Ourense es conocida por ser la provincia termal por excelencia de España y los balnearios Caldaria de Arnoia, Laias, Lobios y Abadía son el mejor ejemplo. Pero muy cerca de estos centros de termalismo, aunque al otro centro de la frontera con Portugal, se encuentra uno de los mejores ejemplos de termas romanas de toda Europa. Chaves acaba de estrenar su museo, al que ya han denominado como “el mayor balneario termal romano de la Península Ibérica”.
Tierra de aguas termales
Que el sur de la provincia de Ourense es rico por sus aguas termales es algo que se conoce desde tiempo de los romanos. De hecho, fueron ellos quienes establecieron el campamento de Aquis Querquennis muy cerca de Lobios por esas aguas termales, que también fueron la causa de que se creara Aquis Originis, una de las mansiones que crearon los romanos entre Asturica y Bracara Augusta en plena Vía Nova, la antigua carretera que comunicaba Astorga con Braga.
No muy lejos de allí, a unos 50 kilómetros en línea recta aproximadamente, se encuentra Chaves, una de las ciudades más importantes del norte de Portugal. Su espléndido pasado romano queda representado en su imponente puente que cruza el río Támega. Pero, de hecho, la ciudad recibió el nombre de Aquae Flaviae, lo que demuestra la importancia que ya tenían entonces las aguas termales para los romanos.
Ahora, dos milenios después, Chaves acaba de estrenar un museo sobre sus aguas termales, lo que no han dudado en calificar como “el mayor balneario termal romano de la Península Ibérica”. Y quieren que sirva como efecto llamada para atraer a nuevos turistas que quieran conocerlo todo sobre estas aguas medicinales.
Las termas romanas de Chaves
La Cámara Municipal de Chaves explica que “las Termas Medicinales Romanas son el complejo termal portugués más importante, pero también uno de los más monumentales de Europa. Su protagonismo viene dado por la grandiosidad de las estructuras, ya sea por su tamaño, como por la calidad arquitectónica y su estado de conservación”.
Están situadas en el margen derecho del río Támega y se descubrieron por casualidad en el año 2008, cuando las obras que se estaban acometiendo para la construcción de un parking revelaron la presencia de un monumental complejo termal. Los estudios arqueológicos que se llevaron a cabo demostraron la importancia del descubrimiento y las autoridades de Chaves decidieron paralizar el parking y construir en el lugar un museo dedicado al termalismo romano, al mismo tiempo que reactivaban el sistema hidráulico de abastecimiento.
Menos de 15 años después de que aquellas termas salieran a la luz, Chaves ha inaugurado su nuevo museo, “una joya más de la corona que viene a unirse al imponente puente romano”. Fue el emperador Flavio Vespasiano el que dio el antiguo nombre de Aquae Flaviae a la ciudad; ahora, casi dos mil años después, las aguas mineromedicinales de Chaves vuelven a estar de moda.
Qué ver en Chaves
La historia de Chaves tiene mucho que ver con la defensa de los ejércitos invasores, ya que aquí se libraron batallas contra los romanos y los visigodos, pero también contra los musulmanes, los franceses y, por supuesto, los españoles. De hecho, la primera derrota que sufrió Napoleón en Portugal fue en esta ciudad.
Por eso, muchos de los monumentos importantes que hay que ver hoy en día tienen que ver con las fortificaciones y los sistemas defensivos de la ciudad. El Castillo de Chaves, del que hoy apenas queda en pie la torre del homenaje, es el mejor ejemplo y da nombre al centro histórico de la ciudad, denominado barrio del Castillo.
Tampoco hay que pasar por alto el Fuerte de San Francisco, un antiguo convento franciscano que se levantó en el siglo XVI y que hoy se ha reconvertido en hotel, sin duda, uno de los mejores de la ciudad.
Dos plazas, la de Camões y la de la República, acogen algunos de los edificios más importantes de la ciudad. Principal importancia tiene la primera, donde se encuentra el edificio Paços do Concelho, el palacete más bonito de Chaves, que data del siglo XIX y que hoy es la sede del ayuntamiento. También merece la pena visitar en esa misma plaza las iglesias de Santa Maria Maior, de la Misericordia y la Capilla de la Senhora da Cabeça.
Pero, por supuesto, la joya de la corona de Chaves es su imponente puente romano, el Puente de Trajano, que cruza el Támega con sus impresionantes 140 metros de longitud. Es la manera perfecta de terminar una visita a Chaves y dedicarse a explorar su espléndida gastronomía: no dejes de probar su famoso bacalao, cocinado de mil maneras diferentes, y que te permitirá descubrir la entrada a un mundo de sabores únicos.