En los últimos años, la temperatura media de la Tierra ha subido en más de un grado, los fenómenos climatológicos extremos como sequías o graves inundaciones se han disparado, las olas de frío o de calor son cada vez más agresivas y el retroceso de los glaciares es un hecho científicamente comprobado. Todo esto se debe a un fenómeno conocido como cambio climático en el que la mano del hombre tiene mucho que ver. Por eso, Naciones Unidas dispuso hace unos años que el 24 de octubre se celebre el Día Internacional contra el cambio climático, una fecha que nos tiene que llevar a pensar qué estamos haciendo con nuestro planeta y cómo podemos poner nuestro granito de arena para solucionarlo.
Qué es el cambio climático
Naciones Unidas define cambio climático como “los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos”. Hay dos tipos de causas que dan lugar a esos cambios, las naturales y las humanas, pero son estas últimas las que han colocado a nuestro planeta en el lugar en el que ahora se encuentra. Desde el siglo XIX, las acciones del hombre con la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas han hecho que se disparen las emisiones de gases de efecto invernadero, que elevan la temperatura al atrapar el calor del sol.
Pero, además, hay otras causas que están provocando el cambio climático, como la deforestación de grandes zonas verdes en todo el planeta, el consumo excesivo en todos los niveles de la vida y una cultura social de usar y tirar, la falta de inversiones en energías renovables y un largo etcétera. Por eso, poner fin a esta situación está en manos de todos, tanto de los dirigentes mundiales como de cada una de las personas que habitan la Tierra.
Qué es el Acuerdo de París
Para frenar este imparable deterioro de nuestro planeta, los líderes mundiales se reunieron en el año 2015 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21). Se celebró en Francia y ahí se firmó el histórico Acuerdo de París, un tratado vinculante firmado por 192 países más la Unión Europea y que establece objetivos a largo plazo para todas las naciones:
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: el objetivo es limitar el aumento de la temperatura global en este siglo a 2 °C.
- Revisar los compromisos de los países cada cinco años.
- Financiar a los países en desarrollo para que puedan aplicar medidas contra el cambio climático.
Este tratado internacional entró en vigor el 4 de noviembre de 2016 y todos los países se comprometieron a aplicar distintas medidas en materia climática. Cada firmante está obligado a enviar un plan nacional cada cinco años con sus actuaciones en acción climática y las medidas que van a tomar en los próximos 5 años. La conferencia COP24 de Katowice, en diciembre de 2018, y la COP26 de Glasgow, en noviembre de 2021, han servido para poner confirmar las reglas que deben regir a todos los firmantes del Acuerdo de París.
Qué podemos hacer
Los dirigentes mundiales llegaron a los Acuerdos de París para tratar de revertir esta situación crítica a largo plazo. Pero cada una de las personas que vivimos en este planeta podemos llevar acciones en nuestro día a día para tratar de poner nuestro granito de arena a la hora de luchar contra el problema. Estos son algunos de los pasos que podemos dar para frenar el cambio climático:
- Usa el transporte público en lugar del privado y elige la bicicleta en la ciudad: así se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera.
- Reciclaje: no solo de los plásticos, vidrio y papel, sino también de los residuos electrónicos.
- Reduce los embalajes: compra productos a granel en el supermercado que no vengan envasados.
- Reutiliza: aprovecha las tiendas de segunda mano y regala o vende aquello que ya no utilizas.
- Ropa de calidad, no en cantidad: mejor comprar un pantalón que dure 3 años que no 3 pantalones, a uno por año.
- Cambia las bombillas tradicionales por las LED de bajo consumo.
- Cuidado con la eficiencia energética de los electrodomésticos: los A consumen mucho menos que los F.
- Ahorra energía invisible: apaga la televisión o el ordenador desde el enchufe, para que no se queden en stand-by. Desenchufa el cargador del móvil cuando termina de cargar, porque sigue consumiendo electricidad, aunque el teléfono ya no esté conectado.
- Ahorra agua caliente: duchas en lugar de baños, lavadoras con agua fría, grifos que no goteen…
- Instala energías renovables en casa: los paneles solares pueden ayudarte a ahorrar energía y mucho dinero cada día.
El cambio climático es un problema común y todos tenemos que poner de nuestra parte si queremos revertir esta situación tan complicada. Que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando de este increíble planeta depende de nosotros.