Cuando somos jóvenes pocas veces pensamos en el impacto que nuestros hábitos tendrán con el paso del tiempo. Nos movemos sin esfuerzo, ignoramos pequeños dolores y damos por sentado que el cuerpo siempre responderá igual. A menudo, vemos personas de edades más avanzadas con artritis o o enfermedades similares, pero rara vez en alguien más joven. Pero ¿y si el futuro de nuestras articulaciones dependiera de lo que hacemos hoy?
Pero debes tener una cosa muy en cuenta: el reumatismo no es solo cosa de mayores. Muchos jóvenes conviven con estas enfermedades sin siquiera sospecharlo. ¿Qué podemos hacer para proteger nuestras articulaciones desde ahora? Sigue leyendo y descubre cómo pequeños cambios pueden marcar la diferencia.
Cualquier dolor articular tiene un detonante común: la inflamación crónica de la articulación. Aunque hay numerosos factores físicos muy conocidos para prevenir artritis o limitaciones similares, como una buena postura, realizar estiramientos y mantenerse en movimiento, el factor alimentación es esencial para poder cuidar estas molduras de nuestro cuerpo desde dentro.
¿Qué son las grasas buenas?
Por supuesto, hemos oído muchas veces que reducir las grasas se recomienda en todos los casos, pero ¿has oído hablar de las grasas buenas? Sí, efectivamente, la palabra grasa no siempre representa algo negativo. La famosa Omega-3 es un tipo de grasa poliinsaturada que es necesaria para que el cuerpo desarrolle sus funciones de manera eficiente. En el caso de las articulaciones, la Omega-3 hace la función de antiinflamatorio. No hace falta cambiar toda la alimentación para obtener esta grasa, unas pequeñas modificaciones son suficientes:
- Agrega semillas a los alimentos: para tus ensaladas, tus yogures o tus batidos, las semillas son un alimento versátil que además dará un extra de sabor y sofisticación a tus platos. Chía, sésamo, calabaza, girasol, nueces… ¡tú eliges!
- Prueba nuevas opciones de carne o pescado: cambiar la carne roja por carnes blancas o por pescados grasos. A la hora de la comida, puedes alternar el cerdo con pollo o con salmón. El pollo, aunque básico para muchos, tiene diferentes partes variadas entre las que elegir. Por otro lado, pescados como el salmón, las sardinas o el atún ofrecen numerosas técnicas de preparación que te permiten llevarlos al siguiente nivel. ¡Hay muchísimas recetas llenas de sabor con las que te puedes atrever!
- Un toque verde: añadir algo de fruta y verdura a tus comidas siempre es beneficioso, pero ¿cuáles nos protegen las articulaciones? Por suerte, las más versátiles. Famoso entre muchos, el aguacate es una excelente fuente de Omega-3. ¡Pega con todo! La espinaca, aunque no la más célebre, es también una hoja rica en grasas buenas que no tiene por qué ser solo utilizada en una simple ensalada, sino que ofrece múltiples opciones de preparación.
- ¿Y de acompañamiento? El pan es por excelencia el acompañamiento de toda comida. No te preocupes, no hace falta que lo elimines. Simplemente puedes optar por el pan de harina integral, que además mejora tu metabolismo. El sabor apenas cambia y puedes seguir disfrutándolo igual pero ayudando a tus articulaciones.
Nuestro cuerpo es uno, y cuidarlo día a día para proteger partes como las articulaciones es una inversión a largo plazo que podemos empezar hoy con pequeños cambios en la alimentación y el estilo de vida. ¡No hace falta mucho! Simplemente mantenerse en movimiento, corregir malas posturas y sobre todo prestar atención a posibles signos de inflamación o rigidez.
Escuchar nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia en nuestra calidad de vida futura. Así que, si podemos empezar a proteger nuestras articulaciones ahora, ¿por qué esperar?
