Visitar Galicia siempre es un placer, y no solo por sus espectaculares playas o por su exquisita gastronomía, que también. Galicia es rica en historia y en arqueología (no en vano es una de las comunidades españolas donde mejor se conservan los vestigios de nuestro pasado romano. Por eso hoy nos queremos adentrar en la historia de una muralla que, tras 17 siglos de vida, permanece prácticamente intacta: la muralla de Lugo.
¿Sabes cuántos kilómetros tiene? ¿Quién ordenó construirla? ¿Cuál era su función? Son muchas las preguntas que hay que responder a la hora de hablar de esta fortificación de origen romano. Pues bien, comencemos por el principio.
Un muralla de protección romana
La impresionante muralla de Lugo fue construida en el año 13 antes de Cristo como muro de defensa para proteger la ciudad de Lucus Augusti fundada, a su vez, en el año 25 a. de C. por el magistrado romano Paulo Fabio Augusto, que tiene el honor de ser la ciudad más antigua de Galicia.
Tiene una longitud de más de 2 kilómetros y 10 puertas, llegó a tener 85 torres (de las que hoy en día perviven 71 - 60 de planta circular y 11 de planta cuadrangular -). Su anchura es variable, siendo los tramos mayores de siete metros, sobre los que, aún hoy en día, se puede pasear. Su altura oscila entre los 10 y los 15 metros y está hecha con varios materiales entre los que destacan el granito para el interior y la pizarra para cubrir el exterior.
La ubicación estratégica de la ciudad y la situación de entonces, obligó a la construcción de esta muralla para proteger la ciudad de las invasiones bárbaras. Esta gran estructura defensiva contaba además con un inmenso foso de unos veinte metros de anchura y cuatro de profundidad y un intervallum (un espacio entre las edificaciones urbanas y la muralla para la intendencia militar). Toda la formación ocupaba un espacio de 28 hectáreas y, además de su servicio como muro defensivo militar, lo era también contra el viento del norte que azota la zona.
El diseño de la muralla está basado en las impresionantes obras de Vitruvio, arquitecto e ingeniero romano del siglo I a. de C., autor del tratado más antiguo sobre arquitectura que todavía hoy se conserva, ‘De Architectura’, 10 tomos en los que habla de cosas que nos parecen tan actuales como calefacción central, instrumentos de topografía o máquinas de desagüe que se utilizaron en lugares tan famosos como las termas de Caracalla y de Dioceclano.
Puertas de la muralla
Sus diez puertas (cinco antiguas y cinco nuevas) que perviven hasta la actualidad son:
Puerta de San Pedro: pervive desde la época romana y también se llegó a llamar, en la época medieval, Puerta Toledana, porque estaba al final del camino que provenía de Castilla. Es la puerta de entrada del Camino Primitivo que utilizaban - y utilizan - los peregrinos que van a Santiago de Compostela.
Puerta Miñá: abierta desde época romana pero modificada. Se le llama así porque es el camino natural hacia el Río Miño. Es la puerta de salida, dejando atrás la ciudad, del Camino Primitivo.
Puerta Falsa: puerta de origen romano utilizada exclusivamente por los militares, ya que la salida era una trinchera. Se cerró y se reabrió tiempo después para permitir el acceso al Hospital de San Bartomeu. También llegó a ser paso de correo por ser la más cercana al camino hacia A Coruña.
Porta Nova: abierta desde la época romana era la puerta de salida hacia Brigantium. Se reformó en el año 1900 tras caerse y, actualmente, por ella se puede acceder a la parte superior de la muralla a través de unas escaleras.
Puerta de Santiago: se conoce desde el siglo XII como Puerta del Postigo y perteneció a la Iglesia para entrada y salida de canónigos y sirvientes.
Puerta de San Fernando: es la primera puerta moderna que se construyó, en el año 1854. Previamente había sido un agujero por el que había pasado, en época romana, el acueducto que entraba a la ciudad. Actualmente, desde ella, se puede ver la fachada de la Iglesia de San Froilán.
Puerta de la Estación: proyectada en el año 1875 y modificada en el año 1921 para facilitar la entrada a la estación de ferrocarril, medio de transporte novedoso en la época.
Puerta del Campo Castelo: también conocida como Puerta de la Cárcel, se creó para facilitar el cambio de guardia y el acceso al juzgado al crear, en el año 1887, la nueva cárcel.
Puerta del Obispo: se creó en el año 1894, construida por orden del Obispo Aguirre para facilitar la comunicación con el seminario.
Puerta del Obispo Odoario: data del año 1921 y se abrió con motivo de ser lugar de paso al Hospital de Santa María.
Fuente: www.turismo.gal
Una muralla para proteger la ‘Cueva de Oqu’
De todos es sabido que Galicia es ‘reino’ de grandes leyendas por lo que, si hablamos de la muralla de Lugo también hablamos de un misterios que, aún hoy en día, no está claro.
Se dice que, realmente, la muralla de Lugo no protegía la ciudad sino un bosque sagrado que, cuando los romanos invadieron la zona, consideraron que había que preservarlo por su carácter mágico. Al parecer, el dios de la agricultura y la guerra, Marte, tuvo un enfado con su hijo Oqu y lo ‘desterró’ a un recóndito lugar de la Tierra (donde hoy se alza la ciudad de Lugo). Le aseguró que, cuando se le pasara el enfado, volvería a por él. Mientras, Oqu vivía allí, muy cerca de los habitantes de aquella población, que sabían que era el hijo de Marte y lo respetaban y cuidaban como tal. Oqu vivía en una cueva en medio del bosque a la espera de que su padre le permitiese volver al Olimpo. Mientras, una pandemia de peste asoló Europa y Oqu decidió ayudar a sus vecinos fabricando una medicina con hierbas que crecían a la entrada de su cueva. Les recomendó tomar dos puñados de esas hierbas en ayunas, todos los días mientras hubiese luna llena. Gracias a esto, la peste no asoló la zona y, los habitantes de la pequeña población, se lo agradecieron durante toda la vida.
Tiempo después, los romanos invadieron el norte de la Península Ibérica y llegaron hasta este recóndito lugar. Una vez que diseñaron y decidieron dónde levantar la muralla que protegería la ciudad, los habitantes de la zona se dieron cuenta que pasaba justo por encima de la cueva de Oqu y le pidieron a la delegación romana que modificara el trazado para incluir no tocar la cueva. La petición llegó a oídos de César Augusto que indicó que debían modificar el trazado ya que no se debía importunar al dios Marte, temiendo posibles represalias. Se dice que se llegó a construir una puerta en exclusiva para que Oqu pudiese entrar en la ciudad y, aunque en la actualidad no se tiene ninguna referencia de esa puerta, la leyenda dice que estaba situada en el tramo sur de la muralla.
Curiosidades de la muralla
Está claro que tanto la versión más realista como la más fantástica de la muralla de Lugo la convierten en una construcción digna de admirar. Y si quieres saber más sobre esta fortificación romana, aquí tienes estos datos:
- Es la única muralla romana del mundo que se conserva entera.
- Fue declarada Monumento Nacional en la década de los años veinte del siglo pasado.
- La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
- Desde el año 2007 está hermanada con la Gran Muralla China.
- La UNESCO la declaró Bien Individual del Camino Primitivo de Santiago en el año 2015.
- El secreto de su buena salud es que, a lo largo de los siglos, en vez de derribar los muros que impedían el desarrollo de la ciudad, se han incluido en los planes de ampliación, fusionándose perfectamente con la urbe.
- En referencia a la leyenda de la muralla se dice que el nombre de ‘Lucus Augusti’ deriva del término ‘Luc’, con el que se designaba a los bosques sagrados.
Está claro que se ha hablado y se seguirá hablando de esta gran fortificación que ha pervivido prácticamente intacta hasta nuestros días. Una visita a Lugo y a su muralla es un paseo por la historia. ¿Te apuntas?