tengan muchos minerales ya que el cuerpo los absorbe a través de una alimentación sana y saludable.
Sea como fuere, lo que está claro es que el agua es parte imprescindible de nuestra vida y que tenemos que ingerir una cantidad mínima cada día ya que nuestro cuerpo lo necesita. Además, una buena hidratación aporta beneficios al cerebro, al corazón, a los aparatos digestivo y respiratorio, a los riñones e, incluso, a la piel, que lucirá más brillante si estamos bien hidratados.