En HDOSO ya hemos hablado de cómo la temperatura de las aguas termales y la cantidad y tipología de minerales determinan el tipo de aguas termales y, por tanto, sus propiedades para su uso en hidroterapia. Pero, ¿sabes cómo se forman las aguas termales? ¿Cuál es su origen?
A lo largo de líneas de fallas de la Tierra pueden introducirse las aguas subterráneas que a diferentes profundidades adquieren diferentes temperaturas. Cuando este caudal subterráneo sube a la superficie terrestre lo hace en forma de vapor (que puede condensarse al llegar a la superficie formando un géiser) o en forma de agua caliente. Este tipo de aguas suelen contener minerales disueltos que a menudo se depositan alrededor del manantial, creando formas tan espectaculares como las de Yellowstone. Carbonatos, sulfatos y cloruros están presentes en mayor o menor grado y dependiendo de la cantidad son aguas indicadas para una u otra afección. En muchos casos, contienen gases magmáticos como el ácido clorhídrico y el dióxido de azufre. La filtración de las aguas termales les aporta minerales, reduce bacterias y aumenta su pureza.
Calentamiento por gradiente geotérmico
¿Sabes que es el calentamiento por gradiante geotérmico? Cuando el agua de la lluvia se filtra en el suelo se calienta por el efecto del gradiente geotérmico (incremento de 0,3 ºC por cada 100 metros de profundidad). Esta fórmula matemática permite que el agua de lluvia o de nieve filtrada regresa a la superficie como una fuente termal. Existen dos grandes tipos de aguas termales atendiendo a su origen geológico: magmáticas, que nacen de filones metálicos o eruptivos con temperaturas de hasta 50º, y telúricas, que son más filtradas y pueden aparecer en cualquier lugar.
Algunos destinos importantes a nivel mundial del termalismo están en áreas volcánicas, como por ejemplo, Nueva Zelanda, México, Islandia, Japón, Colombia, Bolivia, Chile, Perú, Panamá, el Parque central Yellowstone en Estados Unidos, Jilamito en Arizona, Atlántida en Honduras, y el pueblo de Coamo en Puerto Rico.
Fuentes minerales vs manantiales termales
Las aguas minerales son todas aquellas provenientes de fuentes naturales que poseen propiedades físico-químicas. Las fuentes termales son aguas minerales que brotan a 5 ºC más calientes que las aguas potables que brotan en ese suelo. Algunas fuentes termales no se relacionan con el vulcanismo, sino más bien con el fallamiento o con cuerpos ígneos antiguos. Las aguas termales pueden ir desde menos de 20 grados hasta más de 150º.
Las fuentes y manantiales termales se originan por la filtración de agua, de lluvia o de nieve, que penetra en las capas inferiores de la tierra y emerge en otra área de menor altitud. Generalmente los manantiales van ligados a la presencia de niveles impermeables en el subsuelo, que impiden que el agua se siga filtrando y la obligan a salir a la superficie. Los cursos subterráneos a veces se calientan por el contacto con rocas ígneas todavía calientes y afloran como aguas termales.
Los antiguos griegos y romanos rendían culto a las fuentes naturales, consagradas a un dios. Es famoso manantial de las termas romanas de Bath, en el sudoeste de Gran Bretaña, consagrado por los romanos a la diosa Minerva. Las fuentes ornamentales, en las ciudades de los siglos XVII a comienzos del XX, solían evocar ese carácter sagrado de los manantiales mediante esculturas que representaban a las antiguas deidades del agua.
Sobre las fuentes existe historia y literatura asociadas. Como curiosidad y ejemplo, en el siglo I, Plinio el Viejo señalaba que las Fuentes Tamáricas en fase seca, en Velilla del Río Carrión (Palencia) tenían como peculiaridad manar y dejar de hacerlo sin explicación alguna, señal esto de mal augurio. ¿Tiene la ciencia explicación para este fenómeno? Nuevamente la razón se encuentra en las surgencias y los cauces subterráneos así como en la cantidad de agua filtrada procedente de las lluvias.
Ahora que ya sabes cómo se formas las aguas termales y la diferencia entre manantiales minerales y fuentes termales, disfruta con conciencia de todos los beneficios del termalismo y la hidroterapia, una tradición tan antigua como los propios romanos. Las termas romanas eran recintos públicos destinados a baños. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban Balmes o balneum y si eran públicos thermae o therma.