Si te decimos que las propiedades de las aguas minermodicinales son casi casi infinitas, no te contamos nada nuevo. Hemos visto como ayudan a nuestra salud , desde dolencias cutáneas y óseas, hasta afecciones relacionadas con la tensión arterial o el aparato respiratorio. También son una herramienta ideal contra el paso del tiempo y un imprescindible en cualquier tocador como elixir de belleza. Pero, ¿qué hay de sus cualidades organolépticas, especialmente del gusto? Pues te adelantamos que el agua termal está haciéndose un hueco en la gastronomía de vanguardia. Sigue leyendo y descubre las posibilidades del agua termal en la cocina.
Agua termal, tradición y cocina
Aunque ahora nos resulte un tanto exótico eso de pensar en el agua termal en la cocina y se relacione con la gastronomía de vanguardia, existen usos tradicionales. En los hornos tradicionales de piedra en las zonas termales de Galicia se elaboraban exquisitos panes con este tipo de aguas. También se ha utilizado para poner a remojo legumbres y que estas absorban todos los minerales de las aguas antes de su elaboración.
Pero no se trata de una cuestión exclusiva de Galicia y otras regiones termales de España. Por ejemplo, los maoríes neozelandeses, que vivían cerca de las aguas termales de Whakarewarewa, solían emplear este agua para cocinar. Para ello, ponían el alimento, como la carne o las patatas, en bolsas de lino, para luego introducirlo en el agua hasta que estuvieran listos. De este modo, además de utilizar el poder calórico de estas aguas, adquirían también algunas de sus propiedades organolépticas.
Agua termal y cocina de vanguardia
A partir de esta tradición y con un importante afán investigador, algunos chef trabajan para introducir el agua termal en la cocina de vanguardia, aprovechando al máximo cada una de sus características.
En el pasado salón gastronómico “Xantar”, celebrado en la ciudad de Ourense, el chef Miguel González Quintela mostró su interpretación del agua termal en sus platos.
En esa ocasión presentó una elaboración denominada “pescado, marisco y agua termal”. La lista de ingredientes consistía en merluza, falso caviar de erizo y caldo de dashi utilizando en la cocción agua de As Burgas.
Miguel González Quintela lleva un buen tiempo investigando las cualidades organolépticas del agua de As Burgas, pero también en cómo aprovechar sus beneficios para la salud a través de la gastronomía. Recientemente ha conseguido el apoyo del Concello de Ourense, a través del área de termalismo, y de la Universidad de Vigo para avanzar en este terreno.
De este modo, además del aprovechamiento del agua termal a través de sus usos más típicos, una gastronomía que incluya en alguno de sus platos este recurso puede convertirse en un nuevo rasgo diferencial de, por ejemplo, la oferta turística de la ciudad.
Ya sabes, la próxima vez que disfrutes de un baño termal recuerda que esa misma agua puede aportar un toque exquisito en la cocina y cuidarte por dentro.