¿Sabes qué es ‘Shinrin-yoku? Se trata de una práctica que puede incrementar tu felicidad, bienestar y relajación. Quizá imaginas que estamos hablando de un nuevo arte marcial o una variante del yoga, ejercicios a los que son muy dados los japoneses. Pues no, nada de eso. Es cierto que es difícil adivinar de qué te hablamos si no sabes japonés o no estás muy relacionado con los temas de bienestar, pero si te decimos que este término puede traducirse como “baño de bosque”, quizás comiences a imaginarte de qué va la historia.
¿Qué es el Shinrin-yoku?
Shinrin-Yoku es una práctica que consiste en pasar tiempo en el bosque, con el objetivo de mejorar la salud, el bienestar y la felicidad; pero no se trata de un simple paseo, sino de absorber el bosque a través de los cinco sentidos.
Seguro que ahora mismo estás frunciendo el ceño pensando que esto es otra milonga venida del Lejano Oriente que no sirve para nada. Eso depende de cada uno, pero lo que sí es cierto es que según diversos estudios realizados por científicos japoneses, el impacto de los baños forestales en la salud es claro: bajan la presión arterial, fortalecen el sistema inmunológico, reducen las hormonas relacionadas con el estrés y hacen descender la incidencia de los infartos.
Y es que no es una práctica de cuatro chalados: se estima que al menos dos millones y medio de japoneses participan cada año en sesiones de terapia de bosque, en las que son dirigidos por guías o terapeutas forestales.
Tampoco es el bosque el único lugar en el que se puede practicar, ya que cualquier espacio natural y abierto puede servir, por lo que no tienes excusa casi de ningún tipo. Lo importante, afirman sus defensores, es pasear por los mismos y seguir una serie de pautas, como escuchar, estar tranquilo, aceptar y reconocer la presencia propia y dejar que los sentidos sientan y disfruten de lo que hay a su alrededor.
¿Cómo se practica el Shinrin-yoku?
Hay una serie de recomendaciones que has de seguir si quieres desarrollar bien esta práctica, ya sea en bosques o en espacios abiertos. Si bien no hay normas como tal, sí que hay que intentar cumplir con ciertas recomendaciones.
Lo más importante es tratar de conectar con la naturaleza, desplazar la mente a lo largo del paisaje, intentando entablar una comunicación entre la persona y el medio natural.
No hay que confundirlo con el senderismo, ni los objetivos aquí son hacer ejercicio físico o llegar a un lugar determinado en cierta cantidad de tiempo. Hay que pasear sin ninguna prisa y disfrutar del paisaje, aunque también nos podemos detener y pasar minutos contemplando y sintiendo el hábitat natural
Para ello, es muy importante abrir todos los sentidos (cierra los ojos y escucha, abre la boca y huele) y recibir todo lo que la naturaleza nos quiere comunicar: ¿hace frío?, ¿qué es lo que suena? Esto, como comprenderás, no se logra a la primera, por lo que los expertos en Shinrin-yoku animan a repetir la experiencia cada cierto tiempo para que nuestra relación con el bosque se afiance.
Finalmente, como otras prácticas relacionadas con la relajación, el baño de bosque se aprende mejor con un profesor o guía cualificado.
¿Cuáles son los beneficios del Shinrin-yoku?
Esta práctica, aunque no lo creas, revierte en una serie de beneficios a nuestro organismo, tanto fisiológicos como psicológicos, algunos de ellos avalados por estudios científicos.
Mejor humor y estado de ánimo: los paseos de más de 40 minutos mejoran nuestra autoestima y nos hacen sentir más fuertes y saludables.
Menos estrés: y con ello se refuerza el sistema inmunitario y se reducen muchas de las dolencias relacionadas como dolores de cabeza, presión sanguínea alta, problemas de corazón, diabetes, problemas cutáneos, asma o artritis. Incluso, puede servir para paliar los efectos de la ansiedad, la depresión y las enfermedades cardíacas.
Igualmente, según los expertos en la materia, con estos baños de bosque, mejorarás el descanso, conservarás mejor la energía, reducirás tu ritmo cardíaco e incrementarás la actividad intestinal, mejorando el tránsito.
Al mismo tiempo, hay una serie de beneficios que no notarás en un primer momento, pero que sabrás reconocer a la larga. Hablamos de mayor creatividad y un incremento de la actividad del sistema nervioso parasimpático.
Esta técnica con millones de seguidores en Japón es muy fácil de practicar, siguiendo una serie de recomendaciones, y está al alcance de todos los bolsillos, prometiendo una importante cantidad de beneficios para la salud. Entonces, ¿a qué estás esperando para darle una oportunidad al Shinrin-yoku? Nos vemos en el bosque.