La llegada del mes de septiembre nos sumerge en las rutinas de siempre (vuelta al trabajo, regreso al colegio, etc.) y en algunas nuevas debido a la pandemia por coronavirus COVID19 como el uso de la mascarilla o el lavado, prácticamente, constante de manos. Dejamos atrás los planes de verano y las terrazas al sol para adentrarnos de nuevo en las prisas, las planificaciones e, irremediablemente, en el estrés. Pero no tiene por qué ser así. La práctica de la vida lenta o lo que se llama ahora mindfulness (atención plena) está más de moda que nunca.
Después de unos meses de confinamiento, nuestros objetivos y nuestra visión del futuro, posiblemente, haya cambiado. Queremos pasar más tiempo con la familia y disfrutar más de las pequeñas cosas. ¡Es el momento de adentrarse en el mindfulness! La atención plena, la vida lenta, el ser consciente de cada paso que damos a lo largo del dìa nos ayuda a centrarnos como personas y a eliminar la ansiedad, el estrés y la preocupación. Pero, ¿cómo hacemos eso? ¿Es posible practicar para llegar a este ‘nirvana’ de relax mental? Sí, lo podemos hacer a través de disciplinas como el yoga o la meditación o a través de una serie de pasos. ¡Sigue leyendo para saber cuáles son!
Ejercicios de atención plena
A continuación te explicamos como a través de unos sencillos pasos, puedes recuperar la paz mental y aprender a concentrarte y vivir mejor.
Respiración consciente
Algo que hacemos mecánicamente puede ayudarnos a deshacernos de la ansiedad y a mejorar tanto nuestra salud física como nuestra salud mental. Estamos hablando de la respiración consciente, es decir, llevar la atención de todo nuestro cuerpo y mente a nuestro modo de respirar. Es una de las principales prácticas del mindfulness y puedes hacerla de esta manera: acuéstate en una posición cómoda y céntrate solamente en tu respiración durante unos minutos. Trata de poner en blanco tu mente e inhala por la nariz y exhala por la boca. Realiza este ejercicio todos los días, convirtiéndolo en una rutina. Te ayudará a calmarte y ver las cosas de otra manera.
Observación consciente
Puede parecer algo raro, pero su eficacia está probada. Céntrate en un objeto (una taza, tu libreta de trabajo, etc) y dedica unos minutos a observarlo. O si lo prefieres, utiliza tu oído para este ejercicio. Escucha una canción y, durante toda su duración, no pienses en otra cosa que no sea el tema que estás escuchando. El objetivo de este ejercicio es dejar a un lado las preocupaciones y los pensamientos que atacan tu cabeza en todo momento y centrarte en el momento presente.
Limpieza de casa
Puede parecer una tontería, pero limpiar desestresa. Y estamos hablando tanto de la actividad en sí como de su sentido figurativo:
- Limpieza literal. Está claro que no todo el mundo es un fanático del orden y habrá personas a las que un montón de ropa en una silla, por ejemplo, no les resulte molesto. Pero está demostrado que el desorden nos provoca estrés y, en cambio, el orden, nos produce una sensación de calma y bienestar. No estamos hablando de que no estés haciendo las tareas de casa pero prueba esto: la próxima vez que vayas a limpiar, no dejes que la cabeza vuele en otros pensamientos mientras lo estés haciendo. Conviértelo en un ejercicio de atención y céntrate única y exclusivamente en la actividad que estás haciendo.
- Limpieza figurativa. El objetivo es dejar atrás aquello que no sirve o que estorba. Ni en el sentido literal de la palabra no tenemos problema para tirar aquellas prendas de ropa viejas o que no nos sirven, debemos hacer lo mismo con los pensamientos negativos. Si arrastramos un problema durante mucho tiempo al que no hemos puesto solución, es el momento de valorar si hay que ponérsela o simplemente desechar ese problema y avanzar. Esta limpieza ‘mental’ nos liberará de muchas preocupaciones.
Identificación de emociones
Parece que nuestra mente, al igual que nuestro cuerpo, no puede parar de pensar. Y cuando estos pensamientos no son agradables (tristeza, problemas, etc) procuramos ‘taparlos’ con actividades. De este modo vamos creando una pesada mochila de emociones que se acumulan en nuestra cabeza y nos distraen de lo realmente importante. ¿Qué debemos hacer? Enfrentarnos a nuestras emociones. Sabes qué es lo que nos causa rabia, tristeza, dolor, estrés, pensar en ello de frente y, si es posible, tratar de solucionarlo. Hay un proverbio chino que viene muy bien para ejemplificar este ejercicio y liberarnos de preocupaciones: ‘Si tienes un problema que no tiene solución, ¿para qué te preocupas? Y si tiene solución, ¿para qué te preocupas?’. Finalmente, en nuestra vida tenemos que enfrentarnos a muchas emociones, saber identificarlas y vivir con ellas nos ayudará a tener una vida mejor.
¿Has probado alguna vez las técnicas de mindfulness? La atención plena o atención consciente es el mejor modo de dar a tu vida la tranquilidad que necesitas. ¡Prueba estos ejercicios!