La tercera edad es uno de los colectivos sociales más sensibles de la sociedad y que más ha sufrido en sus carnes los efectos de la crisis en los últimos años. Se podría decir que las personas mayores son las que peor situación tienen en el estado de bienestar en el que vivimos pero, sin embargo, también tienen ante sí un reto apasionante: disfrutar del descanso que se han ganado durante su vida laboral y llevar a cabo un envejecimiento activo para disfrutar de mayor calidad de vida.
Principales problemas de la tercera edad
Más de 17 millones de españoles superan la barrera de los 50 años y, de ellos, la mitad supera ya los 65, la antigua edad de jubilación. Nuestra esperanza de vida no deja de crecer y las estadísticas apuntan a que seremos el tercer país más envejecido del mundo en solo 30 años. Por eso, tener en cuenta los principales problemas de la tercera edad es fundamental para poder encontrar soluciones.
Las pensiones y la pobreza. Es conocido por todos el gran problema al que se enfrenta nuestro país en los próximos años, donde las personas viven cada vez más años, disminuyen los nacimientos y, además, hay menos personas que cotizan para mantener el sistema de la Seguridad Social. La edad de jubilación se ha retrasado ya de los 65 a los 67 años y el poder adquisitivo de la tercera edad es cada vez menor, con pensiones reducidas que, en muchos casos, rozan el umbral de la pobreza.
La soledad. La longevidad de las personas es cada vez mayor y esto ha provocado un aumento de la soledad. Muchas personas llegan a la vejez con una red de familiares que pueden cuidar de ellos, pero hay otras tantas que no tienen la misma suerte. El principal miedo es no tener a nadie al lado, lo que genera depresiones y exclusión social. Los expertos recomiendan que las personas que se encuentren en soledad utilicen las redes comunitarias para solicitar ayuda. Para muchos psiquiatras, la soledad es una de las peores situaciones a las que se enfrentan los mayores.
La dependencia. Según nos vamos haciendo mayores, tenemos mayor dependencia de los demás y los problemas físicos y psicológicos nos afectan directamente. Aunque hay varios niveles de dependencia, dependiendo del estado de cada persona, la tercera edad es la más afectada por los recortes sociales.
Engaños y fragilidad. La tercera edad es frágil por naturaleza y, por esa razón, este colectivo es uno de los más atractivos a la hora de buscar a quién engañar o estafar. Las personas mayores sufren una gran desprotección jurídica, de ahí que algunas entidades sociales dediquen personas voluntarias para que supervisen sus gestiones económicas. Siempre se recomienda no firmar nada que no se entienda o estar siempre acompañado de gente cercana que vele por sus intereses.
Inseguridad. La falta de seguridad es otra de las grandes batallas en el colectivo de la tercera edad. Muchas personas mayores viven solas y son frecuentes los robos y hurtos con y sin violencia tanto en la calle como en sus domicilios. La sensación de desprotección va en aumento.
Atraso tecnológico. La edad avanza, pero no lo hace a la misma velocidad que las nuevas tecnologías. Las personas mayores manejan internet y teléfonos móviles pero no aprovechan al cien por cien los nuevos adelantos. Tienen problemas para adaptarse a los cambios tecnológicos y quedan excluidos de muchos procesos informatizados. Diversas sociales están dedicando muchos recursos para integrar a las personas mayores en estos nuevos procesos.
Falta de voluntarios. La crisis y la recesión económica van en contra de la solidaridad. El sector de la tercera edad necesita cada vez más personas que quieran ayudar a los mayores, pero actualmente no hay suficientes voluntarios para cubrir esas necesidades.
Mejorar la calidad de vida de la tercera edad
Ante todos estos problemas hay iniciativas como el proyecto 4IE+, a través del cual investigadores de España y Portugal están trabajando para intentar minimizar algunos problemas de la tercera de edad como la soledad, la violencia o el atraso tecnológico.
Hay cuatro líneas de trabajo en este estudio:
- Cuidados a las personas.
- El uso de las nuevas tecnologías.
- La visión general del envejecimiento.
- Trasladar todos los conocimientos y conclusiones a las políticas públicas y que se transformen en mejoras mediante las nuevas tecnologías.
Uno de los proyectos en los que más se está invirtiendo es en un asistente de voz que no requiera conexión a Internet y que, por ejemplo, pueda recordar a los mayores la toma de sus medicamentos u otros momentos especialmente importantes del día.
Otro de los proyectos en los que se está trabajando es un sistema de monitorización de la alimentación a través del teléfono móvil. La finalidad es controlar la dieta y la combinación adecuada de los alimentos. El objetivo último es ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida, aunque no dispongan de la compañía que les gustaría.
En este sentido, algunos proyectos locales han intentado unir las necesidades de compañía de los mayores con las de alojamiento de los más jóvenes. Así nació el Programa Convive por el que personas mayores comparten su casa con jóvenes universitarios, a cambio de compañía y de compartir los gastos.
El envejecimiento activo
Lo más recomendable para llegar en el mejor estado posible a la tercera edad es tener un envejecimiento activo o, lo que es lo mismo, tener una actividad física e intelectual además de unas relaciones sociales para estar activo e integrado en la sociedad. Mantener relación con la familia y el entorno es clave para que las personas no caigan en la soledad y la depresión.
La alimentación es también un factor importante: una dieta saludable es vital para conservarse en plenitud a pesar del paso de los años. Comer de forma equilibrada, beber agua y descansar son determinantes para tener una buena calidad de vida.
Además, el termalismo social es una opción más que recomendable para alcanzar un envejecimiento activo pleno. La red de balnearios Caldaria forma parte del plan de termalismo de la Diputación de Ourense desde 2014, con planes destinados a las personas mayores. Una perfecta manera de vivir más y, además, vivir mejor.