El 20 de julio de 1969 la misión Apolo 11 aterrizaba en la Luna llevando por primera vez a seres humanos hasta el satélite. Durante dos horas, Neil Armstrong y Edwin Aldrin caminaron por el conocido como ‘Mar de la Tranquilidad’, recogiendo más de 20 kilos de rocas y pruebas del suelo lunar. Para conmemorar aquella gesta, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 20 de julio como Día Internacional de la Luna y hoy, aprovechando esta fecha, vamos a aprovechar para contarte algunas curiosidades de nuestro satélite más cercano, su relación con la agricultura y las mareas, etc.
Curiosidades de la Luna
La Luna es una visión constante desde la Tierra. Cada noche se ve desde cualquier parte del mundo, aunque dependiendo del lugar desde el que se observe se tiene una perspectiva u otra. Lo que no sabe cualquiera es que, aunque la Luna y el Sol parezcan tener tamaños similares al ojo humano, son muy distintos. De hecho, el Sol es unas 400 veces más grande que la Luna; sin embargo, parecen casi iguales debido a que nuestro satélite está mucho más cerca de nosotros (en concreto, unas 400 veces más cerca de la Tierra) y, por esa razón, parece más grande.
Además, la luna recibe diferentes nombres, dependiendo de la fase en la que se encuentre. Esa fase viene delimitada por el cambio de la posición lunar respecto del Sol. Por eso, se divide en cuatro fases:
- Luna Nueva: cuando la Luna se encuentra entre la Tierra y el Sol.
- Cuarto creciente: la Luna está en una posición intermedia y solo se ve un cuarto, pero va camino de la Luna Llena.
- Luna Llena: cuando la Tierra está entre el Sol y la Luna. En ese momento, la parte de la Luna que está más cercana a la Tierra es la que está iluminada.
- Cuarto menguante: la Luna está en una posición intermedia, pero va camino de la Luna Nueva.
Pero la luna tiene muchas otras curiosidades: ¿sabías que solo pesa alrededor del 1 % de la Tierra? Que su diámetro es de unos 3.475 kilómetros, mucho menor que el de nuestro planeta, que supera los 12.740 kilómetros de diámetro. Que la gravedad también es mucho menor, apenas de la sexta parte que en la Tierra; por eso, una persona media que pese en nuestro planeta unos 80 kilos solo pesaría en la luna algo más de 13 kg.
La Luna y las mareas
Cualquiera que haya ido alguna vez a la playa se habrá dado cuenta de que el nivel del mar sube y baja a lo largo del día. La causa se debe a las mareas, los movimientos periódicos del nivel del mar que asciende o desciende dependiendo directamente de las fuerzas de atracción gravitatoria ejercidas por el Sol y, principalmente, la Luna.
Pero, ¿qué significa esa atracción gravitatoria? Explicado de forma sencilla, la Luna atrae el agua que se encuentra en los océanos que están más próximos a ella. Por eso, se produce un fenómeno de abombamiento en el océano que no se ve al ojo humano, pero que sí es visible en las playas o zonas de costa: en el punto de máxima altura, llamado pleamar, el agua es capaz de llenar playas y golpear los muros de las costas; en el punto de mínima altura, llamado bajamar, hay que adentrarse muchos metros en el mar para conseguir que el agua nos cubra, ya que parece que ha desaparecido.
El agua del mar se retira varias veces al día y vuelve a aparecer, pero no sucede cada día a la misma hora, sino que depende de las fases lunares. Se sabe con precisión cuándo va a suceder cada día, algo a lo que están muy atentos los pescadores y hombres del mar, pero también los turistas que quieren disfrutar de un día de playa sabiendo hasta dónde llegará el agua durante su visita.
La Luna y la agricultura
Si la influencia de la luna en las mareas es algo más o menos conocido, no lo es tanto el poder que ejerce en la agricultura. De hecho, los agricultores saben perfectamente que las fases de la luna influyen en sus cultivos y trabajan conociendo de antemano las diferentes fases lunares para que la influencia de la luna en la agricultura y las cosechas sea positiva.
La ciencia ha confirmado que la Luna contribuye tanto al crecimiento como a la germinación de los cultivos, así como al proceso de fructificación. Afecta a todas las etapas de desarrollo, desde la fotosíntesis al enraizamiento de las semillas. Por eso, no es lo mismo sembrar un día u otro: hay que seguir algunas normas para sembrar en una etapa lunar u otra, ya que eso puede significar que una planta consiga prosperar o no.
Este es el periodo en el que hay que actuar para conseguir el máximo rendimiento:
- Abonar: en plantas con raíz superficial, de luna creciente a luna llena; en plantas con raíces profundas, de cuarto menguante a luna nueva.
- Riego: restringir durante la luna llena y cuarto creciente para que las plantas den más frutos y flores.
- Poda: se recomienda durante luna menguante para evitar que la planta o árbol pierda savia; y entre luna nueva y luna creciente para facilitar que vuelvan a brotar.
- Siembra: en cuarto creciente, las plantas o árboles de fruto; en cuarto menguante, las plantas o árboles de flores o semillas; entre luna creciente y luna nueva, las plantas que fructifican sobre la tierra; entre cuarto menguante y luna nueva, las plantas que fructifican bajo la tierra.
- Cosecha: si se van a secar hojas, flores y semillas, entre luna menguante y luna nueva; si se van a usar al momento, luna creciente y luna llena.
Como se puede ver, la Luna influye directamente en nuestra vida diaria y es mucho más importante de lo que parece. Conocer sus pequeños secretos puede ayudarnos a conseguir las mejores cosechas y cultivos, pero también a no llevarnos un susto en un día de playa. Pero, por supuesto, se recomienda disfrutar de su belleza siempre que se pueda.