La cura termal puede convertirse en la terapia complementaria ideal para diferentes dolencias, como te venimos contando semana tras semana. Músculos, huesos, el sistema digestivo y el respiratorio o la piel se benefician de las muchas propiedades de las aguas mineromedicinales. Pero todavía no habíamos tratado los beneficios que el agua termal puede tener en los casos de fibromialgia. Si te interesa, sigue leyendo.
¿Qué es la fibromialgia?
Antes de ver cómo una cura termal puede ayudar a la hora de convivir con la fibromialgia, debemos saber de qué tipo de dolencia se trata. La fibromialgia es una enfermedad crónica de origen desconocido que causa dolor muscular generalizado.
Además de estos dolores, se referencias otros síntomas como trastornos del sueño, rigidez del cuerpo, jaquecas, malestar abdominal, entumecimiento de manos y pies, sensibilidad inusual a las temperaturas y a otros aspectos ambientales tales como la luz, los ruidos o los olores. También puede conllevar problemas de piel, desequilibrio, dificultad para concentrarse, lentitud mental, perdida de memoria... La combinación de estos síntomas puede derivar en procesos depresivos o de ansiedad.
La fibromialgia afecta al 4% de la población en España, en su mayoría mujeres de mediana edad, aunque también hay hombres que la sufren.
Su detección es cada vez más habitual y sin embargo no existe un tratamiento específico que cure esta dolencia.
Estudios
Existen varios estudios que apuntan que los ejercicios y estiramientos en aguas templadas logran una mejoría significativa.
Entre estos estudios, uno de los más recientes, el de las investigadoras Natalia Calvo y Reyes Pérez, de la Escuela Universitaria de Enfermería de Ourense, certifica la eficacia terapéutica del agua mineromedicinal de As Burgas en pacientes diagnosticados de fibromialgia.
De este modo, otros estudios han reflejado cómo dos sesiones semanales durante tres meses en aguas termales mejoran los síntomas de los enfermos.
Beneficiosos
La inmersión y los ejercicios en aguas mineromedicinales ayudan a mejorar la función física y los dolores gracias a las propiedades calmantes y analgésicas de las aguas termales. La rigidez también puede reducirse después de algunas sesiones de balneoterapia.
Además, las estancias en balnearios ayudan al reacondicionamiento al esfuerzo y el refuerzo muscular y la educación terapéutica del paciente.
Pero las curas termales también abordan otras de las consecuencias directas de la fibromialgia, como es la depresión. Por un lado, las terapias conjuntas y compartir experiencias comunes ayuda a lidiar con la enfermedad.
La aplicación de parafangos o los tratamientos faciales, entre otros, harán que el cuerpo se sienta mejor a diferentes niveles y esto repercutirá positivamente en la mente, fundamental a la hora de afrontar cualquier dolencia.
Como ves, una cura termal puede ayudar a combatir los síntomas de la fibromialgia a diferentes niveles. Aprovéchalo si estás pasando por esta enfermedad o sugiérelo si conoces a alguien que pueda sacarle provecho.