No es la primera vez que desgranamos para ti las características y los beneficios de diferentes tipos de aguas mineromedicinales para que puedas aprovechar mejor sus propiedades. Ya te detallamos todos los pormenores de las aguas sufurosas y ahora es el turno de las bicarbonatadas, aquellas en las que predomina el anión bicarbonato y que cuentan con una mineralización global superior a un gramo por litro.
Características de las aguas bicarbonatadas
Las aguas bicarbonatadas proceden de la reacción entre el cloruro sódico y el sílice que surgen del seno de la Tierra en presencia de agua. Se forma inicialmente silicato sódico y luego bicarbonato sódico de agua. Aportan sílice que, en mayor o menor proporción figura siempre en las aguas bicarbonatadas.
Dentro de este tipo de aguas podemos distinguir hasta cinco subcategorías. Por un lado encontramos las bicarbonatadas sódicas, como las del balneario de Laias. Suelen ser hipertermales por su origen profundo y predomina el bicarbonato y el sodio. También existen aguas bicarbonatadas cálcicas, magnésicas o alcalinotérreas en las que predomina el calcio y el magnesio. Cuentan además con una mineralización y alcalinidad más baja que las anteriores. En tercer lugar, las aguas bicarbonatadas mixtas poseen bicarbonatos más diversos en aniones y cationes y su temperatura acostumbra a ser fría al tratarse de aguas más superficiales. Por ultimo, cierran la lista, las aguas bicarbonatadas sulfuradas, como las de Arnoia, y las cloruradas.
“Se trata de aguas incoloras, transparentes, inodoras y con sabor alcalino”
El pH de esta clase de aguas debería ser siempre alcalino, pero con frecuencia es próximo a la neutralidad o ligeramente ácido a causa de la presencia de gas carbónico. En cuanto a sus características organolépticas, se trata de aguas incoloras, transparentes, inodoras, con sabor alcalino y con frecuencia carbogaseosas con un sabor acídulo. Las de baja mineralización y mediana alcalinidad suelen ser aguas de mesa.
Aplicaciones de las aguas bicarbonatadas
En términos generales, las aguas bicarbonatadas contribuyen en procesos digestivos como gastritis, dispepsias, hernias de hiato y cualquier cuadro con acidez y disminución de secreciones biliares y pancreáticas.
Concretamente, las bicarbonatadas sódicas, las más se utilizan por vía oral por su elevado poder alcalinizante, proporcionan un efecto antiácido, neutralizando así el ácido clorhídrico del estómago y protegiendo así su mucosa.
A nivel intestinal, aumentan la secreción biliar y pancreática, y en relación con el hígado protege los hepatocitos. Además, mejora la tolerancia a los hidratos de carbono y la acción insulínica, es decir, resulta favorable para los diabéticos. Por su efecto alcalinizante, favorecen también la eliminación del ácido úrico.
En el caso de las aguas bicarbonatadas cálcicas, contribuyen a regular procesos nerviosos y cuentan con un importante efecto antiinflamatorio. También ayudan en afecciones reumáticas, neuralgias o dermopatías.
Otros beneficios de las aguas bicarbonatadas están directamente relacionados con trastornos metabólicos como la obesidad.
Como has podido comprobar, tu aparato digestivo, tu metabolismo o tu sistema inmunológico pueden aprovechar todas las propiedades de las aguas bicarbonatadas. Así que si tu perfil coincide con alguno de estos cuadros, no dudes en recurrir a ellas.