A lo largo de la trayectoria de este blog hemos hablado muchas veces del agua. De su valor, de cuánta agua debemos beber al día o de la diferencia entre aguas sulfurosas o aguas mineromedicinales. Hoy ahondamos un poco más en este líquido, vital para nuestra existencia, y te hablamos de la composición del agua. ¿Cómo está formada? Sigue leyendo para saber más.
Qué es el agua
Según el diccionario de la Real Academia Española, el agua es un «líquido transparente, incoloro, inodoro e insípido en estado puro, cuyas moléculas están formadas por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, y que constituye el componente más abundante de la superficie terrestre y el mayoritario de todos los organismos vivos».
El agua es tan importante para nuestro planeta que un 70% de la superficie está compuesta por ella. En su mayoría (un 96%) es agua salada, en los océanos, entre un 1 y un 4% es vapor de agua que se forma en la atmósfera y un 30% se corresponde con el agua congelada de los polos.
Descubrimientos
Pero, ¿cómo sabemos de qué está compuesta el agua? Tendremos que remontarnos al año 1782 y hablar del físico y químico Henry Cavendish. Nacido en Niza en el año 1731 se dedicó en cuerpo y alma a los estudios científicos. Adinerado y sin ningún interés en nada más que su trabajo, como químico fue considerado el descubridor de la composición del agua. Él mismo afirmaba que «el agua estaba formada por oxígeno (aire deflogistizado) e hidrógeno (flogisto)». De hecho escribió varias comunicaciones a la Royal Society de Londres con experimentos sobre el hidrógeno, entre otros.
Más adelante, Antoine-Laurent de Lavoisier, químico y biólogo nacido en 1788 en París comprobó de primera mano que las moléculas de agua estaban compuestas por un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno. Conocido como el padre de la química moderna, repitió los experimentos de Cavendish para confirmar o desmentir su teoría. Presentó su trabajo en el año 1785 asegurando que, tras un experimento, pudo descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno. Tal hazaña se reflejó en el primer ejemplar del Journal Polytype del año 1786, en el que una reseña rezaba que, según Lavoisier, el agua estaba formada por 85 partes de oxígeno y 15 de hidrógeno.
Composición del agua
Como ya hablamos anteriormente, el agua está compuesta por un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno. Su estructura no es lineal. Es decir, los dos átomos de hidrógeno se encuentran enlazados al de oxígeno formando un ángulo de 104,5º entre sí, por lo que su estructura es angular pero tienen dos pares de electrones no compartidos. Además, todos los pares de electrones, tanto los que están compartidos como los que no, se repelen entre ellos. Esta distribución de los átomos, además de la electronegatividad del átomo de oxígeno determina la llamada polaridad del agua.
Puentes de hidrógeno
Debido a esta composición angular del agua y a su polaridad, las moléculas se atraen entre sí con relativa facilidad. Este tipo de atracciones se les conoce como puentes de hidrógeno o enlaces de hidrógeno, que se puedan definir como fuerzas electrostáticas entre un átomo electronegativo y un átomo de hidrógeno unido a otro átomo electronegativo. A esta última unión se le denomina enlace covalente y se produce cuando dos átomos no metálicos se unen y comparten uno o más electrones (en el hidrógeno deben ser dos a la fuerza) para alcanzar una octeto estable.
Octeto estable
De nuevo tenemos otro concepto para desarrollar y revelar la importancia y la complejidad de la composición del agua. La regla del octeto o teoría del octeto, que asegura que los iones de los elementos pertenecientes al sistema periódico tienen siempre la tendencia a completar sus últimos niveles con 8 electrones, adquiriendo así una configuración estable.
Solvente universal
Finalmente, podemos decir que el agua es el solvente universal por excelencia ya que es el líquido que más sustancias disuelve gracias a su molécula polar. De hecho, disuelve todas las sustancias menos las consideradas hidrofóbicas como son las grasas y los aceites. Esta capacidad de disolver la mayoría de las sustancias es lo que convierte al agua en imprescindible en el metabolismo celular y, por ende, imprescindible, por necesidad, para la vida.