Después de un otoño que se recordará por los días de playa que hemos podido disfrutar en pleno mes de otoño e, incluso, en noviembre, el invierno llama a la puerta con las temperaturas más bajas del año. Para algunos, es la estación más bonita del año, por la nieve, la Navidad, etc., mientras que para otros solo es una época que hay que pasar por obligación, pero que están esperando superar cuanto antes. Para unos y para otros hemos preparado algunas curiosidades sobre el frío que, quizás, no conocías. ¿O sí?
Las temperaturas más bajas
¿Sabías que la menor temperatura jamás registrada en la Tierra es de -89,2 °C? Se tomó un 21 de julio de 1983 en la Antártida en 1983 y, aunque sorprenda que fuera en pleno verano, tiene su explicación. Además de factores relacionados con la latitud de la zona, su orografía y el reflejo de la luz solar, aquellos días se sucedieron varias jornadas de cielos despejados y aire extremadamente seco que dieron paso a esa medición de -89,2 grados en un lugar conocido como Vostok.
Sin embargo, los científicos han trabajado durante años en buscar cuál es la temperatura más baja que se puede alcanzar, lo que ellos denominan “cero absoluto”. William Thompson, un físico y matemático británico, la calculó en -273,15 °C y supondría que, en ese estado, tanto los átomos como las moléculas dejarían de vibrar y cualquier sustancia habría pasado a estar en forma sólida.
El frío afecta al cerebro
Los científicos han llevado a cabo multitud de estudios para determinar si las bajas temperaturas afectan al cerebro y cómo lo hacen. Las conclusiones son variadas, pero permiten establecer que el frío hace que las personas mejoren cuando se enfrentan a procesos complejos, pero se comporten negativamente a la hora de llevar a cabo tareas sencillas.
En ese sentido, la Kent State University de Estados Unidos llevó a cabo un experimento enfrentando a varias personas a una temperatura exterior de 10 °C para analizar su memoria de trabajo. Lo que descubrieron es que a esa temperatura se ven afectadas algunas funciones de la materia gris, la que está involucrada en el control muscular y la toma de decisiones. Los efectos negativos en los participantes en el estudio no mejoraron hasta que entraron en un lugar cálido y pasó al menos una hora.
Adelgazar en invierno
El cuerpo pide alimentos más contundentes en invierno para afrontar las bajas temperaturas, por eso comemos más cocidos, guisos y estofados, reservando las ensaladas para el verano. Sin embargo, el frío es un buen compañero para adelgazar, tal y como demostró un equipo de investigadores de la Universidad de Maastricht. Expusieron a los participantes a temperaturas no superiores a los 16 °C durante horas, vistiendo solo camiseta y pantalón corto, y descubrieron que su metabolismo se aceleraba, lo que significaba que quemaban más calorías.
El frío mata más que el calor
Estamos acostumbrados a escuchar que una ola de calor ha acabado con la vida de muchas personas. Sin embargo, el frío es aún más peligroso, según un estudio publicado en la revista científica The Lancet: analizaron 75 millones de muertes acaecidas en 13 países distintos y descubrieron que un 7,3% de las muertes estaban relacionadas con las bajas temperaturas, mientras que solo un 0,4% tenían que ver con un calor excesivo.
La buena noticia es que el frío también puede ser el responsable de aumentar nuestra longevidad: un estudio con ratones llevado a cabo en Estados Unidos reveló que al conseguir que su temperatura corporal descendiera unas décimas, aumentaron su esperanza de vida. Lo hicieron en un 20% entre las hembras y en un 12% entre los machos, lo que da una idea del poder del frío.
¿Por qué enfermamos en invierno?
El cuerpo humano suele estar entre 36,5 y 37 grados, una temperatura en la que el rinovirus que normalmente provoca los catarros no se puede reproducir. Sin embargo, cuando nos exponemos al frío y la temperatura de las cavidades nasales desciende hasta una cifra entre 33 y 35 grados, las condiciones cambian y el rinovirus sí se reproduce, razón por la cual nos constipamos más en esta época del año.
Para terminar, algunos mitos sobre el frío que es importante desbaratar:
- Los pies es la parte del cuerpo que primero se enfría: es falso, ya que la parte del cuerpo por la que más calor se pierde es la cabeza, de ahí la importancia de llevarla bien protegida.
- El frío es bueno para la piel: también es falso, ya que un exceso de frío puede generar enfermedades como la dermatitis. Lo ideal es exponerse a temperaturas suaves todo lo posible.
- En época de frío necesitamos dormir más: tampoco es cierto y, simplemente, es la ausencia de luz que comienza en otoño y se extiende durante el invierno lo que produce somnolencia, pero eso no significa que haya que descansar más.
El otoño es esa época del año en la que todo cambia antes de que llegue el frío invierno. Sin embargo, eso no quiere decir que haya que resignarse a quedarse en casa: abrígate bien y aprovecha una escapada para disfrutar de una de las estaciones más bonitas.