Las indeseadas manchas de la piel son uno de los problemas más frecuentes a los que debemos enfrentarnos. Son varios los motivos que provocan su aparición, especialmente en el rostro. Si detectamos algunas de estas manchas, pecas o lunares en nuestra piel no debemos ignorarlos. El primer paso es siempre, observar, y si consideramos que presentan un aspecto alarmante, acudir a nuestro médico para descartar males mayores. Una vez que sabemos que no se trata de nada grave para nuestra salud podemos empezar a atacarlas por nuestra cuenta y/o con el apoyo de algún dermatólogo. Por nuestra parte, hoy te damos nuestros particulares consejos para evitar y combatir las indeseadas manchas de la piel.
La naturaleza y el tipo de las manchas
Antes de decidir el tratamiento de nuestras manchas en la piel debemos localizar el origen de estas. Existen varios factores que pueden influir directamente en su desarrollo.
Dos de los principales motivos que provocan la aparición de manchas en la piel son la edad o la exposición irresponsable al sol. Estas son además las causas más conocidas y por tanto, de las que más nos protegemos. Sin embargo hay muchos más condicionantes.
Una dieta desequilibrada con déficit de determinados nutrientes puede contribuir al desarrollo de manchas en la piel. Y que decir del tabaco. Está comprobado que la nicotina altera la actividad de los melanocitos, células productoras de la melanina, encargada de la pigmentación de la piel.
Existen otras cuestiones más difíciles de atajar que también hacen aflorar estas manchas en la piel. Hablamos, por ejemplo, de trastornos hormonales, predisposición genética o el fototipo de la piel, se sabe que las pieles más blancas son más delgadas y contienen una menor cantidad de colágeno, por lo que son más vulnerables a posibles alteraciones, incluidas las manchas.
Dejamos al margen dolencias de otro calado que causan alteraciones en la pigmentación de la piel.
Cómo evitarlas
Más vale prevenir que curar. Ya utilizamos este dicho cuando hablamos de la medicina preventiva y es perfectamente aplicable para el tema que estamos tratando.
Empecemos por lo básico. Protégete del sol. Siempre. Cuando te parezca que brilla especialmente y cuando te parezca que todo está nublado. El sol tiene muchas buenas propiedades, pero nuestra piel necesita una barrera que lo proteja de las malas. Además, cuídate especialmente de la exposición solar después de según que procesos estéticos, como por ejemplo peelings o depilaciones.
El paso del tiempo no podemos frenarlo, pero si cuidas con constancia tu piel podrás retrasar los efectos más negativos que pueden presentarse. Así que mantén tu piel limpia y sobre todo hidratada. Para ambas cosas, el agua y la cosmética termal serán grandes aliados.
Y no solo debes cuidarte e hidratarte por fuera, sino también por dentro. Tu piel no deja de ser un reflejo de tu interior, así que bebe la cantidad de agua adecuada, mantén una dieta equilibrada y desintoxica periódicamente tu organismo.
Cómo reducirlas
Dependiendo de la intensidad de las manchas o de, como comentábamos anteriormente, su naturaleza, quizás debas recurrir a un dermatólogo y a productos farmacéuticos especializados. Por nuestra parte te recomendamos unos trucos caseros que puedes utilizar como complemento o para mitigar manchas menos resistentes.
El zumo de limón aplicado con cautela sobre las manchas puede ser un gran aliado, siempre y cuando evites a toda costa exponerte al sol tras su aplicación, sino el resultado será todo lo contrario al deseado. Algo similar sucede con el jugo de la cebolla morada, el vinagre, el rábano o el tomate.
Otros productos más 'convencionales' como mascarillas de leche, yogur o pepino pueden dar muy buen resultado contra las manchas. Tampoco nos olvidamos de la cúrcuma, una especia con capacidad para reducir la pigmentación oscura de la piel.
Y hasta aquí nuestras recomendaciones para que tu piel luzca sin manchas. Ya nos contarás si las pones a prueba.
