El tiempo todavía acompaña y por eso hoy, en nuestro blog HDOSO, te proponemos una parada en tu ruta por la Ribeira Sacra: la villa de Castro Caldelas.
Origen hasta nuestros días
Se tiene conocimiento de que esta zona, donde hoy está situada la villa, entre la Sierra de San Mamede y la Sierra de Queixa, ya estaba habitada en la época megalítica, es decir, hace más de 4.500 años. Se tiene constancia de ello gracias a dos necrópolis halladas en la comarca, una situada en la Sierra de Mazaira y otra en en O Burgo. Más hallazgos, esta vez de petroglifos confirman que también se habitó durante la Edad de Bronce y, más profusamente en la Edad de Hierro, cuando comenzó la cultura castrexa (actualmente podemos admirar restos en Castro de Paradela, en O Castriño da Cerca y en Outeiro da Torre.
Los romanos, de los que tanto hemos hablado ya en nuestro blog, también pasaron por la zona. No en vano, por la comarca discurría la Vía XVIII o Vía Nova e incluso existía una parada de viajeros, Manso Praesidium, situada en la aldea de O Burgo.
Suevos y visigodos también poblaron la zona, cambiando el modo de vivir de sus habitantes. Posteriormente, en la Edad Media, se tienen las primeras referencias de lo que podría ser el inicio de la villa tal y como la conocemos hoy con la construcción del castillo de Castro Caldelas, entre los años 1336 y 1343.
Situación de la villa y curiosidades
La villa de Castro Caldelas está situada en una colina que ‘vigila’ todas las Terras de Caldelas. A sus pies discurre el río Edo, afluente del conocido río Sil. Situada en el derrame septentrional de la Serra de San Mamede y la Serra de Queixa, se alza en un lugar privilegiado desde el que se divisa todo el valle o la ribera, en pleno corazón de la Ribeira Sacra. Su casco histórico, origen natural de la villa, fue declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1998. Además, forma parte de la lista de ‘Los pueblos más bonitos de España’ desde el año 2018. La importancia de la villa es mucha, pero más si te decimos que es aquí donde nació el documento más antiguo escrito en gallego que se conoce: O Foro do bo burgo de Castro Caldelas, donde el rey Alfonso IX de León otorgó, en el año 1288, fuero y regulación de este a los ciudadanos de la villa.
Qué ver en la villa
La Ribeira Sacra es un explosión de color tanto en verano como en otoño. Visita obligada en la provincia de Ourense, cuenta con numerosos atractivos que no se pueden dejar de visitar. En la propia villa, estos son los imprescindibles:
Castillo de Castro Caldelas
Una impresionante fortaleza medieval construida con fines defensivos bajo el mandato de Pedro Fernández de Castro, señor de Lemos y Sarria entre los años 1336 y 1343 después de que Alfonso IX le cediera las tierras de Caldelas. El castillo, que se encuentra en una ubicación privilegiada, es completamente operativo a pesar de haber sufrido varios ataques. Fue derribado en parte en las Revueltas Irmandiñas en el siglo XV a manos del pueblo, harto de los excesos de su señor, Pedro Álvarez Osorio, primer Conde de Lemos. Como castigo, el conde mandó al pueblo reconstruirlo, pero sus habitantes se negaron denunciando al conde ante la audiencia de Valladolid, que falló a favor de estos últimos.
En el año 1560 se termina la reconstrucción del castillo ya con un ambiente más palaciego que defensivo y en el año 1777 pasa a manos de la Casa de Alba. Pero aún sufrió otro revés durante la Guerra de la Independencia. El castillo y la villa fueron incendiados bajo las órdenes del general francés Louissón. A pesar de todo, a día de hoy, el castillo continúa en pie y forma parte del día a día de los habitantes de la villa, caldelaos, y de turistas. En su interior no solo se puede disfrutar de su arquitectura (patio de armas con pozo, un horno medieval, la Torre del Reloj y sus almenas, etc.) sino que también se encuentra un museo, un centro social y una biblioteca. Además, en él se realizan también conciertos, representaciones teatrales e incluso bodas civiles.
Santuario de Nosa Señora dos Remedios
Situado frente a la denominada Plaza do Prado, se sitúa la iglesia principal de la villa, construida entre los años 1812 y 1861. De estilo neoclásico, destaca por su sobriedad y su altura. Está compuesta por dos torres de campanario unidas por una balconada y destaca en su fachada una colorida vidriera con la representación de la Virgen de los Remedios. En su interior se puede visitar el museo parroquial. Destacan varias copias de Velázquez y Murillo y una colección de relicarios. En los jardines del santuario se encuentran tres monolitos homenaje a tres magistrados de la localidad, que fueron pioneros en el uso del gallego en el ámbito del derecho.
Iglesia de Santa Isabel
Tenemos que desplazarnos al final de Cima da Vila para ver el cementerio de la localidad que cuenta con las mejores vistas de toda la zona (solo superadas por las que se ven desde las torres del castillo). A la entrada del camposanto podemos admirar la iglesia de Santa Isabel, construida en el siglo XVI se cree que como parte original del castillo. De estilo renacentista cuenta en su fachada con los mismos escudos de armas de los Condes de Lemos que aparecen a la entrada del castillo. Destaca su campanario desde el que se puede observar una vista general de la Ribeira Sacra. La iglesia permanece cerrada prácticamente la totalidad del año menos en Fieles Difuntos. Actualmente se encuentra en obras ya que albergará un Museo Sacro próximamente.
Seguro que a estas alturas estás deseando visitar la villa. Nuestro último consejo: no te vayas sin probar los productos típicos de la zona como su excelente carne de vacas de raza autóctona (caldelá), así como su licor café o su bica mantecada. ¡El perfecto final para una ruta de fin de semana!