El verano es la época del año en la que más tiempo pasamos fuera de casa. Viajamos en vacaciones, hacemos excursiones en nuestro tiempo libre o quedamos con amigos para hacer rutas de senderismo por bosques y montes. Y ahí es donde nos cruzamos con una enorme variedad de especies vegetales, la mayoría de las cuales desconocemos. Pero, ¿sabrías identificar si alguna de ellas se puede comer? Es más, ¿sabes que muchas de esas plantas aportan muchos beneficios a nuestro organismo? Para ayudarte antes de tu próxima salida a la naturaleza, hemos preparado una lista de 10 plantas silvestres comestibles, así como sus características y nutrientes y beneficios para que te animes a consumirlas muy pronto.
Rúcula silvestre (Eruca vesicaria)
Esta planta silvestre comestible lleva miles de años siendo consumida por los humanos, pero es cierto que hasta finales del siglo XX no se popularizó. Hoy la podemos encontrar en cualquier supermercado, pero la podemos reconocer en el campo por su frondosidad y por sus 4 pétalos con forma de cruz de un color blanco amarillento. Se recoge principalmente entre los meses de febrero, marzo y abril y solo deben comerse las hojas tiernas, que aportan una buena cantidad de fibra, vitaminas A, C y B, minerales como el hierro, el calcio o el magnesio y antioxidantes.
Borraja (Borago officinalis)
La borraja está presente en muchas recetas de nuestro país, sobre todo en sopas y caldos, pero también en ensaladas y guarniciones. Se reconoce muy fácilmente en el campo por unos pelos que tiene tanto en el tallo como en el follaje; de hecho, esos tallos son urticantes y la razón por la que se recomienda consumirla cocinada y no cruda. Se come toda la planta, tanto hojas como flores y semillas, y es rica en fibra, vitamina C, minerales, carbohidratos y ácidos grasos.
Diente de león (Taraxacum officinale)
Aunque en muchos lugares donde aparece está considerada como mala hierba, lo cierto es que el Diente de león tiene propiedades medicinales. Se sabe que es muy eficaz contra el estreñimiento, pero también tiene efecto diurético y se recomienda en caso de intoxicación por sus capacidades depurativas. Se puede identificar por una floración amarilla y por su corola de 5 puntas y se puede consumir desde que se está desarrollando, aunque se desaconseja hacerlo una vez que ya ha comenzado a marchitarse.
Verdolaga (Portulaca oleracea)
La verdolaga se identifica con facilidad gracias a su tallo de color rojo que se extiende por el suelo y a sus flores amarillas. Las hojas crudas se consumen tradicionalmente en ensaladas o encurtidos, pero también se preparan hervidas en guisos o para hacer cremas. Se recogen entre los meses de junio y octubre, se puede comer tanto la hoja como el tallo y aportan una buena cantidad de nutrientes como vitaminas C y B9, minerales como hierro, calcio, potasio y magnesio, y ácidos grasos omega 3. Es importante saber que se desaconseja su uso a personas que sufran piedras en el riñón por contener oxalatos.
Llantén (Plantago major)
El llantén es una de las plantas silvestres comestibles más comunes del mundo, sobre todo en Europa, y es muy conocida por sus magníficas propiedades medicinales, ya que es antiinflamatoria y diurética, además de servir como cicatrizante. Uno de sus usos más habituales es en forma de pasta, hirviendo las hojas para utilizarlas como antiinflamatorio, aunque también contiene mucílagos y ácido silícico que le hacen ser un estupendo expectorante.
Apio caballar (Smyrnium Olusatrum)
Esta planta silvestre es conocida por sus propiedades diuréticas y depurativas, además de ser una de las que más vitamina C contiene. Eso la convierte en una planta medicinal muy extendida desde hace muchos siglos, que se puede consumir tanto cruda como cocida y en la que se come tanto las hojas como los frutos, las flores y los tallos, aunque estos hay que ahuecarlos.
Bledo (Amaranthus blitum)
El bledo no solo es una planta silvestre comestible, sino que también tiene unas magníficas propiedades medicinales. Es rica en vitaminas A, B, C, B1, B2 y B3, antioxidantes y minerales como el calcio y el hierro. Se utiliza para mejorar la flora intestinal, en caso de intoxicaciones de estómago y también contra la fiebre. Se puede comer cruda o cocida, aunque sus frutos se utilizan habitualmente para hacer infusiones. Puedes identificarla por un color verde oscuro, tanto en las hojas como en el tallo, aunque este cuenta con ramificaciones en tonos rojizos.
Cardencha (Dipsacus fullonum)
La cardencha puede llegar a alcanzar un metro y medio de altura, por lo que se le puede identificar en el bosque fácilmente, además de por contar con espinas en su tallo. Se consume principalmente en infusiones, utilizando el extracto que se consigue de sus raíces, y se le conceden propiedades medicinales por sus cualidades depurativas y diuréticas, además de ser un buen cicatrizante para la piel y de que se le reconocen efectos positivos para los enfermos de artritis.
Lechuga salvaje (Lactuca virosa)
La Lactuca virosa es similar a la lechuga común que comemos habitualmente, pero hay que comerla con moderación. La razón es que cuenta con propiedades analgésicas y psicoactivas que pueden llegar a provocar intoxicaciones, aunque es comestible. Tiene un color verdoso-azulado muy característico y puede llegar a alcanzar hasta 1 metro de altura.
Cardo mariano (Silybum marianum)
El cardo mariano es también conocido como cardo lechoso y puede llegar a alcanzar los 3 metros de altura. Se le atribuyen propiedades antioxidantes por un ingrediente llamado silimarina que se extrae de sus semillas, pero también se utiliza para tratar problemas de hígado y con las piedras en riñones y vesícula.
Recuerda que es importante no consumir ninguna planta si no tienes claro que es comestible, ya que podrías sufrir una intoxicación de consecuencias imprevisibles. Por eso, siempre es una buena idea hacer una investigación sobre lo que te puedes encontrar en la zona por la que vas a hacer tu ruta, ya que te facilitará la decisión de consumir plantas silvestres comestibles.