Es importante saber lo que significa esta palabra de origen japonés. En el idioma del país del sol naciente shiatsu quiere decir “presión con los dedos”. Pero, ¿de qué se trata? Es una milenaria terapia manual de origen nipón formada por una combinación de prácticas orientales combinadas con el conocimiento en profundidad sobre el cuerpo humano.
Presión con los dedos
En Japón definen shiatsu como un tratamiento que se aplica con la presión de los dedos pulgares y las palmas de las manos en ciertas zonas de nuestro cuerpo con el fin de activar la capacidad de autocuración.
El shiatsu recoge el conocimiento de la acupuntura tradicional china, la quiropraxia de origen americano y la sabiduría japonesa de la práctica del masaje. Es una práctica perfecta que puede ayudar a curar problemas de salud tan dispares como el dolor en la espalda, el estrés, la artrosis o el insomnio.
Es importante tener en cuenta que realizar un tratamiento de shiatsu no está al alcance de cualquiera. En Japón, un terapeuta especializado ha de estar formado ampliamente en la materia y pasar un examen estatal. En España la exigencia no es tan rigurosa, pero es importante ponerse en manos sólo de los mejores especialistas para no sufrir ningún problema.
Beneficios del shiatsu
Se podría decir el shiatsu tiene muchas aportaciones y muy pocos efectos secundarios ya que es una terapia que respeta al máximo nuestro organismo. El shiatsu nos ayudará a restablecer la salud mediante la autocuración. Los principales beneficios son:
- Provoca un efecto de depuración en el organismo.
- Beneficia el funcionamiento del organismo gracias a una relajación profunda.
- Aumenta el rendimiento físico y mental.
- Equilibra nuestro sistema respiratorio, nervioso y digestivo.
- Fortalece nuestro sistema inmunológico.
- Mejora nuestro cuerpo en relación al estrés, la ansiedad o los nervios.
- Estimula la circulación.
El shiatsu, además de estos beneficios, se recomienda para mejorar nuestra salud a nivel general y es tremendamente efectivo cuando se aplica a ciertas dolencias:
- Dolores de cabeza intensos, migrañas, vértigos…
- Problemas de estómago.
- Hipertensión y asma.
- Dolores menstruales.
- Para aliviar dolores musculares o de articulaciones así como la osteoporosis y lesiones deportivas.
- Estados depresivos y de ira.
Por todo esto, el shiatsu no tiene prácticamente contraindicaciones y las pocas que se han encontrado son:
- Enfermedades de la piel.
- Estados febriles.
- Enfermedades infecciosas.
- Obstrucción intestinal severa.
- Enfermedades relacionadas con el hígado y páncreas.
¿Cómo debe ser una sesión de shiatsu?
Como en todas las prácticas terapéuticas fuera de la medicina tradicional, hay que estar atentos a dónde vamos y qué tipo de tratamiento nos van a aplicar. Lo primero que debemos hacer es ir a un sitio especializado y allí nos tienen que realizar una valoración para conocer nuestro estado emocional así como nuestras dolencias.
Una sesión de shiatsu dura al menos una hora. El paciente ha de colocarse en una camilla mientras el especialista aplica los masajes sobre las distintas zonas de nuestro cuerpo. Es aconsejable el silencio absoluto, no se debe hablar antes o después de la sesión ya que la concentración por parte del terapeuta es fundamental a la hora de aplicar el tratamiento.
En la sala, la temperatura debe ser de confort y es recomendable que haya tanto música como esencias relajantes en el ambiente. Hay pacientes que llegan a relajarse de tal manera, durante la sesión, que alcanzan el sueño profundo. Si, durante la sesión, sufrimos un dolor intenso, significará que el especialista ha encontrado un desequilibrio en nuestro cuerpo.
Efectos de una sesión de shiatsu
En el mundo del shiatsu no se deja nada al azar, todo es importante para que la terapia tenga los efectos deseados. El resultado puede ser mejor o peor dependiendo del estado del paciente. Es decir, si no está en un nivel perfecto de relajación, las primeras sesiones pueden ser hasta desagradables debido al dolor. El estrés o los nervios nos afectarán.
La intensidad del dolor en la sesión es clave es la respuesta de nuestro organismo ante un desequilibrio o bloqueo. Tras una sesión de shiatsu puede haber consecuencias como agujetas, dolores musculares, cefaleas o insomnio. Con el aumento de las sesiones estos síntomas irán yendo a menos hasta desaparecer y los efectos beneficiosos irán en aumento.
Esto será consecuencia de la normalización de la energía y estado de salud de nuestro cuerpo. Será el momento de seguir con más sesiones de shiatsu para reforzar nuestro sistema inmunitario y acabar con nuestros desequilibrios.
El shiatsu es una terapia agradecida gracias a la que sentiremos los beneficios y tendremos una maravillosa sensación de paz. Hay quien lo define como un estado meditativo en el que el tiempo se detiene a base de bienestar y placer. Muchos pacientes coinciden en describir la experiencia como una ebullición de energía y flotación.
Todo el que prueba el shiatsu, repite. Es una de las terapias más recomendables por los muchos beneficios y las pocas contraindicaciones que aporta.