¿Cuánta agua hay que beber al día?

¿Cuánta agua hay que beber al día?

| Caldaria Hoteles y Balnearios

Todos sabemos que mantenernos hidratados es un hábito más que saludable, pero muchas veces nos preguntamos ¿cuál es la cantidad de agua recomendada para tomar cada día? Unos te dirán que ocho vasos, otros que dos litros, alguien puede subir hasta los tres... Nosotros damos hoy respuesta a esta cuestión.

Beneficios de beber agua

Pero antes de concretar qué cantidad de agua debes beber cada día, repasemos los beneficios para nuestra salud que reporta.

Mantenerte hidratado repercute directamente en como te sientes. Tomar agua contribuirá a que te sientas más energético, ayuda contra los dolores de cabeza, mejora tu digestión y combate la retención de líquidos.

Además el agua se encarga de depurar nuestro organismo. Beber una cantidad suficiente activará tus riñones y les facilitará la tarea. Esto contribuirá directamente en tu salud y en tu sistema inmunológico.

Nuestra piel también se beneficia de las virtudes del agua. Y es que estar bien por dentro se nota por fuera. Una correcta hidratación hará que tu piel se mantenga más sana y luzca un mejor aspecto.

Seguro que si alguna vez has estado a dieta, te han recomendado que tomes una buena cantidad de agua. El motivo, todos los beneficios que hemos enumerado hasta ahora además de reducir otro tipo de bebidas como refrescos o alcohol que contienen muchas más calorías.

Bebiendo agua

Listos para beber

Entonces, ¿cuánta agua debo beber para que tenga todos esos efectos en mi salud? Parece que la cifra mágica está en los famosos ocho vasos, aproximadamente dos litros de agua al día. Y este dato puede servirnos como guía, pero sentimos decirte que no existe una cifra mágica sino que debes beber la cantidad suficiente de agua para mantenerte hidratado.

“Debes beber tanta agua como sea necesaria para estar correctamente hidratado”

En esto influyen diferentes factores como la edad, el peso, el clima o la actividad física que se realiza. Por eso, lo más útil es aprender a identificar si estamos correctamente hidratados.

Para ello, no debes esperar a tener sed para beber, pero tampoco debes encharcarte de agua por llegar a una cantidad determinada.

La orina también puede ser un indicativo de si nuestro organismo esta recibiendo la cantidad de agua necesaria. Debe tener un color claro y un olor ligero.

Si por el contraria te encuentras frecuentemente con sed y tu orina es oscura y con un olor fuerte, debes revisar la cantidad de agua que estás tomando.

Ni ocho vasos, ni tres litros, el dato que debes tener en cuenta es que el agua es el principal componente de nuestro cuerpo, así que no debemos desatender un aspecto tan fundamental.

Beber agua

¿Y qué agua beber?

Para cumplir con tu objetivo de mantenerte hidratado puedes recurrir a dos tipos de agua, básicamente: agua del grifo y agua embotellada.

El agua del grifo es agua que ha sido potabilizada y sometida a controles para garantizar que es apta para el consumo humano. Su origen es diverso (ríos, pantanos, o incluso de la desalación de agua de mar) y su composición variable.

Dentro del agua embotellada se pueden distinguir tres categorías: el agua potable preparada, el agua de manantial y el agua mineral natural. El agua potable preparada es aquella de origen diverso que ha sido sometida a tratamientos para hacerla potable y luego se ha embotellado. El agua de manantial es de origen subterráneo y de composición indeterminada. Y finalmente el agua mineral natural tiene también un origen subterráneo, pero en este caso incluye en su composición una serie de minerales, nutrientes y oligoelementos que pueden proporcionarle propiedades favorables para la salud. El agua mineral natural es microbiológicamente sana y no ha sido sometida a ningún tratamiento químico.

La ventaja del agua mineral natural es que no solo te estás hidratando cuando la bebes, sino que también te estás nutriendo. Los minerales son micronutrientes que cumplen una función reguladora en el organismo humano, y deben ser aportados por la dieta. Existen varios tipos: los macroelementos esenciales, como el calcio, el fósforo, el sodio,el potasio, el cloro, el magnesio o el azufre, de que los que hay que consumir cantidades superiores a 100 mg por día; los microelementos esenciales, como el hierro, el flúor, el cinc o el cobre, cuyo requerimiento diario es inferior a 100 mg; o los elementos traza esenciales, como el yodo, el cromo, el molibdeno y el selenio, que el organismo precisa en cantidades inferiores a 1 mg por día.

Cada agua mineral natural es distinta, pues su composición mineral es única. En ella influyen las rocas que haya en la zona en la que se originan. Para saber diferenciar aguas minerales presta atención a la etiqueta, y en particular al residuo seco. Este se determina calentando el agua a 180 grados, haciendo que se evapore. A mayor residuo, mayor mineralización. Con un residuo seco inferior a 50 mg/l estamos hablando de aguas de mineralización muy débil, y si el residuo seco se encuentra entre 50 y 500 mg/l serán aguas de mineralización débil. La recomendación de los expertos es que tengan un mínimo de 20 mg/l de calcio y de 10 mg/l de magnesio.

En todo caso, todas las aguas minerales naturales son buenas y la mayoría están recomendadas para todas las personas.

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