Con una primavera atípica como hemos pasado con un confinamiento durante más de dos meses, la llegada del verano y la nueva normalidad supone que tengamos la necesidad de hacer planes fuera de casa. Disfrutar de paseos al aire libre, de la arena de la playa, de los baños en el mar… pero más que nunca debemos tener en cuenta que el calor puede afectarnos, no solo quemando nuestra piel por la exposición al sol, si no también repercutiendo directamente en nuestra salud. Los expertos aseguran que las temperaturas de este verano serán más altas de lo normal en los últimos años, por lo que es muy importante combatir el calor de una manera responsable. Sigue leyendo nuestro post para descubrir los mejores consejos sobre este tema.
Cuidar la piel
Nuestra piel sufre parte de las consecuencias negativas del verano. El primer consejo en el que tenemos que insistir aunque no se trate de un truco como tal es que protejas tu piel del sol de manera adecuada.
En esos días en los que el sol aprieta especialmente nuestra piel no para de sudar, algo incómodo y que además puede afectar a su salud. Por mucho calor que haga no podemos aparcar nuestro día a día. Así que lleva siempre en tu bolso un tónico refrescante bien sencillo: coge un poco de agua termal, métela en un pulverizador y guárdala en la nevera hasta que salgas. Llévalo contigo y aprovecha para pulverizarla en tu rostro, te refrescará y te ayudará a mantener tu piel hidratada. Si quieres evitar los brillos, antes de dormir pasa por tu rostro un hielo, ayudará a cerrar tus poros y matificar tu piel.
Seguro que te gusta lucir un bonito -y responsable- bronceado. Para ello es importante exfoliar tu piel, así el color que logres será mucho más homogéneo. Si no quieres gastar dinero en un producto específico, mezcla un poco de azúcar, preferiblemente moreno, con miel y masaje suavemente tu piel. También resultará eficaz mezclar posos de café con azúcar y realizar ese mismo proceso.
Otro problema que suele surgir en verano en nuestra piel son granitos principalmente a causa de las depilaciones y las odiosas picaduras de los mosquitos. Para calmarlas, el agua termal vuelve a ser una gran aliada. Aplícala directamente sobre la zona afectada y en breves instantes cumplirá con su efecto refrescante.
Y es que el agua termal tiene un gran número de beneficios todavía poco conocidos. También puedes pasar un hielo después de la depilación pero no lo hagas directamente en la piel, mejor a través de un paño.
Cuidar el cabello
El sol, el mar o el cloro pueden dejarlo áspero y sin brillo. Te proponemos una de nuestras mascarillas favoritas especialmente recomendada para cabellos secos. Mezcla medio aguacate con tres cucharadas de aceite de oliva y una yema de huevo. Extiende la mezcla de medios a puntas, deja actuar, aclara y comprueba el resultado.
No te olvides el sombrero en casa. Ayuda a cuidar del pelo pero también del cuero cabelludo. Varias marcas tienen en el mercado protectores solares especiales para el cabello que pueden ser la mejor solución si vas a pasar muchos días de exposición directa al sol. ¡Ah! Y evita el uso de secador siempre que puedas. En unos minutos tendrás el pelo seco gracias al calor del verano.
Cuídate por dentro
Está muy bien cuidarnos por fuera, pero debemos cuidarnos especialmente por dentro. Y lo más importante en verano es hidratarse. Hay personas a las que les cuesta beber agua y queremos ponérselo un poco más fácil. Dale un toque de sabor con granizados caseros: pica hielo, añade frutas ricas en agua y bajas en azúcar como la sandía y todo a la batidora. El resultado, una bebida fresca, hidratante, saludable y deliciosa. El agua de coco o el té negro con hielo también son especialmente hidratantes y sabrosos.
Aumenta las raciones de frutas y verduras que tomas a diario y renuncia al alcohol. Tira de alimentos con alto contenido en agua para favorecer la hidratación. Por ejemplo, las espinacas, con un 92% de contenido en agua, tomate o zanahorias. El pepino y el pimiento también son tus aliados para afrontar el calor. En el campo de las frutas, esta época es ideal para disfrutar del melón y de la sandía bien fresquitos. Estos alimentos son perfectos para combatir las altas temperaturas.
Esta época también es ideal para hacerse platos típicos fresquitos como el gazpacho o el salmorejo, con gran cantidad de estos ingredientes. Y no dejes de lado la opción de hacer cremas frescas con verduras y hortalizas. Si no te gusta la textura y el sabor, siempre puedes optar por añadir un toque de nata o de queso para camuflarla.
Para dormir
El calor puede ponernos de mal humor,incluso generarnos ansiedad. Uno de los motivos de este malestar es no descansar adecuadamente por el calor. Para mejorar este aspecto, te sugerimos que optes por sábanas de algodón en tu cama, que facilitan la transpiración de tu piel. Ventila correctamente tu dormitorio y evita encender la luz más de lo necesario. Apaga también tus dispositivos electrónicos.
También puedes recurrir a botellas térmicas con agua fría para, al menos, conciliar el sueño en el primer tramo de la noche. Los pulsos, la parte trasera de las rodillas y los pies son partes especialmente sensibles a la temperatura, si consigues refrescarlas todo tu cuerpo lo notará.
No des vueltas en la cama. Es muy posible que tengas que madrugar al día siguiente, pero quedarte en la cama no te va a ayudar a conciliar el sueño. Levántate, toma un poco de agua fresca e incluso date una ducha templada, ayudará a refrescarte y relajarte.
Si tienes aire acondicionado, no lo dejes en marcha toda la noche. Además de un gran gasto energético y en la factura de la luz, puede ser negativo para tu salud. Lo ideal es programarlo para que se encienda en períodos cortos de tiempo a lo largo de la madrugada. Así conseguirás que la habitación se mantenga fresca durante la noche y tu garganta no se resentirá.
Otro buen consejo para combatir el calor a la hora de dormir es darse una ducha en agua tibia, tirando a fría, antes de meterse en la cama. Esto ayudará a descender la temperatura corporal durante el tiempo en el que nos quedamos dormidos. Evita cenar justo antes de acostarte para no ir con el estómago lleno y no tomes cenas copiosas que te aporten muchas calorías.
Los consejos de siempre
Por más que los escuchemos verano tras verano no está por demás que recordemos las recomendaciones más recurrentes para sobrevivir al verano.
- Evita hacer ejercicio o actividad física intensa en las horas centrales del día. Puedes llegar a sufrir un golpe de calor o insolación.
- Huye de las las comidas copiosas. Los menús ligeros te ayudarán a combatir el calor.
- Bebe mucha agua. Hidratarse es fundamental. Toma alimentos con alto contenido en agua para llegar a los dos litros necesarios que el cuerpo necesita al día.
- Aprovecha las sombras y recurre al abanico.
- Protégete del sol con crema solar antes de salir de casa. Repón la crema varias veces si crees que es necesario, sobre todo si te metes en el agua.
- Usa ropa ligera y de tejidos transpirables.
- Utiliza ropa blanca o cara. La ropa negra o de tonalidades oscuras concentra el calor.
Y en casa…
- Crea corrientes de aire abriendo ventanas opuestas, sobre todo por la noche si no puedes dormir. Pero ten cuidado con los resfriados. El verano es una época muy propensa a ellos.
- Deja las persianas cerradas en las horas en las que tu casa esté más expuesta al sol. Estará más fresca.
- Utiliza un ventilador de vez en cuando. No sirve para enfriar la casa pero si para superar las horas de más calor.
- Apaga las fuentes de calor. El microondas, la tostadora, las lamparitas con bombilla. Todo eso son fuentes de calor, mantenlas apagadas para que tu casa parezca más fresca.
- No atraigas la humedad. No tiendas la ropa en el interior de casa ni cuezas alimentos. Eso hará que haya más humedad y la humedad nos da una sensación de calor mayor.
¿Sabes algún consejo más para evitar el calor veraniego? A nosotros se nos ocurre una visita a nuestros balnearios. Además, un buen paseo cerca del río o una actividad de recreo en él hará que olvides el calor y te concentres solo en disfrutar.