Todo el mundo tanto en Lobios como en la región del Xurés conoce A Escusalla, una casa que está a punto de cumplir los 300 años desde que se comenzara a construir y que se ha convertido en un punto de peregrinación entre los amantes de las leyendas. Porque A Escusalla, hoy convertida en un paraje deshabitado y arrasado por dos siglos de abandono, acumula decenas de historias sobre misterios y fantasmas que habitarían la casa.
La construcción tiene dos alturas y forma de U y está formada por una gran casa de grandes muros de piedra y una pequeña ermita que se hizo adosada a la estancia principal. Pertenece a Lobios, aunque se encuentra entre las parroquias de Compostela y Ludeiros, y hoy en día es un paraje invadido por la maleza, muy lejos del esplendor que se le supone tres siglos atrás.
Entonces fue construido por orden del abad de Manín, llamado José Martínez de Parga, un párroco de alto poder económico en el siglo XVIII. Cuando terminó la construcción mandó levantar la ermita, la zona de A Escusalla que más misterios acumula y donde aún se puede leer una inscripción en la entrada: ‘Sacellum D. Joseph’.
El Tío Roque y ‘O Marrequiño’
La más famosa de las leyendas que rodean a la casa es la que hace referencia al ‘tío Roque’, un ciudadano portugués que cruzó las montañas después de la Guerra Civil y se instaló en esta construcción abandonada durante años. Dicen los lugareños que era policía y que había matado a su capitán en la policía portuguesa, por lo que tuvo que huir de su país para vivir en España.
Fue el propio Roque quien contaba a sus vecinos lo que sucedía en la casa: aseguraba que en los días de luna llena, un fraile jorobado y encapuchado aparecía por la casa acompañado de dos damas que se le aparecían desdibujadas. El fraile era conocido como ‘O marrequiño’ y no decía nada, al igual que sus acompañantes: simplemente atravesaban las paredes como si hubiera puertas en vez de piedras de gran tamaño.
Roque se asustaba con esas visiones e, incluso, en ocasiones tenía que bajar al pueblo de Lobios asustado de lo que pasaba en la casa y aseguraba que en el trayecto se le aparecían sombras. Es algo que muchos asocian al día de su muerte, cuando apareció sin vida en mitad del camino y sin ningún signo aparente de violencia.
Aunque el fantasma de ‘O Marrequiño’ tiene más teorías: hay quien asegura que es el fantasma de un cura del siglo XVIII que vivía en A Escusalla. Debió de estar involucrado en la construcción de parte de la casa y la leyenda dice que para no pagar a los albañiles que habían hecho su trabajo les mataba y enterraba en el patio.
Foto: enigmaps.com
Una casa famosa en toda España
A Escusalla pasó de ser una construcción con fama en Ourense y otros puntos de Galicia a ser conocida en toda España cuando en el año 2010 el programa de televisión Cuarto Milenio (aquí puedes ver el programa íntegro) le dedicó un amplio reportaje. Desde entonces han sido muchas las personas que han querido conocer de primera mano los misterios que encierran sus muros de piedra.
En ese reportaje se recogen los testimonios de habitantes de Lobios que llegaron a conocer al famoso tío Roque, como Herminio Estévez. Es un anciano que recuerda muchas de las leyendas que rodean a la casa y que tiene claro que algo extraño hay en su interior: “Que digan lo que quieran y piensen lo que quieran, pero alguna cosa hay”.
Porque esos mismos habitantes de Lobios aseguran que, durante décadas, han vivido en primera persona decenas de hechos anormales que han mantenido a la mayoría de ellos alejados de A Escusalla, sobre todo por las noches. Vivencias inexplicables que obligaban a huir en medio de la madrugada a quienes se atrevían a pasar la noche entre sus muros, ya fuera por necesidad, en caso de algunas personas sin hogar, o de quienes desafiaban a las leyendas.
Pese a esas legendarias historias siguen siendo muchos quienes se acercan hasta esta imponente casa de piedra atraídos por las leyendas que de ella se cuentan. Incluso hay quienes realizan a día de hoy diversos ritos en el interior de A Escusalla, intentando dar con las almas de quienes se cree que habitan esa mansión ahora en estado de ruina.
Incluso cuentan los mayores que, en los años 50, hubo una persona que vio salir un potente halo de luz dirigido hacia el cielo, cuando en esta zona aún no había llegado la luz eléctrica. Historias de misterio que se han transmitido de padres a hijos y que han convertido a los restos de A Escusalla en un lugar de peregrinaje para los amantes de las leyendas.