Galicia es tierra de historias y leyendas que han pasado de generación en generación hasta nuestros días. Algunas sirven para hablar de nuestros antepasados y de gentes que no conocimos, pero otras hacen referencia a lugares que, a día de hoy, siguen en pie desafiantes. El mejor ejemplo es el monasterio de As Ermidas, construido en el siglo XVII y que tiene detrás una historia legendaria.
Las leyendas de As Ermidas
Cuántas veces hemos salido de Galicia o de España para visitar otros países y otras culturas sin saber bien lo que tenemos al lado de casa. Lugares que pasan desapercibidos y a los que los propios lugareños apenas dan importancia, pero que cuando se conocen, tienen la capacidad de dejar boquiabierto al visitante. Uno de esos lugares se encuentra en el concello de O Bolo, muy cerca de la estación de esquí de Manzaneda, en la comarca de Valdeorras.
Es el monasterio de As Ermidas, un templo levantado en siglo XVII y que ha perdurado hasta nuestros días casi sin alteraciones, pero que tiene una larga historia por detrás. Es una historia llena de leyendas, de esas que pasan de padres a hijos y que quedan escritas en la historia para que cada uno decida si son ciertas o solo son cuentos.
La primera leyenda de As Ermidas se remonta al siglo XII: se cuenta que en un monte cercano a lo que hoy es el concello de O Bolo pastoreaba habitualmente el ganado. Distintos rebaños pasaban por delante de una cueva y los pastores veían cómo sus animales enfermos sanaban al pasar por el lugar. Uno de ellos entró en la cueva y descubrió una imagen de la Virgen con el Niño en brazos: entendieron que el ganado se curaba gracias a la Virgen y decidieron construir una pequeña ermita de una planta para guardar la imagen. Se convirtió en la Virgen de Las Ermitas.
Tuvieron que pasar 500 años para que aquella ermita se convirtiera en el magnífico templo que hoy conocemos y también hay una leyenda que explica esa historia. Es la del entonces obispo de Astorga, Alonso Mejía de Tovar, que se encontraba de visita en la zona y cayó enfermo. La historia cuenta que, en su lecho y ya desahuciado, vio en sueños la imagen de la Virgen y el Niño que se guardaba en la ermita y recuperó su salud milagrosamente. Por eso decidió construir el templo, unas obras que comenzaron en 1624 y que tardaron un siglo en completarse, hasta que Juan Martínez Pita terminó de edificar la fachada en 1726.
As Ermidas, una maravilla desconocida
Si la fachada del hoy conocido como Santuario de Nuestra Señora de Las Ermitas es espectacular, aún lo es más su interior. Ahí se encuentran las 14 capillas que componen el Vía Crucis y que contienen un total de 62 estatuas. De hecho, la celebración del Vía Crucis atrae cada año a miles de personas que peregrinan hasta el santuario, al igual que el 8 de septiembre, el día en el que se celebra la festividad de la Virgen.
Quienes quieran disfrutar de cada detalle de este impresionante lugar descubrirán un fantástico crucero en el atrio, obra del portugués Manuel Miranda, unas columnas salomónicas que enmarcan la puerta de entrada y los retablos que explican la Pasión de Cristo, llamando la atención sobremanera el del altar mayor. Es, en su conjunto, una de las mejores obras de arte barroco que se puede disfrutar hoy en día en Galicia.
Pero no solo por dentro es un lugar excepcional: la propia ubicación del santuario, en medio de la montaña, es ya de por sí una razón de peso para visitar a la Virgen de As Ermidas. Las vistas sobre el valle son excepcionales y su cercanía a la montaña hace parecer que estén unidas y que la construcción sea casi un apéndice natural de la naturaleza.
Un lugar de peregrinación
La fama de milagrera que se ganó la Virgen hace que, cada año, miles de personas peregrinen hasta As Ermidas para pedir ayuda, dar las gracias por una sanación o, simplemente, como forma de devoción a su Virgen. No solo el 8 de septiembre, el día mayor, sino a lo largo de todo el año se ven decenas de personas que quieren acompañar a su virgen ‘milagreira’.
Su fama se acrecentó hace pocos años, ya en el siglo XXI, cuando la ladera de la montaña se vino abajo, llevándose por delante parte del pueblo de O Bolo y un puente medieval sobre el río Bibei, pero prácticamente sin afectar a la iglesia. Los lugareños dieron por supuesto que su Virgen había obrado un nuevo milagro y que gracias a ella el santuario se había salvado: solo sufrió daños una pequeña capilla.
El monasterio de As Ermidas o Santuario de Nuestra Señora de las Ermitas es uno de esos lugares maravillosos por descubrir en la provincia de Ourense. Viaja a través de nuestro blog a este lugar y no dudes en visitarlo en cuanto puedas.