El escritor Victor Hugo decía que “hay padres que no aman a sus hijos” pero que “no hay abuelo que no adore a sus nietos”. Preferimos no creer la primera parte de su afirmación, pero desde luego que nos entregamos a la evidencia de la segunda. No hay abuelo que no estuviese dispuesto a dar cualquier cosa por sus nietos, y del mismo modo debería ocurrir en el otro sentido. Por desgracia, el ritmo actual de la sociedad no colabora a que le demos el lugar que le corresponde a nuestros mayores. ¡Cambio de chip a la de ya! Y que mejor jornada para comenzar que el Día de los Abuelos que en España se celebra cada 26 de julio
Envejecimiento activo
Cuando nuestros mayores alcanzan cierta edad tendemos a empujarlos hacia una vida que se reduce a la televisión, los bancos del parque y, si nos viene bien, que cuiden de nuestros hijos. La esperanza de vida de las mujeres españolas supera los 85 y la de los hombres los 80, con toda esa vida por delante ¿quién es el osado que se atreve a apartarlos del centro de la actividad social al cumplir 70 o 75 años?
En lugar de eso debemos dedicar esfuerzos a trabajar en el aspecto del envejecimiento activo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), define el envejecimiento activo el proceso que optimiza las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de las personas a media que envejecen. Permite además que las personas realicen su potencial de bienestar físico y social, mejorando así su imagen pública.
La OMS dedica esfuerzos a la promoción del envejecimiento activo
Existen unos pilares fundamentales del envejecimiento activo. Una dieta sana y ejercicio moderado y adecuado para cada condición física son extraordinarias rutinas para mantenerse activo a medida que pasan los años. El agua puede jugar un papel fundamental en este apartado. Su principio de flotación permite que los usuarios puedan realizar movimientos que fuera del agua le resultarían mucho más complejos, cansados e incluso imposibles. Si por encima se trata de aguas termales, a las propiedades de cualquier agua se suman las especificas de las mineromedicinales.
Pero ya sabes eso de mens sana in corpore sano, así que, si es importante mantenerse activo físicamente, tanto o más lo es conservar una mente ágil. Existen multitud de recomendaciones y ejercicios específicos de gimnasia para nuestras neuronas, pero cuestiones cotidianas también son tremendamente efectivas. Llevar sus propias cuentas, hacer la lista de la compra y acudir al mercado, conservar responsabilidades, tomar decisiones sobre su día a día, combinar su ropa diariamente e incluso viajar, todo dentro de las posibilidades de cada individuo, no solo mantendrá su mente activa sino que disparará el estado de ánimo de nuestros mayores.
Pon tu grano de arena
Si la vida tiene una verdadera injusticia es que los abuelos no sean eternos, pero así ocurre. Estamos seguros de que si aún los tienes contigo tratas de demostrarle cuanto los quieres y valoras lo que hacen por ti diariamente, de que pones tu empeño en ello, pero es muy probable que estés desatendiendo cuestiones sencillas que pasan inadvertidas.
¿Cuáles? Pues por ejemplo conversar, aunque sea sobre las mismas cosas que el día anterior, y el anterior, ponle paciencia, ellos también la han tenido contigo, y una acción tan simple también es algo sumamente positivo para que tus abuelos se mantengan activos. Además, el día que no puedes hacerlo lo echarás más de menos que muchas otras cosas de tu día a día, así que mejor aprovecharlo tanto como puedas ¿verdad?
Acompáñalos a pasear, y no al mismo parque de siempre, llévalos a esa cafetería tan moderna a la que vas con tus amigos o si los ves con fuerza, planifica un día de compras, sobre todo las abuelas son muy coquetas. Motívalos para que continúen -o empiecen- alguna afición. Si les gusta la jardinería, cuida con ellos su jardín o esas macetas que tanto miman en su balcón. Y para una ocasión especial, como el Día del Abuelo, anímalos con un viaje, donde mejor que a un balneario con sus programas de termalismo social para que puedan relacionarse con otras personas de su edad o prepara una escapada nieto-abuelos de fin de semana.
Podríamos seguir y seguir con consejos y sugerencias pero creo que puedes hacerte una idea. Los abuelos se lo merecen todo y es que, como ya decía el escritor estadounidense Alex Haley, “nadie puede hacer por los niños lo que hacer los abuelos: salpican una especie de polvo de estrellas sobre sus vidas” y cuando somos adultos lo siguen haciendo.