El envejecimiento es un proceso natural e irreversible, y es en la piel en donde se muestran con toda claridad sus efectos. En el proceso de envejecimiento influye no solo la predisposición genética, sino también otros condicionantes externos, que tienen que ver con el ambiente que nos rodea y con el estilo de vida.
Estos factores externos que actúan sobre el individuo a lo largo de su vida, y que desencadenan una respuesta del organismo, son lo que se denomina exposoma. Se han definido siete factores de exposoma que afectan al envejecimiento prematuro de la piel:
- Contaminación
- Estrés
- Falta de Sueño
- Nutrición
- Radiación solar
- Tabaco
- Uso de cosméticos inadecuados
Cómo detectar el envejecimiento prematuro
El paso del tiempo y estos exposomas actúan sobre la dermis provocando envejecimiento prematuro. ¿Cómo se nota? No tienes más que fijarte en el aspecto de la piel: aparecen arrugas y líneas de expresión, se vuelve más sensible y con más propensión a dañarse y mayor dificultad de curarse; su textura está más seca y áspera, con una apariencia apagada y sin brillo. ¿Y por qué pasa esto? Con la edad y debido a estos factores externos, a nivel biológico el riego sanguíneo se reduce, disminuyen los niveles de colágeno y elastina, se reduce el número y la densidad de las células adiposas y la renovación celular se vuelve más lenta. En consecuencia, la piel pierde densidad, elasticidad, luminosidad y volumen, lo que causa los efectos citados.
Consejos para evitar el envejecimiento prematuro
Pero, ¿podemos evitar el envejecimiento prematuro de la piel? Aparte del factor genético, sobre el que no podemos intervenir, el resto de factores que intervienen en el envejecimiento prematuro de la piel son externos y modificables. Estas son algunas recomendaciones que puedes seguir si quieres evitarlo:
Protégete del sol
La radiación solar es el elemento más dañino para la piel: los rayos ultravioletas del sol no solo pueden causar enfermedades y lesiones (desde quemaduras solares a carcinomas o melanomas), sino que es el principal responsable de su envejecimiento prematuro, haciendo aparecer en la piel manchas y arrugas a edades tempranas. Para prevenirlo es imprescindible usar siempre protección solar durante todo el año, no solo cuando vamos a la playa en verano.
Hidrátate (con agua y con cremas)
Entre el 15% y el 20% del agua de nuestro cuerpo se encuentra en la piel, pero con la edad este porcentaje va disminuyendo, puesto que se pierde capacidad para retenerla. Por ello, es fundamental beber suficiente agua para mantener una piel más flexible, firme y elástica. Y también hidratar la piel con cremas que le proporcionen el agua que necesita. Opta por una hidratante específica para tu tipo de piel.
Lleva una dieta equilibrada
Una buena alimentación es fundamental para que tu piel tenga un aspecto saludable. Tienes que incorporar alimentos ricos en antioxidantes, minerales, vitaminas, fibra, omega 3, agua o betacarotenos y evitar o reducir el consumo de alcohol y de productos ultraprocesados, ricos en grasas y azúcares.
Dormir las horas suficientes
Cuando dormimos, nuestro organismo aprovecha para, entre otras funciones, regenerar y oxigenar las células. Las personas que duermen mal muestran mayores signos de envejecimiento de la piel y una recuperación más lenta de las diferentes agresiones externas. Por tanto es esencial dormir los suficiente (entre 7 y 9 horas para un adulto) para mejorar el aspecto de la piel y evitar ojeras, bolsas, arrugas, manchas o pérdida de elasticidad.
Evita el tabaco
Además de otros daños para la salud, la nicotina y los productos químicos presentes en los cigarrillos aumentan los radicales libres dañinos para la piel, empeoran la irrigación sanguínea y reducen la capacidad de autorrecuperación de la piel. Asimismo, fumar aumenta las arrugas en el contorno de los labios y da a la piel un aspecto seco y apagado. Poderosos motivos para dejar el tabaco si no lo has hecho todavía.
Reduce el estrés
El estrés crónico no solo afecta a nuestro estado de ánimo, sino también a nuestra apariencia exterior, en particular la piel. El estado de nerviosismo que conllevan las situaciones estresantes provoca cambios en nuestro organismo, que se reflejan en el estado de la piel: disminuye la luminosidad, aumenta la flacidez, se reseca o se vuelve sensible, y pueden aparecer o empeorar desórdenes cutáneos; en definitiva, se acelera su envejecimiento.
Realiza ejercicio físico de forma regular
Practicar ejercicio regularmente es uno de los mejores hábitos que puede establecer. Entre sus múltiples ventajas: fortalece el sistema inmunitario, mejora la circulación sanguínea en las capas de la piel, y ayuda a una mayor regeneración celular.
Sigue estos consejos para prevenir el envejecimiento prematuro de tu piel y mantenerte joven por más tiempo.