En pleno mes de febrero ya estamos más que habituados al frío, por mucho que a muchos les guste más el calor del verano. Pero si eres de esas personas frioleras o, simplemente, quieres alimentarte con los platos perfectos para combatir las bajas temperaturas, no te pierdas nuestra lista de platos gallegos para este invierno. Estamos seguros de que ya has comido la mayoría de ellos y si no es así, es el momento de ponerte manos a la masa y disfrutar de un buen menú.
Guiso de choupas
Las choupas son similares a los calamares, pero además de ser un alimento más barato, son ideales para utilizar en los guisos. Se suelen hacer con patatas o con arroz y en ambos casos son exquisitos si los añadimos pimiento, guisantes, cebolla, tomates y ajos. Se trata de un plato que se sirve mucho en las familias gallegas en invierno por su consistencia y por gustar a jóvenes y mayores por igual. No debe faltar un buen chorro de vino blanco de la tierra para el guiso: elige entre Ribeiro o Albariño y, lo que no uses en el guiso, enfríalo bien porque acompañará perfectamente a la comida.
Caldo gallego
Es el rey de todos los platos de cuchara en Galicia. Se compone de patatas, berza, grelos, alubias blancas, chorizo y grasa de cerdo, por lo que está claro que el aporte calórico de cada ración está garantizado. Añadir lacón o tocino es opcional, pero da aún más sabor al guiso. El truco está en hacernos con los ingredientes de la máxima calidad (algo que no será difícil en tierras gallegas), dejar las alubias en remojo desde el día anterior y cocinar todos los ingredientes a fuego lento. Después puedes decidir si lo comes recién hecho o si le dejas que coja fondo con unas horas de reposo, que puede extenderse a un día entero. El éxito está garantizado.
Arroz de pulpo
El cefalópodo más importante de la gastronomía gallega no podía faltar en esta relación de los mejores platos contra el frío. Hemos elegido una versión compartida con la gastronomía portuguesa, aunque en el caso de los vecinos siempre se hace caldoso, mientras en las casas gallegas se puede encontrar en una versión con cuchara, pero también con arroz seco más parecido a la paella. El arroz cogerá el sabor del pulpo al hacerse y el resultado final será espectacular, un festival para varios sentidos: la vista, el olfato… y sobre todo, el gusto.
Caldeirada de merluza
Una buena merluza de pincho, patatas gallegas y pimentón de la mejor calidad. Son los únicos ingredientes necesarios para un plato rico, sano y muy de la tierra. Como en otros casos, cuanto mejor sea la materia prima, mejor será el resultado final porque este guiso de tradición marinera, en este caso, es más sencillo. Alguna variante de la receta permite utilizar otros pescados del cantábrico o de la ría y convertir la caldeirada de merluza en una caldeirada de pescados o mariscos en toda regla.
Callos
Los platos de cuchara son las recetas estrella de esta época. La mejor forma de disfrutarlos es bien calentitos, con lo que nos garantizamos que reactiven nuestra temperatura. Pero además en el caso concreto de los callos gallegos, ese delicioso punto de picante que incluye la preparación tradicional también contribuye a entrar en calor. A esto se suma el importante aporte calórico del guiso -que incluye tripa y pata de vaca, chorizo y garbanzos como base- garantiza que tu temperatura suba y le plantes cara al frío del invierno. Eso sí, te recomendamos que puedas garantizarte 20 minutos de siesta si decides almorzar callos.
Carne o caldeiro
Si preguntas a un ourensano cuál es el plato más típico de la provincia (sin contar el pulpo, por supuesto), no tendrá ninguna duda. La ‘carne o caldeiro’ tiene antecedentes leoneses, ya que era un plato que se preparaba en la zona de Astorga, por lo que también se conocía como carne a la maragata. Es una preparación muy sencilla en la que la carne debe ser de buena calidad y hacerse a fuego lento. Junto con unos cachelos de primera componen un plato que verás en decenas de menús cuando te des un paseo por las calles más auténticas de la capital de As Burgas.
Lacón con grelos
Un clásico así no podía faltar en esta lista. Quizá el lacón con grelos sea el plato menos estacional de esta lista, ya que también se disfruta en veranos más frecuentemente que, por ejemplo los callos. Pero en invierno esta receta se hace indispensable en cualquier casa gallega. Y es que dos ingredientes tan aparentemente sencillos crean una combinación deliciosa y abierta a un sinfín de interpretaciones. Además, apartará el frío de ti.
Botelo
Se trata de un embutido tradicional gallego que se hace con el estómago del cerdo, el bandullo, relleno de otras partes del animal, principalmente costillas, maceradas y embutidas. También se añaden coiros o cachucha. El resultado, un delicioso y contundente embutido que hacer cocido acompañado de, por ejemplo, grelos y patatas. Uno de los más populares es el de O Barco de Valdeorras, donde incluso se celebra una fiesta para su exaltación. También goza de fama el de A Fonsagrada y fuera de Galicia el de Asturias, León y Norte de Portugal. En definitiva, uno de los mejores platos gallegos contra el frío.
Cachucha
El invierno en Galicia es sinónimo de muchas cosas. Frío, lluvia, nieve, lareira, buen comer… Aunque el frío apriete tampoco renunciamos a la fiesta. El Entroido llena de ritmo y color el invierno gallego. Y ¿qué se come en el Entroido? Exacto, no hay carnaval gallego sin comer una buena cachucha para coger fuerzas y prepararse para lucir los disfraces aunque los termómetros bajen de cero.
Cocido
Si has llegado hasta aquí es probable que también hayas pensado lo mismo que nosotros. La cuchara y los productos del cerdo triunfan en la gastronomía gallega de otoño e invierno. Pues el plato rey de reyes es el cocido. Todas las partes del cerdo que te puedas imaginar juntas, desde longaniza y chorizo de cebollas o lacón y oreja hasta el rabo. Por si esto fuese poco, le añadimos patata, berza y garbanzos. ¡Ah! Y después de comer toda la enjundia, no te olvides de tomar una buena ración de caldo. El resultado, el menú ideal para las comidas del domingo en familia. Si le añades un aperitivo o una sobremesa junto a una chimenea o una cociña de ferro, terminarás en manga corta.
Sopas de burro cansado
Podemos usarlo a modo de postre porque las sopas de burro cansado, también conocidas como sopanvino, tienen al azúcar como protagonista. Se trata de vino tinto nuevo, es decir, el elaborado con la uva recogida en esa misma cosecha, con azúcar y pan remojado en la mezcla. Una pequeña bomba no apta para todos, pero deliciosa para muchos. Se trata de una elaboración que se hereda de los trabajadores de campo que, durante décadas, trabajaban en condiciones aún más hostiles que las que afrontan hoy en día. Con esta receta conseguían una combinación que los activaba para las largas jornadas de labor. Además, en zonas como O Ribeiro, se hacía con el producto de cosecha elaborado en casa e incluso con el pan que también se horneaba en el hogar, con lo cual resultaba económico.
Lamprea a la cazuela
Pero no todo va a ser carne, aunque es la favorita de los platos gallegos para el invierno. En la sección de pescados. Nos decantamos por uno prehistórico que lleva utilizándose en la gastronomía gallega durante siglos: la lamprea. Pese a su aspecto monstruoso, este animal, que apenas ha cambiado en casi 500 millones de años, es uno de los más populares en las mesas gallegas. No podemos olvidar la famosa empanada de lamprea, pero nos decantamos por un buen plato de cuchara como es la cazuela de lamprea: pan frito, ajo, cebolla, clavo, canela en rama, aceita de oliva, vino tinto, vinagre y sal acompañan a este gelatinoso pescado en un delicioso plato. ¿No lo has probado nunca? No dudes en hacerlo, está viviendo su momento de fama en toda España debido a la popularidad que este plato gallego ha tenido en un reconocido programa de cocina. De hecho, es popular la Fiesta de la Lamprea en la localidad pontevedresa de Arbo.
Filloas
No es un plato de cuchara pero te aseguramos que con este postre te irás directo a una siesta, como te decíamos antes. ¿Qué mejor punto final a una buena comida gallega que unas típicas filloas de sangre? Aunque así dicho para muchos pueda no resultar un manjar, es de hecho uno de los postres típicos del invierno gallego, ya que la sangre se obtiene de las matanzas y hay que consumirla fresca para que conserve todas sus propiedades. Tan solo acompañadas de azúcar, o con miel o nata, son el colofón perfecto a una opípara comida.
¿Te has quedado con hambre? Si es así hacemos también un recorrido por lo mejor de la gastronomía española para este invierno. ¿Te animas?