Tres calzadas romanas en Gallaecia, 34 en Hispania, 372 en todo el Imperio Romano. Más de 70.000 kilómetros de vías terrestres que los romanos pusieron a disposición de sus ejércitos para que los trayectos de un lugar a otro del Imperio fueran más sencillos. Estamos hablando del intrincado mapa de las calzadas romanas, cuyas huellas siguen todavía a la vista en nuestras tierras.
En HDOSO ya habíamos hablado del interesante e increíble recorrido que la Vía Nova hacía por nuestra provincia. Hoy vamos a hablar de otra de las calzadas que cruzaban la antigua Gallaecia y de la que todavía hay vestigios en numerosos lugares de nuestra comunidad: nos adentramos en los kilómetros que conforman la Vía XIX.
Vía XIX: uniendo Braga y Astorga
La Vía XIX, que recibe ese nombre en el que está considerado como el primer y primitivo mapa de carreteras (Itinerario de Antonino), se construyó en el siglo 11 después de Cristo y unía las localidades de Bracara Augusta (Braga) y Asturica Augusta (Astorga). Cuentan con más de 500 kilómetros y está considerada como la más larga de todo el noroeste peninsular. Se la conocía también como ‘Item a Bracara Asturicam’ y discurre por Bracara Augusta (Braga), Ponte de Lima, Tude (Tui), Ribadelouro (Mourentean), San Simón, Bouzon, Mosende, Pontellas, Veigadaña, Santa Eulalia de Mos, Santiaguiño de Antas, Quinteiro, Redondela, O Viso, A Peneda, Soutomaior, Pontesampaio, Vilaboa, Turoqua (Pontevedra), Barro, Aquis Celenis (Caldas de Reis), Ponte Valga, Cesures, Iria Flavia (Padrón), Gastrar (Pria), Arzúa, Melide, Martiae (Marzán), Lucus Augusti (Lugo), Gatin (Ponte Navia), Pieros (Bergido), Ponferrada, Bembibre, Manzanal y Asturica Augusta (Astorga). Junto a las Vía XVIII (Vía Nova) y la Vía XX (Per Loca Marítima) se consideran las más antiguas de toda la comunidad gallega.
Unión del noroeste peninsular
La Vía XIX tenía como función unir las tres capitales de los conventos jurídicos que tenía Roma en Gallaecia, Braga, Lugo y Astorga, además de servir a los propios intereses del imperio. También servían como caminos de abastecimiento de las tropas situadas en el noroeste peninsular. Gracias a la construcción de esta vía, no solo cobraron importancia las tres capitales, también lo hicieron otros asentamientos como Iria Flavia, que aumentaron en población y, por ende, en número de habitantes.
Iria, tramo de concentración de calzadas
Celtas, fenicios y posteriormente romanos se asentaron en esta zona que hoy delimita una parroquia de Padrón. El origen del nombre no está muy claro pero, según los historiadores, Iria tiene raíz indoeuropea significando ‘Ir’ agua, en lo orígenes celtas. El escritor e historiador Manuel Murguía llegó a la conclusión de que el significado del nombre de este territorio era ‘tierra laborable’.
El paso de los romanos por Iria es indiscutible. Fueron ellos los que referenciaron la existencia de este territorio mediante escritos en los que se asegura que en el año 61 después de Cristo fue cuando llegaron los primeros moradores romanos a la zona. Iria es el punto de unión de la calzada XIX en su recorrido de Bracara Augusta a Asturica Augusta y, además, tramo de la calzada XX ‘per loca maritima’. Según el libro de Rávena, Iria era una mansión militar en el itinerario de Antonino Pío. En el año 79 la localidad recibe el título de ‘municipium’, por lo que sus habitantes puedan optar a ser ciudadanos romanos si ostentan un cargo público. Una de las huellas romanas de la zona es el conocido puente de Pontecesures, que se construyó en el siglo II d. de C. bajo el mandato del emperador trajano, el llamado ‘Pons Cessuris’. Actualmente este puente separa las provincias de Pontevedra y A Coruña.
Aquis Celenis, sede de las legiones romanas
Otro de los municipios a tener en cuenta en este magnífico recorrido es el de Aquis Celenis o Aquae Celenae, donde actualmente se encuentra Caldas de Reis. Fue también denominado ‘municipium’, por lo que, una vez más, sus ciudadanos tenían categoría de romanos y, además, era la sede de una de las principales legiones romanas que custodiaban Gallaecia. Como parada casi obligatorias de la Vía, se construyó la ‘mansio de Aquis Celenis’, que servía de parada de descanso de la Vía. En la actualidad podemos admirar tres puentes en la zona de legado romano: el puente de la entrada a Caldas, sobre el río Umia, el puente sobre el río Bermaña y el puente de Segade.
Hallazgos de la ruta XIX
En los últimos tiempos, debido a los planes de recuperación de las calzadas de esta y otras rutas que todavía discurren por la comunidad y, en otros casos, debido a sucesos fortuitos, se han hallado más huellas de esta calzada. Tal es el caso del tramo encontrado en la zona berciana de la Vía, en Os Ancares. Un tramo casi inalterado desde su construcción que salió a la luz tras varios incendios en la zona dejando a la vista tégulas romanas que han llevado a los historiadores a pensar que, en ese punto, había una posada para abastecimiento y descanso tanto de personas como de animales.
Última parte del viaje: descanso
Visitar la antigua Bracara Augusta, hacer el recorrido por los tramos visibles de esta impresionante ruta, que en algunos puntos coincide incluso con el Camino de Santiago, descubrir la huella romana en Iria o en Aquis Celenis (visita obligada sus castros), disfrutar de la amurallada Lucus Augusti… Hay docenas de posibilidades para disfrutar de la huella romana en Gallaecia.
Y como punto final, un buen descanso en alguno de nuestros balnearios. ¿Por qué no saltar de una vía a otra, como viajero del tiempo para beneficiarse de las propiedades de las aguas termales de Caldaria? Lobios, Arnoia, Laias… todos con su historia, que confluyen a lo largo del tiempo para indicarnos que formamos parte de un gran legado de personas que hemos vivido, vivimos y viviremos en una de las zonas más ricas de toda Hispania. ¡Visítanos!