Gripe: tratamientos y síntomas

Gripe: tratamientos y síntomas

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El otoño es sinónimo de enfermedades respiratorias, visitas al médico y procesos gripales para millones de personas en todo el mundo. Evitar el contagio de esta enfermedad es complicado y son muchos los que, antes o después, acaban sucumbiendo al virus. No debemos confundir gripe con resfriado ya que se trata de enfermedades diferentes. Aquí vamos a profundizar en la gripe, conociendo sus síntomas, los tratamientos para superarla e, incluso, cómo prevenir su contagio.

¿Qué es la gripe?

La gripe es una enfermedad infecciosa muy contagiosa que afecta, fundamentalmente, al aparato respiratorio y que está causada por el virus conocido como influenza. Existen cuatro tipos de gripe, A, B, C y D, aunque los causantes de las epidemias de la gripe son los virus gripales de tipo A y B. Una de las características de estos virus es que poseen la capacidad de mutar antigénicamente, lo que obliga a reactualizar las vacunas de forma anual.

La gripe suele aparecer en brotes u oleadas, varias a lo largo de cada invierno, afectando a gran cantidad de personas y causando epidemias que llegan a infectar a entre el 5 y el 20 por ciento de la población. Estas epidemias causan cada año gran absentismo escolar y laboral, con pérdidas en la productividad. La mayor parte de las clínicas y hospitales pueden verse desbordados durante los periodos de máxima actividad de la enfermedad.

Aunque habitualmente se trata de una enfermedad autolimitada y leve, puede adquirir mayor gravedad e incluso ser mortal, en pacientes ancianos o con enfermedades crónicas, respiratorias, cardíacas u otras.

La gripe tiene fácil propagación y se transmite en entornos como los colegios, residencias, hospitales y, en general, lugares cerrados que son frecuentados por mucha gente. Al toser o estornudar, las personas infectadas dispersan en el aire, a distancia de hasta 1 metro, gotas con virus que infectan a las personas cercanas que las inspiran. Además, el virus también puede transmitirse por las manos contaminadas.

Dolor de cabeza

Síntomas de la gripe

El virus de la gripe se transmite de persona a persona, habitualmente a través de las secreciones respiratorias, por la tos y estornudos. Los síntomas comienzan de 18 a 36 horas tras la incubación y pueden ser muy variables de unos individuos a otros, así como su intensidad y duración.

El cuadro clínico, de comienzo brusco, suele producir:

  • Dolor de cabeza.
  • Fiebre elevada de 39 y 40ºC continua durante 3 días, con la característica de presentar descensos y reapariciones periódicas, para desaparecer finalmente en torno a las 24 horas.
  • Malestar general y dolores musculares y articulares generalizados.
  • Síntomas respiratorios tales como tos seca, dolor de garganta y destilación nasal.
  • En algunas ocasiones pueden aparecer también síntomas digestivos, como dolor abdominal, náuseas o diarrea.

Habitualmente los síntomas generales mejoran espontáneamente< en las primeras 72 horas tras su comienzo, mientras que los síntomas respiratorios pueden empeorar en esas primeras jornadas. Los síntomas suelen durar entre 2 y 5 días, de modo que la mayor parte de los enfermos están asintomáticos a la semana del comienzo de la enfermedad. Los enfermos pueden presentar, tras el cuadro agudo, un cuadro de cansancio persistente que se ha denominado síndrome de astenia postviral.

La enfermedad puede ser leve, grave o incluso mortal. La hospitalización y la muerte son más frecuentes en grupos de alto riesgo.

Resfriado

Tratamiento de la gripe

En la mayor parte de los casos basta con un tratamiento para los síntomas de la fiebre, de los dolores musculares y del dolor de cabeza, dando especial importancia al reposo relativo y una buena hidratación, con ingesta de líquidos.

Los fármacos aconsejados son preferentemente analgésicos para el dolor y antipirépticos para la fiebre, como el paracetamol e ibuprofeno. Los antibióticos no están indicados salvo que el médico lo aconseje para evitar complicaciones.

En los últimos años se han desarrollado algunos fármacos antivirales específicos, pero no se ha demostrado que reduzcan las complicaciones serias de la gripe por lo que, hasta la fecha, no se ha generalizado su uso. Por el momento, su indicación se restringe a aquellos casos en los que, por su sistema inmunológico debilitado u otras circunstancias, se prevea una mayor dificultad en la curación de la enfermedad.

Tipos de gripe y sus diferencias

Existen tres tipos de gripe estacional y se denominan gripe A, gripe B y gripe C. Sus síntomas son similares, ya que en todos los casos afectan a los pulmones y las vías respiratorias. También causan el mismo tipo de fiebre, dolor y malestar general. Sin embargo, hay varias e importantes diferencias entre ellas.

  • Gripe A: son los virus de la gripe más dañinos, predominan en aves salvajes y se transmiten principalmente entre animales, aunque también se dan casos (cada vez más frecuentes) de contagio en humanos. Estos virus se dividen en varios subtipos, dependiendo de la combinación de las proteínas H y N en la superficie del virus. En los últimos años se han extendido entre los humanos los subtipos de gripe A H1N1 y H3N2.
  • Gripe B: son los virus más comunes que afectan a las personas y, al mismo tiempo, los más fáciles de controlar por su estabilidad, ya que sus mutaciones son escasas y tardan más tiempo en producirse, lo que permite que los humanos puedan desarrollar cierta inmunidad. Se dividen en dos grandes grupos: Yamagata y Victoria.
  • Gripe C: es la menos frecuente y las infecciones que provoca son normalmente más leves que la B y la A. Se sabe que solo afecta a humanos y cerdos, pero sus síntomas y cuadros clínicos son poco importantes. Sin embargo, en los niños sí puede llegar a causar infecciones respiratorias de cierta complejidad.

Vacuna de la gripe

 ¿Por qué hay que vacunarse de la gripe cada año?

La mayoría de las infecciones por gripe suelen derivar en cuadros clínicos más o menos leves. Sin embargo, la cosa se complica cuando hablamos de la población de riesgo (personas de más de 65 años, que sufren enfermedades crónicas o recién nacidos, principalmente). Para todos ellos, vacunarse cada año es imprescindible para evitar males mayores.

Una de las características más comunes en la gripe es su altísima capacidad de contagio. Y, además, los virus de tipo A y B son especialistas en crear mutaciones, lo que implica que, cada temporada, aparecen nuevas variantes del virus de la gripe. Por eso, la vacunación entre los grupos de riesgo es imprescindible de cara a mantener su inmunidad de cara a las variantes que llegan cada año.

Se estima que, cada año, aparecen de media una o dos cepas nuevas de la gripe A y una nueva cepa de la gripe B. Para evitar brotes y epidemias más o menos graves, la industria farmacéutica se encarga de preparar cada año las nuevas vacunas contra la gripe estacional con las nuevas cepas detectadas.

Cómo diferenciar la gripe del covid 19

La aparición del coronavirus en el primer trimestre de 2020 cambió el mundo tal y como lo conocíamos hasta entonces. Primero fueron los confinamientos obligatorios, después las restricciones y limitaciones de movimientos y el uso obligatorio de mascarillas. Pero, ¿cómo podemos diferenciar la gripe común del covid 19?

Tanto el coronavirus como la gripe están causados por diferentes tipos de virus. En el caso de la gripe, como hemos visto, pueden ser de tres tipos (gripe A, gripe B y gripe C), mientras en el caso del covid 19 está causado por el SARS-CoV-2. El problema es que, por sus similitudes, puede ser muy difícil diagnosticar qué tipo de enfermedad tenemos basándonos solo en síntomas.

Por eso, lo mejor es hacerse algunos de los diferentes test que están disponibles en las farmacias y que han bajado mucho de precio desde que comenzaron a aparecer los primeros modelos. Hay que tener en cuenta que los síntomas del coronavirus aparecen normalmente entre 2 y 14 días después de exponerse al virus, mientras que en el caso de la gripe los síntomas son mucho más rápidos, entre 1 y 4 días después de la exposición.

Lo mejor, tanto en el caso del covid 19 como en el de la gripe, es estar vacunados para prevenir posibles complicaciones.

Covid y gripe

 La mejor fórmula: la prevención

Para prevenir la transmisión hay que lavarse las manos frecuentemente y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al toser. Hay que tener en cuenta que el tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad oscila entre uno y cuatro días, durante los cuales se puede contagiar el virus, aunque no se tengan síntomas.

Pero, sin duda, la forma más eficaz de prevenir la enfermedad es la vacunación. Hay vacunas seguras y eficaces que se vienen utilizando desde hace más de 60 años. En los adultos sanos, la vacunación antigripal es protectora; pero, en los ancianos, la vacunación puede ser menos eficaz para prevenir la enfermedad, aunque reduce la gravedad y la incidencia de complicaciones y muertes.

La vacunación es especialmente importante para personas con alto riesgo y para quienes atienden o viven con ellas:

  • Las mujeres embarazadas en cualquier fase de gestación, los menores de 5 años, los mayores de 65 años y los pacientes con enfermedades crónicas (cardiacas, pulmonares, renales, metabólicas, del desarrollo neurológico, hepáticas o hematológicas) o inmunodepresión (por VIH/SIDA, quimioterapia, corticoterapia o enfermos de cáncer).
  • Debido a su exposición a los pacientes, los profesionales sanitarios corren gran riesgo de infectarse por los virus de la gripe y transmitirlos, sobre todo a personas vulnerables.

Cuidarse en invierno es fundamental para contraer el menor número posible de enfermedades. Pero, pese a toda la prevención o incluso vacunados, millones de personas serán contagiadas por el virus. Conocer qué es la gripe, sus síntomas y tratamientos nos ayudarán a superarla cuanto antes.

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