La artrosis es una de las enfermedades más comunes que aparecen entre las personas de edad avanzada y que más afecta a su movilidad y, por tanto, a que puedan hacer una vida normal siendo independientes. Lo que no todo el mundo sabe es que las aguas termales son muy beneficiosas para la artrosis, ya que sus propiedades ayudan a combatir la inflamación de las articulaciones, lo que permite la posibilidad de que las personas que la sufren puedan mejorar su calidad de vida.
Qué es la artrosis
La artrosis es una enfermedad reumática que lesiona el cartílago articular. Los cartílagos se encuentran en los extremos de los huesos y facilitan el movimiento de las articulaciones y, por tanto, nos ayudan a movernos. Si no hay articulaciones o los cartílagos están dañados, la movilidad se reduce y se produce una limitación en la vida de las personas que sufren esta enfermedad.
Además del dolor que provoca, son habituales tanto la rigidez por no poder doblar las articulaciones como las incapacidades funcionales generadas por esta situación. Los lugares más comunes donde se localiza la artrosis son las rodillas, la cadera, la columna, las cervicales y lumbares y los dedos de los pies y las manos.
Cómo ayudan las aguas termales a la artrosis
El doctor Juan Blanco, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Santiago de Compostela y médico especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología, es una de las personas que más ha estudiado la relación entre artrosis y aguas termales. Blanco es uno de los responsables de Trauma Sport, una de las clínicas de referencia en Ourense, y no solo está convencido de los beneficios que tienen las aguas termales para esta enfermedad, sino que las ha comprobado y certificado.
El doctor Blanco tiene claro que las aguas termales beneficiosas para la artrosis tienen que tener dos características: “La primera, la temperatura del agua, teniendo que ser superior a 25 grados; la segunda, el contenido de la misma. Me refiero con esto a que contengan sulfuros. Tanto Ourense como en otras partes Galicia tienen multitud de manantiales de los que emana ese tipo de aguas termales que podrían ayudar con esos tratamientos para las personas con artrosis”.
Las aguas sulfuradas o sulfurosas son las que predominan en el balneario de Arnoia de Caldaria. Hasta ahora estaban recomendadas en tratamientos dérmicos como la psoriasis, otras dermatitis y algunos tipos de infecciones, pero la experiencia del doctor Blanco añade también una nueva cualidad, y es que son ideales para tratamientos con artrosis.
Pero, ¿cómo serían esos tratamientos? “Durarían entre dos y tres semanas, seis días cada semana, en los que habría que tomar baños de agua termal de entre 25 y 40 minutos de duración. También se ha demostrado que, si se mezcla el agua termal con barros y se aplica sobre el cuerpo, aumenta la eficacia de las aguas termales”.
Durante la investigación del doctor Blanco con las aguas termales han medido diferentes variables en los pacientes, antes y después de someterse a este tratamiento, y los resultados respaldan sus teorías: “Se elevan los niveles de cortisol en sangre, que es un gran antiinflamatorio, y se reducen las procitoquinas inflamatorias que se producen en la artrosis. El siguiente paso será analizar cuánto dura este efecto, ya que hasta ahora se sabe que este tratamiento funciona justo cuando termina, pero queremos saber qué pasa a 3, 6 ó 12 meses. Eso nos ayudaría a decir a nuestros pacientes que tienen que repetir los tratamientos cada cierto tiempo, dependiendo de la duración de los efectos, algo que todavía no sabemos a día de hoy”.
Beneficios de las aguas termales para la artrosis
Con estos tratamientos, las ventajas de las aguas termales para la artrosis son muchos, tal y como explica el doctor Blanco: “Todos los parámetros analizados mejoran, lo que ya da una idea de su éxito. Además, es un tratamiento inocuo, es decir, no tiene efectos secundarios de ningún tipo, como sí tienen los fármacos antiinflamatorios que usamos para la artrosis o las inyecciones intraarticulares ácido hialurónico. Con el agua termal, este tipo de efectos secundarios no aparecen”.
Los beneficios de las aguas termales son tantos que, tal y como explica Juan Blanco, “pueden suponer un tratamiento ‘per se’, es decir, que solo con esas inmersiones en agua termal sea suficiente para producir una mejora. Pero también puede ser un tratamiento coadyuvante, es decir, para mantener a los pacientes lejos de una cirugía para sustituir una articulación por material protésico”.
Este tratamiento con aguas termales puede ser muy positivo para personas mayores que sufren artrosis, pero también para deportistas de élite. El deporte de alta competición lleva al máximo las exigencias físicas y hay muchos casos en los que se utiliza el agua como tratamiento en traumatología deportiva, no solo el agua termal. Y el doctor Blanco lanza un mensaje de las posibilidades que podría tener este tipo de iniciativas para el turismo de la provincia de Ourense: “Si somos capaces de potenciar el recurso de las aguas termales más allá del relax, sino que implementamos soluciones para dar a conocer y potenciar los tratamientos médicos que ofrecen los balnearios, sería un valor añadido bestial”.